Gustavo Grobocopatel: "El Gobierno tiene que hacer muchas cosas feas, si no las hace lo que viene es peor"

"Tenemos un problema macroeconómico más grave del que pensamos", aseguró

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Gustavo Grobocopatel (Foto: Martín Rosenzveig)
Gustavo Grobocopatel (Foto: Martín Rosenzveig)

La discusión por la reforma previsional, el lunes de furia que se vivió el lunes en el Congreso y los apuros que enfrentó el Gobierno en su negociación con los gobernadores abrió un debate en distintos sectores de la economía sobre el momento que atraviesa el país.

El presidente del grupo Los Grobo, Gustavo Grobocopatel, graficó la situación económica con extrema crudeza: "El Gobierno tiene que hacer muchas cosas, feas, que no gustan. Porque si no las hace, lo que viene es peor".

Y argumentó: "Si no puede pagar, si se endeuda demasiado, todo es peor que estas reformas. Tenemos un problema macroeconómico más grave del que pensamos que tenemos. No hay conciencia en la sociedad de que tenemos por delante varios años duros. Pero hay muchos países que pasaron por años duros y después prosperaron, como China, Corea o Chile. Tenemos que entender que hay que hacer esfuerzos y sacrificios para salir adelante".

Este análisis, reproducido por el periodista Alejandro Bercovich en Bae Negocios, ya había sido planteado por el empresario sojero el martes en una asamblea de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) donde se constituyó la nueva comisión directiva. Escucharon y dieron sus impresiones los directivos de las compañías más poderosas del país, entre ellos Jaime Campos, Luis Pagani, Paolo Rocca, Héctor Magnetto, Sebastián Bagó, Carlos Miguens, Aldo Roggio, José Cartellone, Alfredo Coto, Enrique Pescarmona, Cristiano Rattazzi, Alberto Grimoldi, Enrique Cristofani, Eduardo Elsztain, Julio César Saguier, Marcelo Argüelles, Federico Braun, Alberto Hojman, Jorge Aufiero y Teodoro Karagozian.

Cuentan los testigos que en ese encuentro empresario quien tuvo que hacer esfuerzos para calmar algunas inquietudes que surgieron en medio del debate de ideas fue el radical y mentor de Cambiemos Ernesto Sanz. "Hay un presidente fuerte que no es peronista y hay muchos que no pueden aceptar eso. Pero está respaldado por una coalición y esa coalición está firme", vociferó con tenacidad.

El lunes se vivió una batalla campal frente al Congreso (Foto: Nicolás Stulberg)
El lunes se vivió una batalla campal frente al Congreso (Foto: Nicolás Stulberg)

La preocupación empresaria por la gobernabilidad no surgió solo en la mesa de AEA. Ese mismo martes, cuando ya habían pasado unas cuantas horas de la sanción de la ley que cambia la fórmula de movilidad de los jubilados, el tema emergió en medio de un brindis de fin de año organizado por la AmCham en la residencia del embajador de los Estados Unidos en Buenos Aires. El puesto está vacante pero la lujosa mansión es utilizada para este tipo de eventos.

"Acá lo que se vio es una horda de antidemocráticos que vieron que perdían y quisieron impedir que funcione la democracia. Todos comandados por el kirchnerismo. La gentuza que nos gobernó, como (Agustín) Rossi o (Axel) Kicillof, tiene que irse a laburar y no quiere. Necesitamos que haya una oposición, porque no puede no haber, pero tiene que ser una oposición razonable, no ellos", señaló el CEO de HSBC, Gabriel Martino, ante un grupo de periodistas.

Más diplomático, el gerente general de Ledesma y presidente de IDEA, Javier Goñi, reconoció que al Poder Ejecutivo le faltó claridad para explicar la reforma. Y Gastón Remy, CEO de la petroquímica DOW, describió las escenas de violencia del lunes como una disputa "entre lo nuevo y lo viejo".

Este tipo de conversaciones podrían trasladarse ahora a los habituales festejos de los últimos días de diciembre y los primeros del nuevo año que se realizan en Punta del Este. La semana pasada, tras la primera batalla campal, producida el jueves frente al Congreso, 80 entidades empresarias y diversas organizaciones que integran el Foro de Convergencia Empresarial firmaron un comunicado en el que expresaron su preocupación porque la tensión política puede provocar efectos negativos sobre las expectativas de inversión, la generación de empleo y la mejora general de la economía.