Las permanentes volatilidades cambiarias, con un salto de 10% en la cotización del dólar durante la última semana; una inflación que no baja sino que se acelera, y un nivel de tasas que se mantiene en niveles altos (cerca del 70% para las Leliq) vuelve a poner sobre la mesa de debate entre los economistas el funcionamiento del programa acordado con el FMI y qué expectativas se presentan hacia adelante, con un escenario electoral incierto que se avecina.
El plan de estabilización de la economía firmado con el organismo internacional el 20 de junio tuvo como objetivo darle previsibilidad a la economía, calmar el dólar, bajar la suba de precios, con ello las tasas, y que luego pudiera pensarse en una agenda de crecimiento.
El Fondo aprobó el mayor acuerdo stand by en la historia del organismo (de USD 57.100 millones) contra un compromiso de reducir fuertemente el déficit fiscal y tener una política monetaria muy contractiva para controlar la inflación. A su vez, se acordó un esquema de bandas cambiarias entre las que se puede mover la cotización del dólar sin intervenciones del Banco Central.
A 9 meses de firmado este programa, que fue reforzado en septiembre con una ampliación de los fondos prometidos y con más restricción monetaria y fiscal (déficit cero para este año y crecimiento cero de la base monetaria), la inestabilidad continúa, la inflación sigue alta -cerrará en más de 10% en el trimestre- y al BCRA no le queda alternativa que convalidar una tasa de interés cada vez más alta para contener al dólar, que sigue en una carrera ascendente.
A 9 meses de firmado este programa, que fue reforzado en septiembre con una ampliación de los fondos prometidos y con más restricción monetaria y fiscal (déficit cero para este año y crecimiento cero de la base monetaria), la inestabilidad continúa, la inflación sigue alta
Evaluación y recomendaciones de los expertos
¿Funcionó este plan de emergencia, como le suelen llamar muchos economistas y como el ex titular del Banco Nación, Carlos Melconian, bautizó como Plan Picapiedras? ¿Qué margen de maniobra tiene este año el Gobierno y cuál debería ser el plan de acción luego de las elecciones para encarar una agenda de crecimiento?
"Creo que es un programa que se diseñó en octubre de 2018 cuyos objetivos fueron frenar inflación y establecer confianza, con una política monetaria y fiscal dura. Lo fiscal se está cumpliendo bien, pero es un plan que claramente no logra el objetivo de que los mercados tengan confianza en la Argentina por la cuestión electoral. Hay visiones muy distintas de país", afirmó Miguel Kiguel, de Econviews.
Lo fiscal se está cumpliendo bien, pero es un plan que claramente no logra el objetivo de que los mercados tengan confianza en la Argentina por la cuestión electoral. Hay visiones muy distintas de país (Miguel Kiguel, Econviews)
Sobre el programa monetario, el economista sostuvo que "no tuvo resultados tan favorables porque la inflación se aceleró este año y el tipo de cambio tiene más volatilidad de lo que a uno le gustaría". Pero lo explicó a partir de las limitaciones que le impone el FMI al BCRA de no dejarlo intervenir mientras que la divisa se mueva dentro de la banda. "Y eso le pone mucha presión a la tasa de interés como instrumento para evitar la volatilidad cambiaria", agregó.
Para Marina dal Poggetto, de EcoGo, "frenar la inflación sólo con política monetaria requiere una recesión muy pronunciada que, si no se logra contener el dólar, no es consistente en un año electoral". Hacia adelante, la economista prevé "varios meses de desorden"por la transición hacia las elecciones y el escenario de polarización.
"Es una política que te puede llevar a un desgaste de acá a octubre. La dinámica sigue siendo complicada, ya que hay siete meses por delante de un BCRA que va a tener que fijar la tasa, que ya alcanza el 70%", enfatizó Guido Lorenzo, director de la consultora LCG. Sostuvo que "el dólar sube a un ritmo mayor al esperado y la inflación núcleo no cede, aún con un programa monetario tan duro".
Frenar la inflación sólo con política monetaria requiere una recesión muy pronunciada que, si no se logra contener el dólar, no es consistente en un año electoral (Marina dal Poggetto, de EcoGo)
Juan Luis Bour, de FIEL, coincidió con sus pares sobre que el actual programa económico es de "emergencia" y que el cambio llegará cuando "la sociedad y el mercado se convenzan de que existe un plan de reformas amplio y creíble".
"El actual no es un plan económico. No podés llamar plan económico a algo que por ahora lo único que tiene en vista es subir un poco los impuestos para bajar el déficit y bajar el gasto con inflación más alta. Si tenés un problema de exceso de empleo público, es que no hiciste nada", cuestionó Bour.
¿Cómo cambiar el rumbo?
Gabriel Caamaño, de EcoLedesma, también consideró que "fracasó el plan de estabilización" oficial y que "mucho no se puede aspirar este año". "La perspectiva es que el Gobierno o quién sea que triunfe en las elecciones plantee un nuevo esquema de política económica luego de la votación", añadió, al tiempo que sostuvo que igualmente el punto de partida es mejor que en 2015 pero "hay una herencia más pesada en el aspecto financiero por la deuda contraída".
"El próximo gobernante -precisó Caamaño- tendrá otros desafíos, como profundizar lo fiscal, ir a un sendero de crecimiento sustentable, renegociar con el FMI y establecer una agenda de reformas sustentables (gran cuenta pendiente del Gobierno porque no realizó ninguna)".
Todos los analistas consultados coincidieron en remarcar la necesidad de que quien llegue en diciembre tendrá que buscar acuerdos políticos para poder avanzar con las reformas estructurales pendientes en el Congreso, que no pudieron aprobarse durante estos cuatro años de gestión de Cambiemos. Será ese camino, sumado a la estabilización macroeconómica -que el Gobierno confía en que llegará antes de los comicios- el que encaminará a la Argentina al crecimiento.
Los economistas remarcan la necesidad de que quien llegue en diciembre tendrá que buscar acuerdos políticos para poder avanzar con las reformas estructurales pendientes en el Congreso
"Perpetuar este plan para iniciar un camino de crecimiento me parece inadecuado porque sigue enfocado en apreciar el tipo de cambio", planteó el director de LCG.
"La agenda 2020 requiere técnica y acuerdos políticos para poder pasar leyes por el Congreso y que la Corte Suprema no las boicotee", opinó Dal Poggetto.
Kiguel también manifestó que hay que avanzar con las reformas, aunque destacó que parte se hizo y que igualmente primero hay que tranquilizar el "mar revuelto". Y agregó: "el próximo gobierno tendrá que pensar seriamente qué economía queremos y qué incentivos se da para el crecimiento al largo plazo".
Finalmente, el consenso entre economistas es que no hay mucho que hoy el Gobierno pueda hacer para estabilizar la economía y que el escenario de polarización agrava el escenario. En este contexto, la esperanza está puesta en los próximos cuatro años.
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