Entre enero y agosto la producción de combustibles fue de 14.377.000 de metros cúbicos, una caída en la oferta del 2,8% con respecto al mismo período de 2015.
A excepción de la nafta premium, que registró una suba del 0,1%, la elaboración de gasoil cayó un 4%, la de aeronaftas un 7,9% y la de nafta común un 27%, precisó IES Consultores.
La demanda de combustibles revirtió la caída presentada hasta abril y mostró un signo positivo para los primeros ocho meses del año.
Entre enero y agosto de 2016 se comercializaron 16.002.000 de metros cúbicos, una suba del 1,5% con respecto a igual período de 2015 debido al incremento de los volúmenes vendidos de nafta súper y gasoil.
La composición del mercado continuó señalando al gasoil como el combustible de mayor consumo, con el 57,5%; las naftas especiales con el 35,4%; la nafta común con el 0,1% (en un marco de práctica desaparición) y las aeronaftas al 7 por ciento.
La demanda de combustibles muestra un signo positivo para los primeros ocho meses del año
Estos porcentajes marcan, respecto de 2015, una merma en cuanto a la participación del gasoil debido a que se realizaron mayores ventas de las naftas especiales y de las aeronaftas.
Durante el acumulado de enero a agosto de 2016, las exportaciones del sector energético treparon a los USD 1.118 millones, un 27,6% por debajo del mismo período de 2015, producto de la caída de los precios internacionales.
Por su parte, en volúmenes, las exportaciones crecieron un 7,3%, lo cual es un hecho a remarcar, ya que desde 2009 las cantidades de bienes energéticos comercializados al exterior han ido cayendo año a año.
En lo que respecta a las importaciones totales de energía, fueron de USD 3.760 millones, un 27,1% de caída interanual explicada, fundamentalmente, por la baja en los precios internacionales, ya que las cantidades compradas crecieron un 2,9 por ciento.
Los precios medios de importación en el período cayeron 29,2% con respecto a igual período de 2015.
Para Alejandro Ovando, director de IES Consultores no se prevén cambios de magnitud para lo que resta del 2016, aunque será relevante conocer el impacto del nuevo esquema de precios del gas y su relación con el costo de la electricidad teniendo en cuenta la demanda de los consumidores dentro de un marco de mejora de la actividad económica.