Espert se equivoca: el Inmobiliario en la provincia aún es muy barato

El economista es un personaje de ideología extrema y muy activo provocador en televisión, radio y redes sociales. En los últimos días apuntó su lengua filosa y su prosa sin filtro contra el ajuste del ABL por parte del gobierno de María Eugenia Vidal en particular, y del pago de impuestos en general

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El economista José Luis Espert es un activo impulsor de la baja de la presión tributaria y de reducción del gasto público
El economista José Luis Espert es un activo impulsor de la baja de la presión tributaria y de reducción del gasto público

El lunes pasado el economista tuiteó: "Pasan cosas como que Nación baja Ganancias y retenciones pero en Buenos Aires Vidal te revienta con el Inmobiliario. Y a vos te agarraron con la suba del Inmobiliario Residencial, el Rural, el ABL, la suba de Internos, el Impuesto a la Renta Financiera, la eliminación del límite de 82.000 pesos mensuales para los aportes personales…".

Fue una queja elegante si se la compara con lo que había escrito el jueves 25. "Ustedes @arba @PrensaARBA son nazis. Basuras", señaló enojado en relación a un aviso de la agencia recaudadora informando sobre la posibilidad de "realizar consultas, gestionar y pagar impuestos o regularizar deudas sin alejarse de la playa".

Y agregó: "En Argentina la evasión de impuestos debería ser un nuevo derecho humano. La política no cobra impuestos, sino que te grava todo (y a veces varias veces), absolutamente todo lo que consumís e invertís. Encima, y recién muy en segundo lugar, lo malgastan y lo roban. Basuras".

Y siguió: "Ojalá no te lo pague nadie, delirante Evita Amarilla, María Eugenia Vidal; Revalúo Inmobiliario en la Provincia de Buenos Aires: las facturas llegan con subas superiores al 900 por ciento". No conforme, el viernes 26 la siguió: "Váyanse a recontracagar por esto".

¿Qué era esto? Esto era otro aviso de Arba promocionando que "en algunas localidades de la costa facilitadores tributarios van a estar recorriendo el centro y ayudándote con tus trámites".

Un referente de lo que mucha gente cree

Si bien José Luis Espert es una figura pública marginal, su posición respecto a los impuestos, y puntualmente en relación al Inmobiliario, es representativa de lo que muchísima gente cree. Lo importante y grave es que lo que él expresa, y mucha gente comparte, es falso, y además conspira contra que el Estado pueda recaudar de forma socialmente justa para cubrir sus funciones públicas.

Lo importante y grave es que lo que expresa José Luis Espert, y mucha gente comparte, es falso, y además conspira contra que el Estado pueda recaudar de forma socialmente justa

El aumento en el impuesto inmobiliario no alcanza ni a una décima parte de lo que dijo Espert, y repitieron políticos con más prestigio que él. Por ejemplo, el diputado nacional por el Frente Renovador, Daniel Arroyo, quien afirmó que "el revalúo inmobiliario, que generó subas de hasta el 900% en las facturas, es un nuevo golpe al bolsillo que está cada vez más flaco y más complicado". ¡Error!

Mera actualización

Si bien es cierto que el valor fiscal de las propiedades fue actualizado en porcentajes muy altos, los valores anteriores eran ridículamente bajos y alejadísimos de los precios de mercado, lo que generaba (como se verá más adelante) que lo que se pagaba de este impuesto fuera muy poco. Además, los aumentos en las facturas no tuvieron casi relación con el incremento en las valuaciones, por la sencilla razón que se establecieron topes para evitar que la aplicación de las alícuotas sobre los nuevos valores fiscales arrojara ajustes desmedidos.

Si bien es cierto que el valor fiscal de las propiedades fue actualizado en porcentajes muy altos, los valores anteriores eran ridículamente bajos y alejadísimos de los precios de mercado

Para los casi 4,5 millones de inmuebles urbanos de la provincia, el impuesto promedio pasó de $180 a $281 mensuales, o, si se prefiere, de $2.161 a $3.371 anuales, lo que representa un aumento del 56 por ciento.

La suba es claramente superior a la inflación y al aumento salarial, pero se aplica sobre niveles muy bajos y el impacto en el presupuesto de la mayoría es relativamente escaso:

* En las propiedades de menor valor la suba es inferior al ajuste promedio del 56 por ciento;

* Para el 7% de los inmuebles de menor valor el impuesto bajó, y para el siguiente 6% no hay variación;

* El tercio de los inmuebles más baratos registra aumentos de hasta el 34 por ciento;

* La mitad de las propiedades de menor valor van a tener un ajuste en las facturas de a lo sumo $300 en el año. Lo máximo que pagará esa mitad en todo el año apenas supera los 1.000 pesos;

* Para la otra mitad de las propiedades, las más caras, los aumentos porcentuales son mayores y, obviamente, en muchos casos por encima del 56% de suba promedio. De todas maneras, en ningún caso el impuesto anual subirá más del 75%, ya que ese fue el tope máximo (para el caso de los countries).

Relaciones contundentes

Aún con esos incrementos, lo que se pagará de Inmobiliario sigue siendo muy poco, y eso se aprecia especialmente en los inmuebles de los ricos:

* Para el 0,5% de las propiedades de mayor valor fiscal (unas 23.000) el impuesto promedio pasó de $122.000 a $202.000 anuales, con un alza del 66%. Es decir que van a pagar en el año menos de USD 10.000, lo que a simple vista equivale a bastante menos del 1% del precio de mercado que seguramente tienen esos inmuebles;

* En el anterior escalón (el segundo de mayor valor), están aproximadamente el 2% de los inmuebles (unos 80.000). El impuesto promedio sube de $19.200 a $30.000 por año, con un alza del 57%. Es decir que van a pagar en el año un promedio de menos de USD 1.500 sobre propiedades que, seguramente, no cotizan por debajo del medio millón de dólares.

* En cuanto a los inmuebles rurales la situación es similar. Las 200.000 partidas fueron ajustadas en un 50% (los campos de menos de 50 hectáreas y los inundados quedaron exceptuados del aumento), y en promedio van a pagar algo menos de $15.000 en el año. Nuevamente, en los campos caros, aún con el 50 por ciento de aumento, lo que se paga es poquísimo en relación a lo que valen.

* El 4% de los inmuebles rurales de mayor valor paga en promedio 191.000 pesos en el año, o sea menos de USD 10.000. Dando por cierto que esos alrededor de 8.000 campos valen varios millones de dólares cada uno, lo que se les cobra es un regalo.

El Inmobiliario es uno de los tres únicos impuestos patrimoniales vigentes en el país, junto con Bienes Personales a nivel nacional y con el impuesto automotor a nivel provincial. Para cualquier especialista (de izquierda, centro o derecha) los impuestos patrimoniales son los más apropiados para dotar al sistema tributario de equidad, si se los aplica correctamente.

Pero en la Argentina, ya sea por demagogia política de los gobiernos provinciales, por el crónico desapego a la cuestión distributiva en materia impositiva, entre otras causas, el impuesto inmobiliario ha venido perdiendo relevancia, lo mismo que Bienes Personales.

En la Provincia de Buenos Aires, en 2003 el Inmobiliario representaba el 14% de la recaudación. Su participación fue cayendo estrepitosamente por falta de actualización de valuaciones, por alícuotas muy bajas y por falta de control: en 2011 fue del 6,2% y llegó a un piso del 5,5% en 2015. A partir de 2016 se revirtió esa tendencia, y el año pasado su incidencia fue del 6,9%, un leve repunte que ni siquiera lo reubica en la mitad que en 2003.

Una comparación bien ilustrativa del bajísimo valor fiscal de los inmuebles: toda la propiedad inmueble de la provincia tiene un valor fiscal similar al de los autos radicados en ese distrito. Absurdo.

Toda la propiedad inmueble de la provincia tiene un valor fiscal similar al de los autos radicados en ese distrito. Absurdo

La provincia de Buenos Aires no es una excepción. En realidad, la situación en el resto del país es aún peor, a excepción de la Ciudad Autónoma, que también recauda poco pero proporcionalmente más que el resto:

* Mendoza, la participación del Inmobiliario en el total cayó del 12,7% en 2002 a 4% en 2017;

* Tucumán, bajó del 10% en 2005 a 5,4% el año pasado;

* En Jujuy apenas recaudó el 1,6 % del total en 2017.

Acuerdo con gobernadores

El punto 11 del Pacto Fiscal firmado por el gobierno nacional con las provincias, los gobernadores se comprometieron a ir aumentando las valuaciones fiscales de los inmuebles para que "converjan en el tiempo con las valuaciones de mercado"; y en el punto siguiente se comprometieron a "fijar alícuotas en un rango entre 0,5 y 2% del valor fiscal establecido en el punto anterior".

Es decir que el compromiso es llegar en algún momento no precisado a cobrar entre 0,5 y 2% del valor de mercado. Si se cumple el objetivo respetando criterios de progresividad (alícuotas diferenciales, exenciones para clase baja, etc.), sería una gran contribución a mejorar la recaudación y la equidad del sistema tributario.

Impresiona imaginar cómo reaccionaría José Luis Espert si eso se cumple, considerando el brote de indignación e insultos que le provocó el aumento para este año.

En cambio, en relación al retrógrado compromiso que el Estado Nacional firmó en ese pacto fiscal para "no crear nuevos impuestos nacionales sobre el patrimonio ni incrementar la alícuota de Bienes Personales", Espert debe haber festejado. Al igual que toda la clase media-alta y alta de la Argentina.

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