Todo lo que hay que saber para el día después de blanquear

Mariano Sardans, experto en planificación patrimonial, explicó en InfobaeTV cómo proteger los datos personales y qué alternativas hay para reducir el impacto fiscal sobre los bienes

Compartir
Compartir articulo
 

Ya tomada la decisión por mucha gente de ingresar al blanqueo, uno de los temas de mayor preocupación es cómo manejarse "el día después". En ese sentido, Mariano Sardans, director de la consultora FDI, señaló que hay dos temas especialmente sensibles para aquellos que optan por entrar al sinceramiento fiscal: qué pasará con los datos personales y de qué manera reducir la presión tributaria sobre los activos blanqueados, a través de esquemas para diferir y hasta evitar el pago de determinados impuestos.

El proceso de sinceramiento local se extendió hasta el 21 de noviembre, aunque la cuenta especial para depositar efectivo debe ser abierta antes de que termine octubre. Según los sondeos en los bancos, la cifra de la primera etapa podría superar los USD 5.000 millones. Pero el grueso vendrá de los inmuebles y cuentas en el exterior, que hay tiempo para exteriorizar hasta el 31 de marzo de 2017.

“Al único que no le conviene este blanqueo es a la AFIP, que cobrará sólo 10% cuando podría percibir el 60% de los activos si te descubre”.

"Es muy importante que la AFIP impida a entidades financieras a solicitar las declaraciones juradas de sus clientes, tal como trascendió hace algunos días. El único que debería tener acceso a las declaraciones juradas, que es donde realmente aparecen cuáles son los activos que los contribuyentes poseen en su patrimonio, es el ente recaudador. Para el resto, debería regir el secreto fiscal".

Pero la clave del proceso es -en lo posible- evitar que los activos declarados aparezcan de manera automática en la declaración jurada que habrá que presentar post-blanqueo. "Lo recomendable para patrimonios grandes es crear alguna sociedad o fideicomiso con los activos. De esta forma, sólo se verían la tenencia de acciones de esa nueva sociedad creada, pero nada más".

-¿Qué pasaría con los bancos, que actualmente piden la declaración jurada para dar crédito o abrir una cuenta?

– En ningún país sucede eso. Hay mil maneras de construir una historia crediticia, sin necesidad de que cualquiera pueda acceder a información personal. Si uno blanquea a título personal y luego deja las cosas así, en la declaración jurada que hay que presentar de 2016 aparecerá el detalle de todos los activos del contribuyente. Es mejor evitarlo.

-¿Y qué otro aspecto es importante tener en cuenta luego de blanquear?

– La planificación impositiva. Una cuenta en negro que se blanquea empieza a tributar impuestos, en particular Bienes Personales y Ganancias. Pero además, es probable que el impuesto a la herencia que hoy se cobra sólo en dos provincias (Buenos Aires y Entre Ríos) se termine aplicando en todo el país. Y hay que saber cómo manejarse para reducir el impacto fiscal o si es posible evitarlo. En ese sentido, el blanqueo es muy benigno. Puede parecer cara la alícuota pero al mismo tiempo se dio mucha flexibilidad a los que entran.

-¿Cuál es la postura de los clientes que analizan si entrar o no al sinceramiento fiscal?

-Ya todo el mundo hizo el duelo y está dispuesto a hacerlo. Hay que tener en cuenta que el único que pierde con este esquema es la AFIP, porque cobra sólo el 10%, cuando podría quedarse con el 60% si en el futuro descubre activos no declarados. Puede ser que haya otros blanqueos en el futuro, pero éste es el único impulsado internacionalmente y con condiciones tan ventajosas.

"El impuesto a las Ganancias para tenencia de acciones extranjeras, por ejemplo, es de 15 por ciento. Y el impuesto a la  herencia -continuó Sardans- puede llegar al 21 por ciento. Por eso es clave sentarse con el tributarista o el asesor para planificar el futuro en forma paralela o inmediatamente después de haber blanqueado".

LEA MÁS: Qué es el tapón fiscal del blanqueo y cómo se tramita