Los fondos de inversión regionales readaptan su estrategia y buscan seguir siendo opción para inversores conservadores

Aún con una región convulsionada que obliga a tener precauciones, las inversiones en activos latinoamericanos pueden ser una alternativa para evitar el riesgo argentino

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La Bolsa de San Pablo
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No hay dudas de que la región se encuentra convulsionada, en un marco de fuerte incertidumbre política tras los hechos de las últimas semanas en varios países de América Latina. Venezuela, Chile y Bolivia atraviesan una importante crisis institucional, mientras que la situación de Colombia y Perú tampoco es fácil en el marco de gobiernos que enfrentan una fuerte oposición y presidentes con muy baja popularidad que parecen carecer de fuerza para llevar a cabo reformas estructurales.

Todo un escenario que tendrá consecuencias económicas, en una coyuntura en la que la desaceleración del crecimiento se venía ya observando y donde se mantienen los análisis sobre el impacto de la guerra comercial entre China y EEUU.

Y es justamente este escenario, que obliga a poner cierta atención sobre los Fondos Comunes de Inversión (FCI) con objetivo en la región que habían funcionado como una excelente cobertura en los tiempos en las que el riesgo argentino se disparó.

En consecuencia, la pregunta es simple: ¿siguen estos fondos siendo una opción el riesgo argentino? Sí, aunque teniendo algunas consideraciones que no existían meses atrás. De hecho, y en este contexto, hay dos puntos importantes que hay que analizar: la moneda del fondo dada la vigencia de controles de cambio y la coyuntura regional.

El primer punto tiene relación con que antes de que vuelvan los controles, la conversión entre las diferentes monedas no generaba inconvenientes, ni spread a favor o en contra. No obstante, tras su reinstalación (y su posterior endurecimiento después de las elecciones), el resurgimiento de las brechas entre el tipo de cambio oficial y el que surge del arbitraje de bonos llevó a la necesidad de que los fondos revisaran su posición. Esto producto de que, dado el objetivo de este tipo de fondos, las suscripciones y rescates pueden llevar a la necesidad de una conversión si el fondo acepta otras monedas diferentes al que suele ser “dólar cable”.

En consecuencia, es importante entender que el comportamiento de la brecha y su volatilidad pueden tener un impacto, por fuera del comportamiento de los activos subyacentes del fondo. Esta ventaja o desventaja, según el movimiento de la brecha, es inherente a la coyuntura local.

Ahora bien, el segundo punto tiene relación con lo externo y el impacto sobre los activos financieros de lo sucedido en Chile, Bolivia, y otros en la región. Por su cartera, estas opciones se podían dividir hasta ahora entre las que tenían mayor participación en Chile o las que tenían mayor participación en Brasil. Ambas identificadas con un riesgo diferente –Brasil dentro del universo de calificación BB (No Investment Grade), y Chile dentro del A (Investment grade)–, y en consecuencia distinta rentabilidad proyectada.

La probabilidad de que la crisis se profundice, con mayor deterioro económico-financiero al ya visto y hoy proyectado, obligaron a un cambio en la estrategia de muchos de estos fondos buscando disminuir su volatilidad y la exposición a riesgo.

De hecho, un análisis de las alternativas de riesgo latinoamericano permite identificar cuáles fueron las estrategias de estos fondos –tomando como referencia los de renta fija- para readaptarse:

1 - Menor exposición a Chile. Se redujo en casi 10 puntos porcentuales la participación de Chile en las carteras, que pasó de un promedio de 52% a debajo del 44%. En algunos fondos, la caída del peso del país fue de 30/40 puntos. El objetivo igual estaría centrado en seguir reduciendo la misma, pero la liquidez, y pocas opciones actúan como un limitador.

2 - Mayor exposición a Brasil. Fue gran parte de la contracara de la menor exposición a Chile. Estrictamente, Brasil ganó más del 50% de la caída de Chile, pasando de un promedio de 22/22.5% a niveles de 27-28%.

3 - Suba en la ponderación de otros países. Se deben analizar dos diferentes puntos. Por un lado, porque su alza explica también parte de la menor exposición a Chile, pero por otro lado porque se observa una importante rotación de EEUU a otros países (Uruguay, Paraguay, etc). Si buscamos tener alguna referencia, y analizando nuestro supermercado, del 80% de los fondos que incluían USA, ahora lo hace el 60%, producto de los cambios en la regulación para las aseguradoras ya mencionados

4 - Cambio de riesgo soberano a corporativo. Si sumamos la ponderación de Chile y Brasil, que en promedio explican el 72% de la posición de este tipo de fondos, se observa una mayor ponderación de deuda corporativa y menor soberana en los últimos meses.

5 - Riesgo duration bajo (vencimientos mayoritariamente debajo de 2022). En promedio el 60% de estos fondos se explica por las 5 principales tenencias, en donde el análisis refleja que los bonos que lo componen tienen vencimiento en su mayoría en los próximos 3 años.

No obstante, y aún con la reorganización de los mismos, estos fondos no lograron evitar la mayor presión sobre los precios que generaron los hechos en la región. Igual, como vimos, la baja duration de sus carteras (de entre 1-2 años), y su composición en activos en dólares le han permitido cierta cobertura de la suba del riesgo país y las devaluaciones de las monedas.

En conclusión, es real que a diferencia de meses atrás, este tipo de fondos están expuestos a una mayor volatilidad y riesgo. No obstante, entendemos que siguen siendo una buena opción de cobertura al riesgo local, permitiendo diversificar con países como Brasil, que guardan para el próximo año una mejor proyección que Argentina, y mantener dolarizada la posición (en el marco de una brecha que podría seguir incrementándose).

Esto no evita igualmente la recomendación de ser más selectivos en la elección, analizando moneda del fondo y también, con lógica, la cartera de cada uno.

La autora es analista senior de Portfolio Personal Inversiones

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