La historia de Enzo conmovió al país. El chico de 11 años que quedó cuadripléjico luego de un accidente vehícular en el que murieron su madre y su padrastro, fue el protagonista principal del drama que se viralizó en las redes sociales el último fin de semana, que provocó la reacción inmediata de los responsables de Racing.
El amor por la Academia lo mantiene contento. Tras la visita del presidente del club, Víctor Blanco, el joven fanático que vive sus peores días se emociona por el trato que recibió de la institución que adora.
El martes por la tarde, sin dar ningún aviso para que la sorpresa sea perfecta, Lisandro López arribó al Sanatorio Güemes junto a Darío Cvitanich y Javi García. Los campeones de la última Superliga mantuvieron un encuentro con Enzo y le llevaron varios regalos que cargaron de felicidad al chico de Guernica.
La improvisada reunión significó una caricia al alma. Un mimo al corazón. Del mismo modo que lo hizo Lautaro Martínez cuando volvió de sus vacaciones junto a su novia Agustina Gandolfo, y se trasladó al lugar donde continúa internado Enzo. La camiseta del Toro, cuando defendía los colores de la Academia, fue el presente que le llevó el delantero de la Selección, que en los próximos días volverá a Italia para sumarse a la pretemporada del Inter.
Las reuniones no concluyeron allí, dado que el miércoles después del mediodía, el Churry Cristaldo y el Chelo Díaz volvieron a ver al joven académico que vivirá con sus hermanos de Marcos (23 años) y Juan (21) cuando deje el sanatorio.
La iniciativa que tuvo la gente de Racing para contribuir desde el aspecto anímico significó un aporte fundamental en la vida de Enzo y su familia cambió para siempre. Con la invitación formal realizada al Cilindro, el chico espera con ansias el día que lo llevarán al emblemático estadio de Avellaneda junto a sus hermanos. Juntos se aferrarán en el sentimiento para salir adelante y cerrar uno de los capítulos más triste de su historia. Los tres están deseosos por ir al Presidente Perón para compartir los colores académicos y fundirse en un abrazo en un festejo de gol.
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