Comienza una semana volátil: luego de los anuncios, podría haber impacto en el dólar, las acciones y los bonos

Un mercado cambiante será una constante y la luna de miel de la moneda de EEUU y el riesgo país de la semana pasada, asoma como un recuerdo

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Se espera la reacción de los mercados a las medida del nuevo Gobierno
Se espera la reacción de los mercados a las medida del nuevo Gobierno

Las medidas de retenciones e impuestos que lanzó el fin de semana el Gobierno, no son definitivas. Falta la segunda parte, la negociación.

Con el campo se quiere evitar que la sangre llegue al río. Por eso podría haber reuniones donde se explicará que en el mercado oficial hay un Banco Central parado y que maneja el precio de compra de los dólares. En otras palabras, que podría haber una mejora del precio de la divisa para buscar equilibrio en la nueva carga fiscal y, de paso, licuar los pasivos del BCRA.

“De la Rúa empezó su gestión con un impuestazo y la economía nunca creció porque el consumo cayó”, le advirtieron al Gobierno. Hubo economistas, poco antes de la asunción, que sabían de esta idea, pero expresaron que no estaban de acuerdo porque podían neutralizar la reactivación del consumo que tanto buscan. Otros, más optimistas, opinaron, que las retenciones, si no hay devaluación, no se trasladarían a precios.

El campo hace cuentas. La soja en el 2000 cotizaba a USD 200 por tonelada y las retenciones eran casi inexistentes porque las había eliminado Carlos Menem y solo se aplicaba un 3,5% a las semillas de soja.

Desde aquel momento hasta el presente, la inflación en Estados Unidos fue de 53%, es decir que el precio de la soja en el mercado de Chicago, superó a la inflación ya que cotiza a 333 dólares. Pero el tema es que con la suba de las retenciones ese precio para los exportadores locales cae a 233 dólares y está por debajo de lo que históricamente valía cuando comenzó el siglo y China y la India aún no habían asomado al mundo. Hay que recordar que pocos años después, en 2007, la soja llegó a USD 600 por tonelada y las retenciones estaban en 35% y no pudieron ser aumentadas, por la movilización del campo.

Lo cierto es que el Gobierno remonta sus cálculos a la era Macri y dice que los gravámenes tienen el mismo peso que cuando el anterior presidente los impuso y que por la suba del dólar de casi ciento por ciento, quedaron desactualizadas. En ese lapso, los costos del gasoil y otros insumos también le subieron al agro, sin hablar de las tasas de interés activas que hicieron que se financiaran en cada siembra a 70% anual.

Pero más allá, de que la discusión no está terminada, el poder lo tiene el Banco Central porque es el que fija el valor del dólar en el mercado de cambios donde, por las restricciones, no rige la ley de oferta y demanda. Esta carta podría ser decisiva porque la entidad podría comenzar un camino en el que fije un precio de compra que anime a exportadores a liquidar lo que les queda. Es una de la opciones que sobre la mesa.

Otra de las revelaciones que tuvo el bautizado “impuestazo”, si se incluye el que se va a aplicar a los viajes al exterior, al resto de las materias primas y a las exportaciones en general, es que el ministro Martín Guzmán, parece haber tenido poca participación en los detalles. Su rol está enfocado, afirma desde el Gobierno, a la negociación de la deuda.

Por eso en su equilibrada conferencia de prensa del jueves, jamás mencionó la palabra retención y su discurso lució lógico para el mercado.

Banco Central (AFP)
Banco Central (AFP)

De hecho, Mauricio Macri hizo un llamado al exterior a un personaje importante que conoce a Guzmán y le preguntó por las calidades técnicas del nuevo ministro de Economía. El ex presidente está cargado de ansiedad porque sabe del valor de la economía en la gestión. La respuesta no le aclaró mucho. Del otro lado del celular su interlocutor, que tiene un buen conocimiento de Guzmán, lo definió como “un romántico de la economía” pero que no sabía cómo podía desenvolverse en la práctica. Eso sí, elogió su solvencia académica.

Los inversores y operadores, no recibieron bien las medidas. Alberto Fernández sabía que el humor no iba a ser el mismo que el que había regido hasta el viernes. A partir de este movimiento, algunos adelantaron que las instrucciones para los negociadores de la deuda es que sean lo más agresivo posible. Conseguir suspensión de pago de intereses –algo de posibilidad remota– es la hipótesis de máxima.

Esta será una semana clave porque las negociaciones con empresas industriales y del agro, serán fundamentales. Muchas compañías ya advierten que no tomarán gente a partir de la doble indemnización y se llegará a la mesa de negociaciones con un ánimo distinto al que imaginaban porque no fueron consultados con estas medidas. Dos de las más grandes empresas agropecuarias están en cesación de pagos.

La volatilidad de la plaza, será una constante y la luna de miel del dólar y el riesgo país, de la semana pasada, asoma como un recuerdo.

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