Los secretos detrás de la medición del tiempo en los Juegos Olímpicos a través de la historia

Cuántas personas trabajan y cómo es el equipamiento encargado de la cronometría en Buenos Aires 2018. Además, un repaso por las tecnologías más increíbles y los nuevos desafíos a resolver

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La cronometría, un aspecto clave de los Juegos Olímpicos (REUTERS)
La cronometría, un aspecto clave de los Juegos Olímpicos (REUTERS)

Escalada deportiva, natación, futsal, atletismo, tiro con arco. Todas estas disciplinas parecen ser muy diferentes entre sí, pero tienen una cosa en común: la medición del tiempo como herramienta fundamental para establecer resultados.

Todo esto requiere de una increíble tecnología y de una nutrida dotación de profesionales. Para los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, llegaron 240 técnicos cronometradores y 80 toneladas de equipos de medición, que están personalizados para cada uno de los 32 deportes que se practican en la cita porteña.

"Para nosotros es prioridad proveer la misma tecnología que se usó en los Juegos de Río 2016 así los atletas jóvenes tienen las mismas oportunidades que los adultos y también pueden tener una sensación real de lo que es un Juego Olímpico. Es interesante que conozcan qué equipamiento usan los atletas profesionales", explicó a Infobae Alain Zobrist, CEO de Swiss Timming, una división de Omega, la marca encargada de la cronometría en todos los Juegos Olímpicos desde 1932.

Alain Zobrist
Alain Zobrist

El gran desafío en Buenos Aires fue desarrollar nuevas soluciones para las disciplinas que se introdujeron en esta oportunidad, como el patinaje de velocidad, el futsal o el breaking, entre otros. Hasta ahora, el único deporte en el que el propio atleta paraba su propio tiempo era la natación, en estos Juegos Olímpicos se sumó el segundo en la historia: la escalada.

Las tecnologías de medición del tiempo han tenido una impresionante evolución y desarrollo desde 1932 hasta 2018. Tomando como ejemplo la carrera de los 100 metros libres de atletismo, la prueba estrella de las citas olímpicas, el cambio ha sido notorio.

"A Los Ángeles 1932 se mandaron 30 cronómetros. Una persona paraba el tiempo por atleta y solo usaba sus ojos. La tecnología eliminó la reacción humana e hizo las cosas más precisas. Ahora todo es electrónico, con un equipamiento desarrollado específicamente para el atletismo", señaló Zobrist.

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Desde el 2010 se usa una pistola de salida electrónica que reemplazó a la de pólvora. Antes, los corredores que estaban más cerca del que disparaba, escuchaban el sonido antes. Hoy, todo es más justo: cada atleta tiene un parlante en su bloque de salida y todos reciben la señal al mismo tiempo. Además, se trata de un dispositivo más fácil de trasladar y de pasar en las Aduanas de los aeropuertos ya que no es un arma.

En esta prueba se ha incorporado, además, un sistema integral de detección de la salida que mide el tiempo de reacción del atleta a través de un sensor. Se toma en cuenta la presión constante para determinar los salidas falsas o fallidas (si el atleta se está moviendo o si comienza a correr antes del disparo de inicio).

También hay dispositivos que calculan la velocidad del viento ya que, en caso de que este sea de más de dos metros por segundo, el récord -si lo hubiera- no podría ser homologado.

Finalmente, está la tecnología aplicada a la llegada, que es una de las partes más emocionantes del atletismo y de los Juegos Olímpicos en general. Para establecer al ganador o ganadora de la carrera se usan células fotoeléctricas y una cámara de photofinish que saca hasta 10 mil fotos por segundo.

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"Nos da una imagen muy precisa de lo que pasa en la línea de llegada para que los jueces den el tiempo final de cada atleta. Todo esto es muy rápido", destacó Zobrist.

Para que todo esto funcione debe haber un proceso de distribución sin fallas y una coordinación perfecta entre el hardware y el software de medición. Por ejemplo, en natación, el proceso entre que el atleta toca el sensor, se recibe la información, se analiza, se distribuye y se muestra en la televisión, toma menos de 1/100 segundos.

Pero no todo está en función de establecer ganadores. La tecnología de medición también apunta a mejorar el desempeño de los deportistas.

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"En los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang 2018 se pusieron sensores en los atletas para medir su desempeño entre el comienzo y el final de la competencia. La idea fue calcular cuestiones como posición, velocidad y movimientos. También se usaron cámaras que siguieron su movimiento biomecánico para entender su desempeño en comparación con otros competidores. Eso ayuda a entender dónde el atleta ganó o perdió tiempo, y los compara otros. Esta es una información adicional para los atletas, los comentaristas en la televisión, los entrenadores, y los espectadores en los estadios y en sus hogares", indicó el CEO.

Para la cita de Tokio 2020 se espera que la cronometría avance hacia un uso mucho más extendido de los sensores. Sin embargo, de aquí a 2032 -cuando se cumplirán 100 años de evolución en las mediciones- el proceso está cargado de interrogantes.

"Algunas cosas no cambian: una hora serán siempre 60 minutos y un minuto serán siempre 60 segundos. Lo que cambiará es cómo medimos este tiempo y cómo entendemos lo que pasa en ese tiempo. Cómo lo haremos en 14 años, no lo sé. La tecnología va muy rápido", finalizó Zobrist.

(NA)
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