En medio de tensiones entre el Gobierno y empresas del sector, se prorrogaron hasta fines de junio los contratos de las productoras de gas

Comienza el frío en medio de la pandemia y se espera el pico de infecciones para mayo. Pero el escenario podría agravarse aún más si se incrementa la tensión entre las empresas del sector del gas y el Estado. Eso pareció ocurrir en los últimos días, con idas y vueltas entre la secretaría de Energía, que está a cargo del ministerio de Desarrollo Productivo, y algunas de las compañías del sector. Finalmente hubo acuerdo y se prorrogaron los contratos, que habían vencido el 31 de marzo, hasta el 30 de junio.

Así, como viene ocurriendo el otros rubros en medio de la emergencia, el Gobierno gana tiempo.

Qué pasó

El 31 de marzo venció el contrato que Metrogas, Naturgy y Camuzzi, las distribuidoras del mercado local, tienen con la productoras, las empresas que extraen el gas de Vaca Muerta. En ese contexto se dieron las primeras dudas: por un lado, Federico Bernal, el interventor del Enargas y un referente del negocio de los hidrocarburos del Instituto Patria, esperaba negociar contratos a la baja, porque sobra gas; y otra postura, más cercana a las productoras, que indica que al no haber un valor claro de dólar por la incertidumbre global –por la pandemia, pero sobre todo por la tensión entre la OPEP y Arabia Saudita–, los precios se podrían disparar.

El objetivo del Gobierno es conseguir siempre el menor precio para que no se vea impacto en la factura. Así, finalmente se decidió prorrogar hasta junio el precio vigente y negociar mientras se espera un mejor horizonte de producción local: a nivel mundial el precio del gas y el petróleo está impactado por la pandemia, lo que golpea a Vaca Muerta.

Primero se habló de hacer nuevas subastas para buscar bajar el precio y seguir la estrategia de Bernal, pero luego se descartaron.

Para esos contratos hay que definir los umbrales de valor del dólar para generar el pass through con el que se maneja la industria: si el precio del gas aumenta, las distribuidoras, que son el nexo entre la producción y los clientes, tienen que trasladar ese valor directamente a las facturas. Vale recordar que rige, por decreto presidencial, un congelamiento de las tarifas hasta fines de junio de este año.

La medida de prórroga se decidió ayer en una reunión en la que participaron el ministro Kulfas, el interventor del Enargas, Bernal; el secretario de Hidorcarburos, Juan José Carbajales; Andrés Cirnigliaro, titular de IEASA, la ex Enarsa, que es la empresa estatal que importa gas; y Esteban Kiper, gerente general de Cammesa. La prórroga se estableció por resolución de secretario de Energía, Sergio Lanziani, también presente en la reunión, ya de vuelta de Misiones, donde el fin de semana pasado se lo vinculó con una violación de cuarentena cuando se lo encontró en un domicilio que fue allanado por una denuncia de fake news.

Según relató el sitio especializado Econojournal, en medio de las idas y vueltas se dio una situación de tensión por el gas subsidiado a mitad de precio que recibe la Patagonia y que IEASA vende a Camuzzi, la distribuidora patagónica. La presión del gas de la transportadora TGS había bajado un 10% porque IEASA no le vendía a Camuzzi. “La intempestiva decisión de la compañía pública que dirige Cirnigliaro era producto de la inacción de secretario de Energia, Sergio Lanziani, quien no instruyó la continuidad de ese contrato”, detalló Econojournal.

Lanziani está en el ojo de la tormenta desde el inicio mismo del mandato de Alberto Fernández. Cuestionado desde el vamos, en pocos días lrenunciaron dos funcionarios de su estructura, incluso uno antes de haber jurado. La noticia de su inconveniente en Misiones, la semana pasada, claramente no lo ayudó. Desde su entorno aseguran que la suspensión del contrato en cuestión no fue por inacción del secretario de Energía sino que fue tomada en conjunto con las demás autoridades energéticas del Gobierno. El foco fue poner sobre la mesa la reducción de tarifas, una de las promesas de campaña de Fernández.

Ahora todo se pospone hasta fines de junio: las necesidades y las urgencias son otras. La tensión en el sector y las internas en las reparticiones energéticas oficiales tendrán que quedar para otro momento.

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