El colombiano, uno de los seis futbolistas de River que está en capilla con las tarjetas amarillas, es el delantero que más le respondió a Marcelo Gallardo desde el comienzo de las series mano a mano en la Copa Libertadores. En los Superclásicos buscará llenar el casillero más relevante.
A fines de agosto, Rafael Borré mostraba rendimientos oscilantes. Un día entusiasmaba a los hinchas de River y otro, desaprovechaba la chance que le daba Marcelo Gallardo. Su 2018 tuvo un quiebre definitivo la noche del 29 de agosto, en la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores ante Racing, en el Monumental: aquel día anotó el último gol del 3 a 0 de su equipo, que también había tenido los festejos de Lucas Pratto y Exequiel Palacios.
"Así lo gritamos todos. Ayer vimos al Rafa de la gente, el del Cali campeón en 2015. ¡Calma! No es necesario endiosarlos por una noche perfecta, ni hundirlos por una para el olvido. Esto es paso a paso, un día a la vez", escribió en su cuenta de Twitter al día siguiente la mujer de Borré, la colombiana Ana Caicedo Hinojos. Les pidió calma a los hinchas dejando en claro lo cambiante que venía siendo el nivel del delantero.
Desde entonces, Borré se convirtió en un arma fundamental del ataque de River, especialmente en la Copa Libertadores: de la fase de grupos en adelante, anotó un gol en cada una de las series: ante Racing, Independiente y Gremio. Y eso le permitió erigirse en el principal delantero para Gallardo: Borre se volvió una fija del ataque y de entre Pratto e Ignacio Scocco salía su acompañante.
Al igual que frente a Racing, el choque de ida de los cuartos de final ante Independiente, en Avellaneda, finalizó con un empate sin goles. Y el desquite en el Monumental, volvió a tener a un Borré protagonista en el marcador: también cerró la cuenta del 3 a 1 que le dio a su equipo el pasaje a la semifinal, envuelto en la polémica por la no utilización del VAR en la jugada en la que Javier Pinola le cometió penal a Martín Benítez, con el marcador en blanco en el primer tiempo.
Ignacio Scocco abrió el marcador a los dos minutos del segundo tiempo, Silvio Romero marcó el empate que le daba la clasificación a Independiente, y Juan Fernando Quintero y Borré le dieron la ventaja definitiva a River. Aquella noche, Gallardo sorprendió al hacer convivir en la delantera a Scocco, Pratto y Borré, una decisión cargada de audacia.
El sufrido camino hacia la final ante Boca volvió a tener a Borré como actor central. Tras la caída 1 a 0 ante Gremio en el Monumental, la serie de las semifinales se había vuelto demasiado cuesta arriba para River con el gol de Leonardo en Porto Alegre. Faltaban ocho minutos para el final y River parecía quedarse, al igual que en 2017, a las puertas de la instancia decisiva del torneo de clubes más importante del continente. Sin embargo, apareció Borré para marcar el empate que le devolvió la esperanza a River y luego Gonzalo Martínez anotó de penal el gol de la victoria, tras la intervención del VAR para que el árbitro uruguayo Andrés Cunha sancionara el tiro desde los doce pasos.
En consecuencia, Borré marcó goles en las tres llaves mano a mano que jugó River y ahora quiere completar el casillero que le falta: nada menos que en la finalísima frente a Boca.
Fuera de sus goles importantes, Borré hizo un quiebre en el último verano, durante la pretemporada que el plantel realizó en Miami: entendió que Gallardo pretende contar con delanteros que anoten goles pero que también se conviertan en los primeros defensores, y comenzó a mostrar una versión de mayor compromiso con el equipo.
Esforzado e infatigable, va a todas, colabora en la recuperación de la pelota y le hace sentir su rigor a los defensores rivales, muchas veces jugando al filo del reglamento: su propensión al choque le hizo recibir varias tarjetas amarillas, al punto de que el sábado, en la Bombonera, será uno de los seis jugadores de River que deberá cuidarse de evitar la tercera amonestación para poder jugar la revancha del 24 en el Monumental. Los otros cinco que suman dos amarillas son Jonatan Maidana, Javier Pinola, Enzo Pérez, Gonzalo Martínez y Pratto.
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