El escándalo se desató en el 23-22 de un muy parejo primer set, tras un remate del opuesto Ghafour que tocó de manera casi imperceptible en el bloqueo de Martín Ramos. En un principio, el juez Boudaya marcó punto para Argentina ya que no vio el roce en el opuesto argentino, lo que le aseguraba a la selección dos bolas, como mínimo, para cerrar la primera manga (una de ellas con recepción a su favor).
Irán apeló a su derecho de pedir el challenge – video ref en el fútbol – el cual dictaminó que la pelota no había tocado en el bloqueo, sin embargo en la imagen se veía claramente que había existido un roce…leve, sútil, pero roce al fin y al cabo. El juez, amparándose en el reglamento, ratificó su decisión y convalidó el punto para el conjunto de Velasco lo que nuevamente ponía las cosas 24-22.
Al parecer, la presión de los más de 12 mil hinchas iraníes, el reclamo de los jugadores locales, la gesticulación del entrenador Igor Kolakovic y la vehemencia del talentoso armador Saeid Marouf, fueron más importantes que el reglamento. Antes de que se disponga a sacar Sebastián Solé, el veedor de la Federación Internacional de Voley (FIVB) se acercó a transmitirle una decisión al segundo árbitro Luis Macias. Luego de una breve charla, el mexicano cruzó la cancha para conversar con el primer juez ante la persuasiva imagen del capitán Marouf.
¿Qué ocurrió? Boudaya revirtió su fallo, cobró el toque en el bloqueo de Ramos y le dio el punto a Irán. Lo que en un comienzo era 24-22 a favor de Argentina se convirtió, luego de cinco minutos, en 23-23. El set se lo llevó Irán por 29-27 y el partido también fue para el equipo de Teherán pese a la remontada argentina. Que se entienda: el primer árbitro es la máxima autoridad en el partido, ni el veedor, ni el challenge, ni el segundo juez. Por ello es que no se comprende lo ocurrido pese al error del tunecino Boudaya en primera instancia.
La Selección se encuentra en la última posición del Grupo 1, con 4 puntos producto de 1 victoria (3 a 2 vs Bulgaria) y 5 derrotas (dos de ellas por 2-3 ante Bélgica e Irán).
El antecedente olímpico:
En la final masculina de Río 2016, Brasil le arrebató dos jugadas a partir del challenge a Italia en el segundo y tercer set, y terminó colgándose la medalla dorada. Fueron puntos clave que hubiesen significado una diferencia considerable para el elenco europeo. En aquella oportunidad, la repetición mostraba claramente que las jugadas eran a favor de los italianos, pese a los errores arbitrales. En el primero, un roce en el bloqueo brasilero y, en el segundo, la invasión por parte del jugador Wallace en el campo rival.