A 30 años del ataque que colocó a la Argentina en el teatro de operaciones del terror yihadista

El atentado a la embajada de Israel fue el primer golpe del terrorismo yihadista en nuestro país. A tres décadas de los hechos, un repaso de los detalles del ataque cuya autoría fue reivindicada por Hezbollah. El grupo libanés volvería a actuar dos años más tarde, con la voladura de la AMIA

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En 1992, la organización política terrorista Hezbollah se adjudicó el atentado en la embajada, en represalia por la muerte del iman Abbas Musawi (Infobae)
En 1992, la organización política terrorista Hezbollah se adjudicó el atentado en la embajada, en represalia por la muerte del iman Abbas Musawi (Infobae)

El 17 de marzo de 1992, el accionar violento del terrorismo yihadista hizo su aparición en la República Argentina. A las 14:45 de aquel martes, en que se conmemoraba el Día de San Patricio, una camioneta cargada con explosivos estalló al embestir la sede de la embajada de Israel en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Una Iglesia católica vecina a la sede diplomática también fue destruida. El saldo del ataque criminal fue de 29 personas asesinadas y más de 200 heridos y mutilados (aunque el 23 de diciembre de 1999, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó una acordada en la que estableció que los muertos habían sido 22 y no 29, como se informó inicialmente).

LA SOMBRA DE HEZBOLLAH

Dos días después del golpe terrorista, el 19 de marzo, el texto de un comunicado del grupo Yihad islámica fue enviado al diario libanés An-Nahar y publicado por el periódico beirutí. El nombre de Yihad islámica fue un sello de cobertura que utilizó la organización político-terrorista Hezbollah, quien se adjudicó la autoría de la voladura de la embajada de Israel en Buenos Aires en respuesta y represalia por la muerte del iman Abbas Mussawi, en ese entonces secretario general de la organización terrorista, a quien luego sucedería el líder actual Hassan Nasrallah. Hezbollah utilizaba ese nombre de fantasía cuando no le era conveniente reivindicar los ataques por sí misma por razones políticas.

48 horas después del hecho, la organización terrorista difundió un video donde se aprecia el momento de la voladura. El material fue enviado a la televisión libanesa para ratificar la autoría del atentado (Infobae)
48 horas después del hecho, la organización terrorista difundió un video donde se aprecia el momento de la voladura. El material fue enviado a la televisión libanesa para ratificar la autoría del atentado (Infobae)

La prensa libanesa confirmó la veracidad del comunicado y adjudicó el texto a la típica retórica de la organización chiita Hezbollah, creada y financiada por la República Islámica de Irán. El 21 de marzo, solo 48 horas después del comunicado, fue enviado a la televisión libanesa un video de la organización terrorista en el que se aprecia el momento en que la sede diplomática vuela por el aire. De esa forma, el grupo yihadista confirmaba la autoría del ataque. El texto del comunicado original en lengua árabe y traducido al español, así como el video de la explosión, figuran a fojas 2° en la causa n.° 1627/93 sobre el atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires y es el siguiente:

“En el nombre de Dios, por la sangre derramada de nuestro mártir Abu Yasser, que representa el honor de nuestra patria y para confirmar nuestro comunicado del primer golpe de otros más que aplicaremos contra el virus israelí, ofrecemos la operación de Buenos Aires como un regalo para los mártires y los creyentes. Los fragmentos esparcidos del cuerpo de nuestro mártir nos enorgullecen. Junto a ellos, estalló el Fuerte Khaibar argentino, que fue destruido por nuestro glorioso mártir. También tembló el mundo sionista, que se colmó de miedo y comenzaron sus gritos y amenazas pensando que con ellos pueden detener nuestras acciones, pero se equivocan. Ellos (los judíos) olvidaron que somos un pueblo que abrazamos el martirio y no aceptamos el sometimiento ni las amenazas. La guerra está abierta hasta que no quede ningún judío sobre la tierra. Israel sembró la pudrición en el mundo; mató y mata a nuestros hijos todos los días. Israel es el mal en sí mismo y tiene que desaparecer del mundo. La guerra empezó desde Bader y Khaibar, desde la época del profeta Mussa. La grandeza de nuestro mártir Abu Yasser, quien ahora está en el paraíso, lo hizo posible. El mundo tiene que saber que estamos despiertos y que no vamos a permitir que jueguen con nuestra sangre ni con la sangre de nuestros mártires. Siempre vamos a estar esperándolos y, cuando no vengan, iremos por ellos. La guerra está abierta y seguiremos atacándolos; no cederemos, lucharemos a cualquier precio y por todos los medios hasta exterminar Israel, y ese día todos los fieles celebrarán la victoria y honrarán a Allah, que es quien protege al mundo islámico”. Firma: Organización Yihad Islámica, marzo 19 de 1992. Mes de Ramadán.

El atentado fue ejecutado utilizando una camioneta cargada de explosivos que partió de un estacionamiento cercano a la sede diplomática (AFP)
El atentado fue ejecutado utilizando una camioneta cargada de explosivos que partió de un estacionamiento cercano a la sede diplomática (AFP)

EL COCHE-BOMBA Y UN MISTERIOSO COMPRADOR

La investigación producida de la Corte Suprema de Justicia de la Nación respecto del ataque a la embajada de Israel llegó a la siguiente conclusión: el atentado fue ejecutado utilizando una camioneta cargada con explosivos que partió de un estacionamiento cercano a la sede diplomática. Hallados sus restos, el vehículo fue reconstruido. En ese sentido, los informes periciales de la Policía Federal y la Gendarmería Nacional, con apoyo de expertos de la CIA y el FBI, fueron concluyentes y figuran a fojas 38.558/vta. de la causa S.143 tramitada por la Corte Suprema. Allí se manifiesta que los restos del material explosivo utilizado permitieron concluir que este estuvo compuesto por una mezcla de tetranitrato de pentaeritrita (PETN) y de trinitrotolueno (TNT-Troyl), cuya cantidad de carga se estimó entre los 110 y 250 kilogramos.

Se determinó también que el vehículo utilizado fue una camioneta Ford modelo F100. La investigación permitió conocer que el automóvil fue adquirido el 24 de febrero de 1992 en un local de compraventa de automóviles usados ubicado en la Avenida Juan B. Justo 7573/7, de la ciudad de Buenos Aires. La compra la realizó una persona bajo identidad falsa de Elias Griveiro Da Luz. El comprador pagó en billetes de cien dólares estadounidenses a un precio mayor al del mercado. Cinco de esos billetes presentaban escrituras comunes utilizadas en bancos libaneses para identificar billetes auténticos.

El colombiano libanés Samuel Salman El-Reda fue señalado como el coordinador local de este ataque y también del atentado de la AMIA (Infobae)
El colombiano libanés Samuel Salman El-Reda fue señalado como el coordinador local de este ataque y también del atentado de la AMIA (Infobae)

Según lo indicado en el expediente de la Corte, el sospechoso de haber adquirido el vehículo fue sindicado como un ciudadano de probable origen palestino que decía llamarse Mahmmud Soghair. Conocido por su alias “Adam”, habría ingresado a la Argentina procedente de Paraguay desde la zona de la Triple Frontera y se habría alojado en la calle Emilio Lamarca al 900 de la ciudad de Buenos Aires (fs. 2017/93, Causa Nro. 1627 CSJN). Según testimonios obrantes en la causa, el hombre trabajó como peón de limpieza en un restaurante de comida árabe situado en la calle Alberti y concurrió en distintas oportunidades tanto a la mezquita sunita de la misma calle como a la mezquita chiita de la calle San Nicolás 674, también de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Soghair fue señalado por testigos en la causa como un hombre callado, religioso practicante, que no hablaba de cuestiones políticas y que nunca se preocupó por regularizar su situación migratoria en Argentina. Desapareció sin dejar rastros después del atentado.

DOS FIGURAS DETRÁS DEL ATENTADO

En orden al plexo probatorio y de acuerdo con las evidencias recolectadas luego de siete años de investigación, el 10 de mayo de 1999, la Corte Suprema consideró que se encontraban reunidos elementos suficientes para sostener que el atentado cometido contra la embajada de Israel en Argentina fue organizado y ejecutado por el grupo denominado Yihad islámica. En distintas resoluciones en la misma causa, la Corte tuvo por probada la participación y responsabilidad en el ataque de un sujeto perteneciente a esa organización, que resultó ser el jefe terrorista de Operaciones Especiales Externas de Hezbollah y el hombre más buscado después de Osama Ben Laden. Su nombre era Imad Mughniyah, sobre quien se libró una orden de captura internacional. Sin embargo, según informó Interpol, el 12 de febrero de 2008 Mughniyah sería finalmente asesinado mediante un atentado con explosivos colocados en su automóvil en Damasco (Siria).

Para el ex juez de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt, el hecho de que el objetivo fuera Argentina se explicaba porque es el país latinoamericano de mayor comunidad judía en la región y ocupa el cuarto lugar a nivel mundial (Infobae)
Para el ex juez de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt, el hecho de que el objetivo fuera Argentina se explicaba porque es el país latinoamericano de mayor comunidad judía en la región y ocupa el cuarto lugar a nivel mundial (Infobae)

Dos años después, se libró también orden de captura contra Samuel Salman El-Reda, un colombiano-libanés casado con una ciudadana argentina y señalado como coordinador local de ese ataque y también del atentado a la AMIA de 1994. El-Reda vivía en la zona de la Triple Frontera y se confirmó que tenía vínculos con Hezbollah. No obstante, El-Reda se fugó, probablemente al Líbano, según sospecha Interpol, y hasta el momento no se lo ha podido detener.

¿POR QUÉ ARGENTINA?

A la pregunta de por qué el objetivo fue la República Argentina, en el caso de la voladura de la embajada, se han dado varias respuestas, muchas de ellas descabelladas. Sin embargo, tal vez la más acertada sea la del fallecido exjuez de la Corte Suprema, Carlos Fayt. El magistrado dijo: “Argentina es el país latinoamericano de mayor comunidad judía de la región y ocupa el cuarto lugar a nivel mundial”. Por otra parte, se consideraron como posibles causales la gran extensión de las fronteras argentinas y la facilidad de acceso de personas y logística a través de ellas. Todo ello, motivado por la frágil y escasa seguridad en sus controles, y la permisividad que otorgaban y aún otorgan las leyes migratorias en materia de ingreso y radicación de ciudadanos extranjeros. No se descartó, en el caso del atentado de 1992, la participación de una estructura local de apoyo, producto de redes construidas por Irán en Argentina desde mediados de la década del 80. Sin este apoyo, el criminal ataque terrorista no habría podido ejecutarse.

En 2015, el presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti declaró públicamnete que la causa había sido "Cosa juzgada". Sin embargo, especialistas legales corrigieron las declaraciones y recordaron que el caso sigue abierto, ya que lo que hubo fue una resolución legal y no una sentencia definitiva, porque nunca se juzgó a nadie (Infobae)
En 2015, el presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti declaró públicamnete que la causa había sido "Cosa juzgada". Sin embargo, especialistas legales corrigieron las declaraciones y recordaron que el caso sigue abierto, ya que lo que hubo fue una resolución legal y no una sentencia definitiva, porque nunca se juzgó a nadie (Infobae)

En 2015, el entonces presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, declaró públicamente que en la causa había “cosa juzgada” debido a la acordada de 1999. La declaración generó confusión, puesto que en 2006 la propia Corte había dictado una resolución que establecía que la causa no había prescripto, sino que esa sentencia había establecido la materialidad y la imputabilidad del hecho al grupo terrorista Hezbollah. Sin embargo, especialistas legales corrigieron las declaraciones de “cosa juzgada” del juez Lorenzetti y recordaron que el caso sigue abierto, ya que lo que hubo fue una resolución legal y no una sentencia definitiva, pues nunca se juzgó a nadie. Así, tiempo después, la Corte rectificó su posición y publicó un informe aclarando que la investigación continúa, aunque a 30 años del ataque terrorista nadie fue llevado a juicio ni sentenciado.

Desafortunadamente, dos años después del ataque a la embajada de Israel, Buenos Aires volvió a ser blanco de un nuevo ataque terrorista islamista. En esa oportunidad, el objetivo fue la Mutual Israelita Argentina (AMIA). El saldo fue aún más terrorífico: 85 personas fueron asesinadas y más de 300 heridas. En ese caso, por razones jurisdiccionales, la investigación fue llevada a cabo por otros tribunales y no por la Corte Suprema. Sin embargo, ambos hechos siguen impunes. La dirección del escenario regional, con gobiernos populistas que han brindado cobijo y amparo a distintas redes criminales en América Latina, ha permitido que se mantenga la influencia activa del yihadismo militante y sus grupos afines en el continente, incluida la Argentina. Este oscuro panorama permite colegir que un tercer ataque no debería descartarse.

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