María Castiglioni: “El plan del Gobierno es consistente con sus votantes, pero paraliza la toma de decisiones privadas”

A poco de ingresar en el tercer mes del cambio de gobierno, la recesión sigue sin dar señales de un punto de quiebre. La economista directora de C&T Asesores Económicos explica en una entrevista con Infobae las causas de ese fenómeno, y las restricciones para poder volver a crecer

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"Da la sensación de que el Gobierno está haciendo un poco lo que esperábamos que fuera a hacer, que es básicamente ir resolviendo los problemas el día a día"
"Da la sensación de que el Gobierno está haciendo un poco lo que esperábamos que fuera a hacer, que es básicamente ir resolviendo los problemas el día a día"

El presidente Alberto Fernández, y su ministro de Economía, Martín Guzmán, decidieron poner como punto de partida del gobierno la renegociación de la deuda del sector público, en la seguridad de que a partir de ahí se despejará el camino para reactivar la actividad productiva y comercial, recuperar la inversión y emprender la segunda etapa hacia la desinflación.

Sin embargo, el camino parece ser más largo y sinuoso del que se imaginó el ministro y sus efectos se manifiesta en el estancamiento de las decisiones de las empresas para invertir y de los consumidores en ceder a la necesidad de retomar el crédito, a partir de la fuerte baja de tasas de interés que alienta el Banco Central.

Como consecuencia de ese escenario María Castiglioni, directora de CyT Asesores Económicos proyecta que, pese a que este no será un año de ajuste en el sector público, la economía seguirá en la senda recesiva, porque el mayor esfuerzo vuelve a recaer en el sector privado con la carga de más impuestos. Y para el próximo, año electoral de medio término, tampoco espera un ajuste en las finanzas públicas, más allá del freno al impulso de la obra pública.

- Se cumplen 80 días de gobierno y la luna de miel está terminando. ¿Cómo evalúa este período y qué espera del mensaje presidencial a la Asamblea Legislativa?

- Por un lado, da la sensación de que el Gobierno está haciendo un poco lo que esperábamos que fuera a hacer, que es básicamente ir resolviendo los problemas el día a día. Por otro lado, trabajar en que la reestructuración de la deuda, que obviamente hay que resolver el tema del financiamiento del déficit fiscal y de todo lo que es la situación de vencimientos, es la excusa de alguna forma para no seguir avanzando en otros temas y que el ajuste en definitiva más fuerte lo van a llevar, justamente, los bonistas, los tenedores de deuda. Eso en un punto tiene la ventaja para los votantes o la gente que lo votó que, digamos, es consistente con esos votantes, pero por otro lado paraliza toda la toma de decisiones.

Si uno mira todo lo que son los empresarios, de los rubros que sean; los consumidores, etcétera, se ve una continuidad de lo que es el stand by, o sea, no hay toma de decisiones. La población, por más que mejoraron levemente sus expectativas personales, o la situación macroeconómica, no está decidiendo comprar por cuestiones objetivas: cayó su salario real, pero también por cuestiones subjetivas, que es que cuando uno decide comprar algo durable tiene que pensar que lo va a tener que pagar en el tiempo y hoy por hoy no están tomándose ese tipo de decisiones.

Si uno mira todo lo que son los empresarios, de los rubros que sean; los consumidores, etcétera, se ve una continuidad de lo que es el stand by, o sea, no hay toma de decisiones

Y en lo que hace al marco empresarial, más allá del aumento de los impuestos, de la suba del tipo de cambio real, los controles a las importaciones, incluso la industria local, no está mostrando demasiados signos de reactivación más que lo que ya se venían viendo el año pasado. Es decir, la industria alimenticia recuperándose de la mano de la buena cosecha que fue el año pasado; el sector de la carne que ya viene creciendo hace muchos años, es casi el único que venía creciendo sostenidamente; algún otro sector mínimo que tocó piso y empezó a rebotar, el resto no está recuperándose: automotriz está en una situación sumamente compleja; quien está ligado a la obra pública mucho peor, con muchas dudas y con freno en las grandes obras privadas. Tal vez la expectativa puede estar puesta en las pequeñas obras privadas, pero todavía no se está viendo esto. O sea, hoy si uno mira el costo de construcción en dólares está muy barato y en la historia uno ve que eso genera en muchos individuos la decisión de construir o de ampliar, pero requiere una cierta estabilidad en la situación económica, las variables macro, y eso todavía no se ve en grandes líneas.

Por eso vemos que la actividad está muy parada y en el corto plazo no se ven demasiados signos para pensar en una mejoría. Hasta ahora lo que hizo el Gobierno fue en lo fiscal, y ligado a eso en lo económico, aumentar impuestos de manera de mantener ese pequeño déficit que hubo el año pasado. Es decir, la idea de no ajustar, uno puede estar de acuerdo o no, pero la manera de mantener el mismo resultado, en lo personal no estoy para nada de acuerdo, que es volver a aumentar impuestos para redistribuir con esos recursos. Seguramente vamos a ver nuevos aumentos de impuestos, básicamente más retenciones, a la compra de dólares; a los Bienes Personales y algunos otros a nivel nacional; y también el aval, la luz verde, para que las provincias aumenten impuestos, que esto sí es muy negativo, como por ejemplo Ingresos Brutos que es el impuesto más distorsivo de todos en lo que es la producción.

"La idea de no ajustar, uno puede estar de acuerdo o no, pero la manera de mantener el mismo resultado, en lo personal no estoy para nada de acuerdo, que es volver a aumentar impuestos para redistribuir con esos recursos. Seguramente vamos a ver nuevos aumentos de impuestos"
"La idea de no ajustar, uno puede estar de acuerdo o no, pero la manera de mantener el mismo resultado, en lo personal no estoy para nada de acuerdo, que es volver a aumentar impuestos para redistribuir con esos recursos. Seguramente vamos a ver nuevos aumentos de impuestos"

- La Argentina necesita financiamiento para poder reactivar la economía. ¿Volver a renegociar la deuda a 4 años del cierre del último default, con una nueva quita importante, según se desprende de las paridades de los bonos, es necesario, pero será suficiente, por quién le volverá a prestar?

- Creo que no es suficiente para nada. Es decir, si la propuesta termina siendo como se está esbozando, como dijo el ministro de Economía, como dejaron entrever que va a incorporar los bonos del canje de 2005, y que el objetivo es que haya una quita entre postergación de capital, reducción de intereses; en el corto plazo le traería de alguna manera cierto alivio al Gobierno, en el sentido de que se tiene que preocupar medianamente por cubrir los gastos corrientes y de capital con los ingresos y una pequeña parte podría usar cierta emisión monetaria, pero poca porque hay un aprendizaje en ese sentido; algo de reservas internacionales compradas con el control de cambios, con el cepo. Pero para nada resuelve, como preguntaba, el financiamiento. Es decir, acá está apostando el Gobierno a que casi no necesitaría acceder a los mercados, pero qué pasa con las provincias que van a necesitar también ver de qué manera manejan sus finanzas públicas. Y ni hablar las inversiones como, por ejemplo, energéticas como Vaca Muerta, que requieren enormes capitales, inversiones a largo plazo y que necesitan un marco de credibilidad. Entonces, si la quita es demasiado grande no va a ser tan fácil. Y seguramente algo de inversión podrá venir, pero es muy difícil que haya un boom de inversiones. Sobre todo, en sectores que requieren reglas de juego estables en el tiempo, porque son apuestas a largo plazo.

Tal vez sí puede pasar, como pasó en otros momentos en Argentina, donde lo que vienen son pequeñas inversiones en nichos, en sectores, que rápidamente se recupera la inversión, pero no las grandes inversiones que seguramente hace falta o que sueña, incluso. Alberto Fernández habló muchas veces de la necesidad de exportar más y sobre todo orientado al sector de energía y Vaca Muerta. Es un sector muy particular que requiere inversores.

De hecho, además de la deuda, hay otra pata importante que es toda la renegociación de los contratos de las empresas energéticas; de las transportistas; de todo lo que es electricidad, gas y transporte en general, porque obviamente hablando de lo fiscal, y de la inflación, y de los ciudadanos, que son tres patas de esta renegociación, el Gobierno querría aumentar lo menos posible las tarifas, pesificando alguna parte, ajustando los valores en otras, pero el riesgo de hacerlo demasiado drástico es que no sea atractivo seguir invirtiendo en esos sectores y volver a tener los problemas energéticos que Argentina tuvo y que a duras penas ha logrado en cuatro años revertir, no del todo porque no le alcanzó el tiempo. Y, por otro lado, si las tarifas son demasiado altas, los consumidores no estarían dispuestos, o sobre todo los votantes, que están esperando otro tipo de medidas.

Además de la deuda, hay otra pata importante que es toda la renegociación de los contratos de las empresas energéticas; de las transportistas; de todo lo que es electricidad, gas y transporte en general

- Justamente es lo que se ha visto en las cuentas de enero, primer mes completo del Gobierno. Por un lado, usted decía que no estaba de acuerdo con aumentar impuestos para tener más recursos, pero apenas aumentaron un 40% con una inflación de más del 50%. Y el gasto subió más del 50 con subsidios creciendo 58 por ciento...

- Esto fue justo al revés de lo que venía ocurriendo en los últimos años donde la meta era bajar el déficit con gastos aumentando menos que los ingresos, bastante menos el año pasado. La realidad es que, se trata de un solo mes, vamos a ver cómo sigue la película, pero claramente, probablemente los ingresos empiecen a aumentar un poquito más por las medidas que se han tomado. Pero obviamente el tema del gasto público será otra cuestión. El ajuste que va a haber a través de lo que son jubilaciones al final está bastante acotado. Y es un perjuicio muy grande a todos aquellos que no tienen la mínima.

Y por otro lado hay otros rubros, subsidios y salarios en el sector público, entre otros, donde hay que ver cuál es el grado de ajuste que va a haber, o no. De hecho, el ministro de Economía dijo: “no es un año para hacer ajustes”. No sé si eso es una excusa para pensar que va a aumentar más rápido el gasto público. La verdad que no creo que las cuentas cierren tan mal como enero, no debería ser el caso, pero de hecho ya se está pensando, hay grandes rumores que van a aumentar nuevamente las retenciones, justamente pensando en la necesidad de más gasto público y de entonces cómo financiar ese mayor gasto público. El problema que hay acá es que, con estos impuestos crecientes a las exportaciones, es un impuesto súper distorsivo, se requiere de un tipo de cambio altísimo que le gane a la inflación, pero se mueve bastante despacito en la paridad mayorista, que es la que impacta en el exportador, y al importador también. Entonces cómo hacer para que el tipo de cambio real se mantenga alto y haya superávit comercial, y haya exportaciones, y pueda recaudar el Estado.

O sea, son las dos, las dos cosas las necesarias. Es un interrogante porque requiere por un lado que la inflación no se acelere demasiado, pero aparece de nuevo la política tarifaria. Hay todo un círculo vicioso acá dando vueltas, o un equilibrio inestable. Y por otro lado cuán efectivos van a ser estos controles, este diálogo con los sindicatos que están intentando que los ajustes sean bastante acotados, pero la necesidad también que la gente gaste. Me parece que hay cosas que no terminan de cerrar del todo.

"El problema que hay acá es que, con estos impuestos crecientes a las exportaciones, es un impuesto súper distorsivo, se requiere de un tipo de cambio altísimo que le gane a la inflación, pero se mueve bastante despacito en la paridad mayorista"
"El problema que hay acá es que, con estos impuestos crecientes a las exportaciones, es un impuesto súper distorsivo, se requiere de un tipo de cambio altísimo que le gane a la inflación, pero se mueve bastante despacito en la paridad mayorista"

- ¿Con ese esquema pensar en una reactivación de la economía, que es lo que se necesita para bajar empleo, bajar la pobreza, etcétera, queda postergado; si el ministro dijo que este no es un año para hacer ajuste, el sector privado está pensando que el ajuste vendrá después y por lo tanto hasta que no venga el ajuste no va a poder tomar decisiones para reactivar?

- Parece difícil que el año que viene, que es un año electoral, haya ajuste. El ajuste ya lo está haciendo el sector privado. Sobre todo, los jubilados que no cobran la mínima; el empleado asalariado que al final no va a recuperar la inflación; aunque probablemente los que tienen menores ingresos con los aumentos de suma fija, etcétera, van a estar de alguna manera compensados.

Parece difícil que el año que viene, que es un año electoral, haya ajuste. El ajuste ya lo está haciendo el sector privado. Sobre todo, los jubilados que no cobran la mínima; el empleado asalariado que al final no va a recuperar la inflación

- Por un lado están como los sectores de bajos ingresos que tienen mayor propensión al consumo que el resto para reactivar la economía. Pero como los que quedan afuera de la mejora de ingresos reales, el resultado neto parece negativo, porque finalmente se le saca $10 a unos para repartir $5 a otros, y deriva en mayor déficit fiscal, como se vio en enero. ¿Seguirá así?

- Y es una cuenta bastante compleja porque aparte, como bien dice, los sectores de mayores recursos no solo gastan, sino que generan efecto multiplicador en sus decisiones. Emprender una ampliación en una casa implica no solo un gasto directo sino además empleo, movilización de los sectores. Ni hablar de las pymes que quieren crecer e invertir. Tal vez alguna, movilizada por ese mayor consumo invierta, pero hay muchísimos otros orientados a otros sectores más amplios que están esperando. Y ni hablar del efecto exógeno a la Argentina, que puede ser el del coronavirus, que no sabemos qué dimensiones va a tomar en las exportaciones agroindustriales, que son las que más crecen, y tienen aparte impacto en lo fiscal y en la generación de divisas; en la actividad económica; en el turismo, que es uno de los sectores que en la Argentina estaba teniendo mayor dinamismo, y que es mano de obra intensiva. Con lo cual el juego del empleo también acá es complejo porque la construcción no reactiva, es mano de obra intensiva, la obra pública no va a arrancar, las cuentas marcan que en enero se desplomó el gasto en obras. Creo que con la idea de territorio arrasado el Gobierno se anticipó a decir “bueno, no esperen un año positivo”. Y el otro tema es qué va a pasar el año que viene, porque es difícil sostener esto, pero es un año electoral. Pensar en un ajuste y en una reforma el año que viene es algo imposible.

- Mencionaba que el Presidente había manifestado, por lo menos en campaña, su preocupación por darle fuerza al sector energético, Vaca Muerta. Sin embargo, en esa área de gobierno no logra hacer pie, no logra poner funcionarios estables, e incluso YPF, para ponerla en marcha. ¿Está la economía argentina en condiciones de perder tanto tiempo en esa definición?

- No, y es llamativo en el sentido de que prácticamente desde el 12 de agosto había una alta probabilidad de que pudiera ganar las elecciones, entonces hubo tiempo para armar equipos y planes. Creo que esto tiene que ver con los conflictos internos o diferentes visiones que hay dentro de la coalición de gobierno, eso es un tema que se ve en todas las áreas, en la energética es una de las que más se marca. Sin duda es un problema porque se está perdiendo muchísimo tiempo, son 80 días de gestión más todo el período, le diría desde el 12 de agosto. Este tipo de cosas obviamente que no favorecen el crecimiento de la inversión. De hecho, Vaca Muerta está en una parálisis total, lo cual es muy preocupante porque es un sector que venía creciendo a un ritmo casi difícil de manejar a pasar a tener de hecho suspensiones muy grandes y conflictos gremiales.

- ¿Cómo ve las medidas del Banco Central de acelerar la baja de tasas y por otro lado la respuesta de los bancos bueno, bajaron la tasa, pero lanzaron muchas líneas ajustables por inflación, por UVA, con hasta 10% adicional en los créditos personales? Eso va a contribuir a reactivar el mercado financiero? ¿La bancarización?

- La verdad es que la baja de tasas tan rápida basadas, si uno lee los comunicados de política monetaria, en la idea que la inflación está efectivamente bajando y que se está consolidando la disminución cuando el propio director del Indec aclaró, a raíz de los números de enero, que fue un dato muy puntual, basado en cuestiones técnicas. No hubo aumento a los encargados de edificios, como en diciembre; ni a las empleadas de servicio doméstico; o la baja de los medicamentos que fue de una vez. Pensar que eso es una consolidación de la reducción de la inflación parece un poco apresurado. Y en base a ese argumento se están tomando las decisiones, bajar sostenidamente las tasas de interés con la idea de reactivar.

"Pensar que la baja de la tasa de enero es una consolidación de la reducción de la inflación parece un poco apresurado. Y en base a ese argumento se están tomando las decisiones, bajar sostenidamente las tasas de interés con la idea de reactivar
"Pensar que la baja de la tasa de enero es una consolidación de la reducción de la inflación parece un poco apresurado. Y en base a ese argumento se están tomando las decisiones, bajar sostenidamente las tasas de interés con la idea de reactivar

Obviamente los bancos van a prestar en la medida que crean que pueden sostener una tasa de préstamo, y por eso están saliendo a ofrecer cubriéndose con la inflación. Porque no hay una clara consolidación de la expectativa de baja, ni por lo fiscal ni por lo monetario, porque el Banco Central de hecho no tiene metas monetarias ni cuantitativas en cuanto a la cantidad de dinero ni a la inflación. Ni tampoco a dónde van a ir las tasas de interés.

Por lo tanto, todo ese contexto no marca un camino muy claro. El tipo de cambio pegó el salto antes y ya está estable. Cierto control de precios. Moderado ajuste de salarios. Y sobre todo congelamiento de tarifas, que no va a ser eterno tampoco. Y que si bien son fundamentales tiene un efecto inflacionario. Entonces, en ese contexto y pensando que el Banco Central va a salir a financiar de alguna manera, aunque acotada, al Tesoro, dicho por los propios diferentes sectores del gobierno, no es un escenario marco para pensar que la inflación se va a estabilizar o se va a consolidar la baja, y por eso desalienta que los bancos quieran prestar a tasa fija, a tasas bajas, más que alguna línea oficial de incentivo. Y en ese contexto también del lado de los consumidores es difícil que haya demasiada demanda de crédito porque los salarios cayeron en los últimos tiempos; no hay tanta claridad sobre el empleo.

Todo ese contexto no marca un camino muy claro. El tipo de cambio pegó el salto antes y ya está estable. Cierto control de precios. Moderado ajuste de salarios. Y sobre todo congelamiento de tarifas, que no va a ser eterno tampoco. Y que si bien son fundamentales tiene un efecto inflacionario

Creo que es fundamental, obviamente, que haya crédito para las empresas y para las personas. O sea, un ejemplo de un plan que se ve distorsionado a la luz de lo que pasó después fueron los créditos hipotecarios UVA. Cuando hay una expectativa a la baja de la inflación un crédito UVA, como pasó en Chile con la UFE, es algo muy interesante porque permite financiarse a una tasa mucho más baja y por mayor monto que lo que podría otro sistema de crédito en un país con alta inflación como la Argentina. Y de hecho muchísimas familias de clase media lograron acceder a eso y poder comprar su vivienda. Hoy no se ve ese escenario por el momento, entonces no parece que la política monetaria vaya a contribuir demasiado en lo que es la reactivación.

- ¿Cómo ve las perspectivas de, por ejemplo, el stock de Leliq. Justamente el presidente del Banco Central dijo que estaba en contra de ese instrumento, que había que desarmarlo, pero semana a semana, se ve que sigue creciendo porque a los bancos les sobra liquidez?

- Y le agrego otra cosa, como hoy está el cepo cambiario, y va a seguir, eso hace que los pequeños ahorristas no tengan tantas alternativas para canalizar sus ahorros, y de alguna manera incentiva a que haya más pesos de los que querrían tener. Algunos van al plazo fijo, quedan incluso en depósitos a la vista. Esto ya lo vivimos hace un tiempo atrás. Y eso genera un problema desde algún punto para los bancos porque no tienen dónde volcar su liquidez, por eso está acelerándose la colocación de Leliq, están subiendo el stock.

En el corto plazo no veo problemas porque justamente no es un mercado libre. Es decir, estamos en una economía con cepo. Todo esto, lo fiscal, lo monetario, las trabas, la situación económica, todo marca que el cepo va a seguir. Es una condición que no va a cambiar. Es un cepo súper fuerte y lamentablemente porque a la larga está probado que un cepo cambiario puede servir para evitar una corrida en un momento puntual, pero no soluciona o no es una herramienta positiva para que la economía pueda fluir, pueda crecer en el tiempo. También restringe al que está evaluando traer capitales, porque no tiene certidumbre sobre si va a poder repatriar alguna utilidad.

- ¿Cómo ve la realidad social? Porque por un lado el Gobierno ha puesto de manifiesto su preocupación por los índices de pobreza, pero a la hora de repartir las tarjetas por el Plan Alimentar lo está haciendo a cuentagotas, apenas entregó 600 mil para un millón de personas, cuando todos los potenciales beneficiarios, sean jubilados o perceptores de la AUH, tienen la tarjeta de débito con la cual reciben sus haberes…

- Obviamente la pobreza está alta, viene alta desde hace muchísimo tiempo. Es terrible que un país como la Argentina tenga cerca del 30% de pobres en forma ya sostenida en el tiempo, en lo que es la pobreza por ingreso. Después hay un montón de otras formas, aristas, de la pobreza que algunas han mejorado y otras no, como por ejemplo el que tal vez tiene más recursos, pero no tiene cloacas, ni agua corriente, ni una vivienda digna, o acceso a caminos, o la escolaridad de los hijos, etcétera. Creo que en algunos rubros ha habido un avance sostenido en el tiempo y sobre todo en la gestión anterior hubo mucho hincapié en esto que te he hablado de obra pública. En lo que es AUH, más allá de algunas críticas, ha logrado aumentar la escolarización y el acceso a la alimentación. Y si hay que pensar en hambre, no soy una experta en el tema, pero sí leo mucho porque es un tema que en lo particular me afecta mucho, me importa, no hay hambre en la Argentina, hay hambre puntual, es decir, si uno habla de los wichi, de los qom, en el Chaco, en lo que es la selva. Hay sectores que sí sufren hambre, pero en el grueso de la población no es un tema de hambre, porque de hecho hay muchísimos comedores privados, financiados también por el Estado, con ayuda de las iglesias o de ONG.

No hay hambre en la Argentina, hay hambre puntual, es decir, si uno habla de los wichi, de los qom, en el Chaco, en lo que es la selva. Hay sectores que sí sufren hambre, pero en el grueso de la población no es un tema de hambre

Creo que sí hay mal nutrición, eso hablando con gente que está en el tema, Abel Albino, incluso expertos en nutrición te dicen hay mala nutrición, pero no hay hambre. Sí hay hambre en algunos sectores puntuales. Lo que sí hay es bastante pobreza, pero obviamente, si uno mira por ahí la inflación se aceleró más que los ingresos y eso naturalmente, esa gente que está cerca de la línea de pobreza o sale de la pobreza o entra en la pobreza según esto, pero está en torno a la línea de pobreza, y eso es lo más preocupante. No creo que la tarjeta alimentaria vaya a modificar para nada la realidad. De hecho, hay algunos casos donde la recibieron algunos que no la necesitaban, y tal vez hoy había herramientas directas como darle un ingreso extra, como ha pasado incluso antes, una cuota más a los beneficiarios de AUH o a los jubilados de la mínima, que suplantan la tarjeta alimentaria.

Para bajar la pobreza hay muchísimos temas para hacer de largo plazo como mencionaba antes, y en el corto plazo bajar la inflación, lograr empleo, la reactivación es fundamental. Y hay sectores que ya solo con eso no alcanza porque no están aptos para trabajar; ahí hay que trabajar en la capacitación, finalización de la escuela, formación en oficios.

Fotos: Thomas Khazki

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