Pablo Lunati, sin reservas: su vida en la calle, la homosexualidad en el fútbol y el dolor de ver campeón a Boca en su rol de árbitro

El ex árbitro, sin pelos en la lengua, tocó múltiples temas en una entrevista imperdible

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El ex árbitro habló sobre la experiencia de ser arbitro en el partido que Boca Juniors salió campeón

Se apronta para la entrevista virtual desde la comodidad de su casa junto a su bebé, al que le puso de nombre Santiago Bernabéu en honor al escenario en el que se disputó la final de la Copa Libertadores 2018 entre River y Boca. Hoy Pablo Lunati se siente liberado, circula mucho más liviano que en su época como árbitro, en la que mantenía presa su pasión por el club de Núñez. Nunca fue de declarar con pelos en la lengua, pese a verse obligado a ocultar su fanatismo millonario. Y a años luz de distancia de todavía tener que lidiar con esos traumas, habla aún con menos tapujos.

La nota se demoró unos minutos porque tuvo que salir de apuro a comprar una pastilla para el corazón, que toma religiosamente todos los días para poder entrenar y exigirse físicamente. Ya no corre como cuando era juez profesional, pero se mantiene en buena forma. Disfruta de la cuarentena con su pareja Mily e hijo menor pero reniega un poco por el encierro. Un Lunati auténtico.

¿Por qué creés que la mayoría de tus conocidos y amigos te llaman Loco?

(Se ríe). Qué se yo. Toda la vida fui así. Soy carismático, verborrágico, pasional, soy así con todo lo que hago: cuando educo a mis hijos, cuando dirigía, cuando trabajo... Le meto mucha pasión y dedicación a la vida. Eso tiene sus consecuencias también, ¿no? No siempre fue todo bueno. Uno tiene su carácter y forma y eso no va a cambiar. Creo que lo de Loco es porque voy para adelante y no mido consecuencias. Ahora un poquito menos porque estoy más grande, la operación del corazón y el bebé me han cambiado... Si a partir de lo que me pasó el 1° de marzo (la operación) no aprendí, más que loco sería un tonto. Aprendí un poco la lección, aunque a veces se me salta la cadena. Soy un loco lindo, con onda, que ayuda al prójimo, que escucha y, si tiene que poner la oreja para un montón de cosas, la pone. Soy un buen loco.

Los que creen que armaste un personaje están equivocados entonces...

No es un personaje el que hago, soy tal cual. La gente que no me conoce, cuando me conoce, me dice que siempre creyó que lo mío era algo pensado. ¡Ni en pedo! Yo soy así en la vida, hablo fuerte, gesticulo mucho, soy verborrágico, soy así, ¿qué querés que haga? No hay acting. No hubo acting en la cancha, no hubo acting cuando estuve en la tele y tampoco lo hay en mi vida privada.

El ex árbitro, fanático de River, se ufana de afirmar que Boca consiguió buenos resultados cada vez que le tocó dirigirlo (Fotobaires)
El ex árbitro, fanático de River, se ufana de afirmar que Boca consiguió buenos resultados cada vez que le tocó dirigirlo (Fotobaires)

¿Ese grado de “locura” te llevó a tomar la decisión de ser árbitro de fútbol?

Ser arquero y árbitro no es para una persona normal. Algún patito se te fue de la fila si elegiste eso, no tengo dudas. ¿Vos viste algún arquero normal? En sus entrenamientos el arquero está solo, parece un esclavo... Hay que tener mucho huevo para ser arquero. Y para ser árbitro también. Mi hijo Franco es arquero y le digo ‘Franquito, a vos el patito feo se te fue de la fila’. No son cosas normales. Yo al arbitraje lo tomé como una guía en mi vida porque era un adolescente bravo que se crió solo, me tocó eso.

¿Cómo fue tu transición de “adolescente bravo” a tener que aplicar y enseñar el reglamento a los demás?

A los 14 años me fui de mi casa y la vida en la calle tiene sus cosas... Hay que pelearla. A los 14 ó 15 deambulé por cualquier lado, donde caía, dormía. A los 17 con mi trabajo me alquilé un departamento. Mi papá se fue de mi casa cuando se separó de mi vieja y la verdad no la aguanté más a ella. Consideré que la casa era de ella, las condiciones las ponía ella y que si no me gustaba me tenía que ir. Un día me dijo “si no te gusta, tomatelá”. Agarré mis cosas y me fui. Era hijo único y mi mamá tenía un edipo conmigo bastante importante. Mi viejo era un tano duro, muy recto. En la adolescencia tuve mis momentos. Llegué a estar peleado con él 8 ó 9 años.

¿Y el ingreso al referato?

Me topé con un juez de línea que era playero en una estación de servicio, la única que había en Santos Lugares. Me rompió las pelotas mucho tiempo para que hiciera el curso de árbitro. Le decía que estaba en pedo. Yo iba a la cancha a putear al árbitro desde que empezaba el partido hasta que terminaba, como cualquier otro. Y cuando terminaba el partido iba al hall del Monumental para seguir puteándolo. Un día pensé “voy a ver si esto me endereza un poco la vida”. La responsabilidad, la disciplina, el trabajo, el entrenamiento, la conducta, las comidas, dejar la noche... No era fácil. El arbitraje me enderezó la vida. Llegué a Primera con 35 años y si hubiera seguido vivo Grondona dirigía hasta los 60.

El fútbol se modernizó y cambió mucho desde tus inicios como árbitro. ¿Por qué creés que la homosexualidad sigue siendo un tema tabú?

No sé por qué sigue siéndolo. No me considero ningún machista, al contrario, soy más del otro lado. No tengo dudas de que en el fútbol y en el arbitraje hay muchos homosexuales. No entiendo por qué en 2020 sigue siendo un tema tabú, no lo podría explicar. Hoy veo mucha más gente de la mano, parejas de chicas, chicos, veo gente en la televisión que se está abriendo y está bien porque parecen más felices. La homosexualidad en el fútbol en este siglo, año 2020, no debería ser un tabú, ¿no? No sé contestarte eso.

Eras fanático de River y cuando dejaste de dirigir te tatuaste a Gallardo en una pierna... ¿Tenés alguna anécdota con él de cuando dirigías?

El Muñeco ni hablaba en la cancha. Jugaba. Era parecido a Riquelme. Dos líderes futbolísticos importantes. Cuando tenían que hablar algo, hablaban. Cuando tenían que jugar, jugaban. Me acuerdo que un día no le cobré un penal a Ortega, creo que en un partido contra Godoy Cruz. Perdíamos 1-0 y lo ganamos 2-1. En el entretiempo Gallardo me dijo “qué penal te comiste...”. Fue el último partido que jugó en cancha porque Cappa, que era el técnico de River, no lo puso el día de su retiro. Sabiendo que se retiraba y todo, el totorolo lo dejó en el banco. ¡Menos cintura que un pollo!

El ex árbitró dió su opinión sobre el ex director técnico de River Plate

¿Te dejó un mal recuerdo el paso de Cappa por el club?

“El filósofo del fútbol...”. ¡Un mentiroso! Mamita mía... Nos chicaneó a nosotros, nos dijo que nos mandó o que aportó para que nos vayamos a la B porque nos ganó muchas veces. La verdad que cuando estuvo en River fue un fracaso, como todo lo que hizo en su vida en el fútbol, sacando el Huracán ese que llegó a la final (peleó el Clausura 2009 con Vélez), pero tenía grandes jugadores y un gran equipo. ¿El técnico? Olvidate, un mentiroso.

¿Es cierto que un día en el vestuario de árbitros de la Bombonera te hicieron llegar una camiseta de Boca? ¿Y qué hiciste con la camiseta?

(Se ríe y piensa unos segundos). Siempre pasa, en todos los clubes pasa. Pero en cancha de Boca me tenés que matar para agarrarla. No la toco ni con un palo, no hay ninguna posibilidad de que la toque. Algunos dirigentes con los que tenía buena relación y sabían que yo era de River me la mandaban a propósito. Yo no la tocaba, ni la metía en el bolso. Le decía al juez de línea “agarrala, llevatelá”. Eso no me impedía dirigir bien después. Averiguá con qué árbitro Boca ganó más en los últimos 20 años. Te lo dejo de tarea. Conmigo Palermo hizo el gol desde la mitad de cancha contra Independiente en cancha de Racing, hizo la primera vez 4 goles en su vida contra Gimnasia La Plata, superó la línea de Varallo y Boca conmigo cortó una racha de 8 ó 10 partidos sin ganar.

¿Cuando dirigías te costaba ver ganar a Boca? Te tocó verlo salir campeón de Copa Argentina contra Racing...

Ver ganar a Boca era un dolor de huevo, la he pasado mal. Y verlo salir campeón era un dolor de huevo doble. Pero yo era árbitro y no me quería equivocar, quería volver a mi casa y que mis hijos estuvieran tranquilos porque había que bancar la semana ante alguna equivocación. Tanto en la final de la Copa Argentina contra Racing como en la Supercopa contra Arsenal me tocaron dos partidos muy buenos, quedé conforme con lo que hice. Eso no quita que ver salir campeón a Boca es un dolor de huevo.

Fue una y una, porque contra Arsenal Boca perdió en los penales... ¿Ahí te fuiste más tranquilo?

Con Arsenal fue un partido feo y perdió a penales, sí. Claro que me fui más tranquilo. Si la ganaban otra vez, me la cortaba y se la tiraba a los pescados. Pensaba “no puede ser que ganen otra copa conmigo”.

Pablo Lunati vio campeón a Boca en la final de la Copa Argentina contra Racing en el año 2012 (Fotobaires)
Pablo Lunati vio campeón a Boca en la final de la Copa Argentina contra Racing en el año 2012 (Fotobaires)

¿Qué opinás de la idea de Gallardo de dialogar para planificar el regreso a los entrenamientos de los equipos de fútbol?

No es que opine igual que Gallardo porque es él. Opino igual porque no me entra en la cabeza que en algún momento pensaron en que volviera un programa de baile en televisión, habilitaron unas cuantas fábricas, lo cual me alegra, por la producción y economía del país, pero no puedan entrenar los jugadores. Explicame por qué. Dame un motivo por el cual en una cancha que mide 105x70 no pueden entrenarse 20 ó 30 jugadores. Creo que deben volver a entrenarse porque después de este parate necesitarán dos meses para ponerse bien. Sin público, está perfecto, ya sabemos que hasta marzo o abril del año que viene será así. Pero si querés empezar a jugar en septiembre, tenés que empezar a entrenar dos meses antes. Hay periodistas 4 de copa que se cuelgan de que River en su momento no se presentó con Atlético Tucumán y ahora hace rosca. ¡Hace rosca después de 100 días! Tenés todos los periodistas bobos, que no los conocen ni los perros, que dicen eso. Leí cada cosa en Twitter e Instagram... Se hacen todos los kapanga, pero bueno.

¿Cómo llevás particularmente la cuarentena?

Los primeros 40 ó 50 días fueron lo peor. Decidimos que iba a salir yo para cuidar a Mili (su esposa) y al bebé. Tampoco salía mucho, veía 10 películas por día. Después ya fue la cuarentena. Yo tengo mi idea de la cuarentena y de la pandemia. El 50% de la gente piensa como yo y el 50% cree que es grave y letal, pero cuando les pido que me demuestren que es letal, no saben cómo. Hace 4 meses que estamos guardados y se murieron mil personas. ¿De qué letalidad estamos hablando?

¿Dónde estás pasándola y cómo afectó la pandemia a tus negocios, siendo ahora comerciante?

Estoy en 3 de Febrero, Santos Lugares. Es un momento complicado. Los comerciantes de Caseros vivimos del comercio de Caseros. Yo tengo lavadero de auto y no va a venir a lavar su auto alguien de Ituzaingó, Capital o San Martín, aunque esté al lado. Nosotros necesitamos trabajar con todos los protocolos correspondientes. Con distancia, barbijo, lavándote las manos 500 mil veces. Si vos hacés todo eso, no te vas a contagiar. Y te lo está diciendo una persona que es paciente de riesgo, con 4 bypass, pero entiende que hay que trabajar. ¿50 días? Fenómeno. ¿60 días? Bueno. Pero ¿dónde viste una cuarentena de 100 días? Italia y España, con 500 muertos por día, empezaron a flexibilizar la cosa. Yo sé que lo que hablo le llega a todo el mundo de una manera u otra. Al Presidente, a Kicillof o a quien sea. Esto no es político, pasa por otro lado. Los lavaderos de autos no somos esenciales, pero el tema es que después de 60 días cerrados, cualquier local pasa a ser esencial. Después de 60 días un comercio no aguanta. Yo alquilo a dos personas que me dijeron ‘Pablo, pagá el alquiler como quieras’. Uno me dijo que le diera lo que pudiera y el otro me dijo de arreglar por la mitad y que perdiéramos los dos, algo que me pareció coherente. Pero hay que pagarle a la gente, los empleados... El impuesto municipal vino los cuatro meses, eh. Pagué 70 mil pesos de luz en los cuatro locales. Más el agua que fueron 30 ó 40 mil, más el gas 20 ó 30 mil, más los impuestos que hay que pagar. Queremos trabajar para, por lo menos, llegar a pagar los gastos.

Lunati con su pequeño en brazos: le puso de nombre Santiago Bernabéu por la final que River le ganó a Boca en Madrid (IG: @pablolunati22ok)
Lunati con su pequeño en brazos: le puso de nombre Santiago Bernabéu por la final que River le ganó a Boca en Madrid (IG: @pablolunati22ok)

¿Pensás en algún momento volver a la televisión después de haber sido panelista en un programa deportivo?

Cuando me convocaron me gustó la idea. No seguí porque no iba a ser el mismo programa, no me gustaba la propuesta y preferí irme. No quiere decir que el día de mañana haga algo que me seduzca. Ya estoy para otra cosa, la seriedad ya está. Ya tuve una carrera en la que fui responsable, una carrera muy estricta como para seguir por ese perfil. Me gustaría hablar de fútbol, pero con otras cosas. Hoy veo que se opera mucho en el periodismo deportivo y el general. A algunos les gusta el humo y otros se prestan cuando los mandan. También operan. Hay que tener cuidado con lo que se dice. El periodismo es complejo. Hay cosas que no son necesarias y se hacen por rating. Yo tengo gente amiga en la política y sé para dónde vamos a ir, pero veo que algunos programas de noticias tiran bombas con cosas que no son.

¿Tiene muchos amigos Pablo Lunati?

Tengo 5 amigos en mi vida. Amigos, amigos, eh. De los que soy capaz de matar excepto que me demuestren lo contrario. Si me mostrás que uno de ellos es chorro o mala persona, vamos para adelante. Si no, yo te mato o me tenés que matar por mis amigos.

¿Te genera ansiedad el regreso del fútbol para llevar a tu bebé a la cancha?

Este se va a criar de otra manera. Ahora me importa todo poco estando él. (Lo muestra en pantalla) este pibe es un santo, lo bueno y compañero que es... Es el único que va a venir desde chiquito conmigo a la cancha de River. Con Matías no pude porque ahí justo llegué a Primera y los dos del medio no pudieron. Estoy desesperado para que Santiago Bernabéu vaya a la cancha y la gente lo espera también.

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