Petr Cech cimentó una respetable carrera en el fútbol inglés (logró reconocimiento en el Chelsea, hoy defiende la valla del Arsenal). A los 35 años, el portero nacido en República Checa trabaja horas extras para mantener su vigencia. El portero que juega con una especie de casco luego de haber sufrido una grave lesión en el cráneo en 2006 forma parte de los entrenamientos habituales del conjunto de Londres pero, para agudizar los reflejos bajo los tres palos, le agrega tareas especiales. Muy especiales.
Se viralizó el video de los particulares ejercicios con los que desafía a sus sentidos: rodeado de cuatro conos, un asistente le va lanzando pelotas de ping pong en continuado, y el gigante Cech (mide 1,96 metro) tiene que ir rechazando los envíos. En ocasiones, entre atajada y atajada, combina movimientos tales como tocar los distintos conos que lo circundan.
La dimensión de las pelotitas de ping pong, lógico, dista bastante del de las pelotas número 5 con las que Petr lidia partido a partido. Esta tarde, por UEFA Europa League, visitará con el Arsenal al FK Crvena Zvezda y pondrá a prueba la sintonía fina adquirida en el excéntrico entrenamiento.
Los trabajos que realizaba Torrico en Argentina: con pelotas de tenis
En Argentina, por caso, ejercicios similares se han puesto en práctica con los arqueros. San Lorenzo, por citar un caso, trabajó en los títulos del Torneo Inicial 2013 y la Copa Libertadores 2014 con un optometrista que puso énfasis en los reflejos de Sebastián Torrico. Eso sí, en lugar de pelotas de ping pong, usaba de tenis. Cech y el Arsenal le sumaron dificultad. Y se hicieron virales.
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