Marcelo Gallardo versus Nahuel Gallardo, rivales íntimos: las bromas de los jugadores de Defensa y el “mensaje cábala” que esta vez no llegará

El River del Muñeco busca el triunfo ante el Halcón, que cuenta con su hijo el lateral izquierdo, detrás del sueño de la Superliga. La historia de una relación familiar, de mascota a futbolista y técnico-jugador: las “clases particulares” en la sobremesa y lo que más sorprende al defensor de su papá

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Marcelo Gallardo y Nahuel Gallardo en el rol entrenador-jugador
Marcelo Gallardo y Nahuel Gallardo en el rol entrenador-jugador

Agarrá un papel y una lapicera que te voy a mostrar tus errores”.

El rito, una costumbre cuando Nahuel Gallardo era parte de las divisiones inferiores de River, se repetía de tanto en tanto en la sobremesa."Entonces me hace la canchita y me dice: 'Tenés que corregir esto, esto y esto! Nunca me tira una buena! Me rompe siempre con el cabezazo, con el timming para saltar. Cuando repito un error me dice: ‘No puede ser, no puede ser’. A veces me enojo, pero después se me pasa. ¡Qué le voy a decir? Es mi papá y es el que sabe", contaba el primogénito de Marcelo Gallardo en el libro “Gallardo Monumental”, de Diego Borinsky.

Este sábado, el Muñeco seguramente ansiará que sus enseñanzas hacia su hijo, aquellas clases particulares, no tengan impacto en el resultado del duelo entre River y Defensa y Justicia, detrás del sueño de que el Millonario se consagre en la Superliga. “Son sensaciones raras porque crecí ahí como persona, lo vengo diciendo. Pero bueno, ahora me toca estar de este lado y con otra camiseta. Me debo a Defensa, así que si me toca jugar lo haré de la mejor manera”, dijo el lateral izquierdo, en el umbral del encuentro. Hasta Máximo, papá de Marcelo y abuelo de Nahuel, opinó sobre el cruce: “Ahora soy hincha de dos equipos. Me parece bien lo que Nahuel decida. Compartir cosas con mis nietos es lo más lindo que hay. A mi nieto siempre le voy a desear lo mejor, no se si para este domingo pero quiero que sea feliz”, aseguró.

Nahuel se probó en River con 14 años. Su intención era audicionar para el puesto de Nª 5, pero la superpoblación en el rol lo llevó a quedar como marcador central, y el recorrido en la cantera le asignó un espacio en el lateral izquierdo. Casualidad o destino, en la prueba estuvo Gabriel Rodríguez, el mismo formador que aprobó al padre.

El marcador de punta acompañó la transición de su papá. Fue mascota de niño, cuando todavía lucía los cortos, y alcanzapelotas en el inicio de su exitosa era como entrenador, que en Núñez ya ostenta 11 estrellas, incluyendo dos Copas Libertadores.

"Estuve con Boca, obvio, la noche del gol de Pisculichi (Copa Sudamericana 2014). Y contra Boca, el 1-1 del diluvio fue re especial. Era el primer clásico, ¡cómo me mojé ese día!. Cuando llamó a Pezzella para el cambio no entendía nada. Cuando escuché 'Pezzella', dije: '¡Pezzella! ¿Cómo no pone un delantero?'. Porque íbamos perdiendo. Obviamente que a mi viejo siempre le tengo fe, pero era raro, entonces cuando Pezzella metió el gol del empate fue una emoción muy grande. Y nos subimos encima de él en un abrazo gigante", narró en la biografía de su progenitor sobre aquella muestra impactante de intuición del entrenador.

“Siempre va a haber alguno que diga ‘este Gallardo juega porque es el hijo’, pero yo no lo siento así y mis compañero tampoco me lo hacen sentir", subrayó, cuando todavía formaba parte del plantel de Reserva. En el Millonario no logró continuidad (acumula siete partidos oficiales en tres años), por eso optó por alejarse de su papá profesionalmente y recalar en el Defensa y Justicia de Hernán Crespo.

La mudanza, claro, lo dejó en una posición incómoda de cara a la presente fecha del certamen de Primera. Hay una cábala que lamentablemente, al menos por un fin de semana, deberá entrar en pausa. “Cuando se vienen partidos decisivos o los clásicos con Boca, le mando mensajes por Whatsapp. Sé que mi viejo siente ese apoyo. “Un suerte, que te vaya bien”, sin molestarlo, porque el día previo sé que está muy enfocado”, supo contar en el libro.

Nahuel fue alcanzapelotas en el inicio de la era Gallardo como técnico de River
Nahuel fue alcanzapelotas en el inicio de la era Gallardo como técnico de River

"La otra cosa que no puedo creer de mi viejo es cuando se vienen los partidos difíciles y lo veo con una calma impresionante. Se tira en un sillón o se pone a ver partidos con una tranquilidad total. Y decís: 'Bueno, si él está tranquilo, ¿por qué me voy a poner nervioso yo?'. No entiendo. No puede ser", también reconoció Nahuel. Tal vez el lazo familiar, ver a su hijo del otro lado de la línea de cal y no como talismán o parte de su plantel, en esta oportunidad bombardee la paz que acompaña al Muñeco en las vigilias.

“Lo molestamos bastante con ese tema. Se muere si le llega a cagar el campeonato a River y a su papá”, declaró Francisco Pizzini, delantero del Defensa, en diálogo con Directv Sports. La sangre tira. Y el deber llama...

QUÉ DIJO EL MUÑECO SOBRE EL CRUCE

Nahuel ya no depende de mí. Es un jugador profesional que hoy está en Defensa y Justicia y debe estar preparado para jugar si le toca, o seguir entrenándose profesionalmente para seguir haciendo méritos. Que vos me digas, es difícil. Puede ser difícil. Pero es un jugador que está profesionalmente preparado para hacerlo. Después si juega bien o mal, si le toca o no, es otra situación”.

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