La belleza del día: “Sin título (Hunts point)”, de Emilio Sánchez

En tiempos de incertidumbre y angustia, nada mejor que poder disfrutar de imágenes hermosas

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"Sin título", de la serie "Hunts Point", pintado en óleo sobre tela de 61 x 142 cm por el pintor cubano-estadounidense Emilio Sánchez
"Sin título", de la serie "Hunts Point", pintado en óleo sobre tela de 61 x 142 cm por el pintor cubano-estadounidense Emilio Sánchez

Nacido en el seno de una familia terrateniente de Camagüey, en Cuba, Emilio Sánchez (1921-1999) fue criado en la plantación que administraba su abuelo en esa zona rural famosa por su caña de azúcar y durante su adolescencia fue enviado a estudiar a los Estados Unidos. Ya desde su juventud se acostumbró a ser un viajero cosmopolita y luego de la revolución nunca más volvió a su país. Se asentó en Nueva York, donde estudió en la Art Students League, lugar en el que recibiría la influencia del descarnado realismo social de Reginald Marsh, quien le contagió el afán casi fotográfico de capturar momentos inobservados y situaciones cotidianas.

Sin embargo, su estilo característico tomó otra dirección, concretamente hacia los detalles de fachadas urbanas y de pueblo como también del entorno. A partir de bocetos y dibujos de la arquitectura victoriana colonial cubana, Sánchez trabajó a lo largo de su obra, con litografías, óleos y acuarelas, ciertos rasgos como las sombras diagonales que se proyectan al interior de una habitación, en las puertas abiertas y en ventanas o toldos, depurando estos motivos hasta su mínima expresión. Sus imágenes audaces, coloridas y limpias se reducen a sus formas geométricas elementales, eliminando en el proceso todos los detalles anecdóticos pero sin perder la figuración, como se puede observar en este óleo sobre tela de 61 x 142 cm pintado en 1989, que pertenece al Bronx Museum of the Arts.

Aunque Sánchez dio sus primeros pasos en la pintura en la década de los 50, en pleno auge del expresionismo abstracto, no se advierte casi este lenguaje en su obra. Sus composiciones están más emparentadas con los primeros planos creados por Georgia O’Keeffe y Charles Sheeler que con el action painting de Jackson Pollock o Willem de Kooning. Con una verdadera sensibilidad de exiliado, este artista que solía decir que era un neoyorquino de Camagüey logró construir un puente entre dos reinos que a primera vista lucen distintos. En su arte se puede apreciar cómo fusiona su visión realista de la arquitectura doméstica caribeña con los ritmos formales y vibrantes de los precisionistas neoyorquinos de primera mitad del siglo XX, y con la abstracción geométrica que se puede ver en la obra de su compatriota Carmen Herrera, exiliada también en Nueva York.

"Auto Glass, Bronx Storefront", una acuarela de la serie que Emilio Sánchez dedicó al área durante los 80
"Auto Glass, Bronx Storefront", una acuarela de la serie que Emilio Sánchez dedicó al área durante los 80

La arquitectura le ha dado a sus pinturas un pretexto para explorar las formas del cuadro y ha sido también un vehículo para observar el mundo que lo rodeaba. En el caso de este cuadro, conforma una serie junto a otros óleos a gran escala de vidrieras y fachadas de comercios y edificios industriales que Sánchez pintó durante los años 80 en el barrio de Hunts Point, ubicado al sur del Bronx. A través de su mirada, con un sentido de las dimensiones del cuadro y el uso de una estricta perspectiva de dos puntos que borra a los peatones, esta zona fabril es investida de un aire inmaculado. Años antes el pintor había explorado el Bronx con una serie de acuarelas más pequeñas en las que sí retrataba la actividad social en tiendas y almacenes.

Sánchez llevaba a todos lados su cámara de fotos y su cuaderno de bocetos, con los que documentaba sus paseos de flaneur y sus viajes. Fue ante todo un observador, poco nos revelan de su interioridad sus obras, cuyos rasgos más expresivos los conforman la luz brillante, las sombras dramáticas y los colores contundentes. Su técnica a veces intuitiva prescinde del interés por crear una semejanza exacta, e incluso no siempre respeta las leyes de la física. Lo que lo fascinaba eran los patrones y secuencias rítmicas que advertía en la repetición de los detalles arquitectónicos, algo que intensificaba con marcados contrastes de oscuridad y luz.

En 1959, Sánchez fue uno de los artistas incluidos en el Salón Anual de Pintura, Escultura y Grabado en La Habana, donde también realizó su primera exhibición personal de grabados que fue aclamada por el público y la prensa. A pesar de ese reconocimiento, el artista decidió abandonar Cuba definitivamente y a posteriori sus logros lo convirtieron en un artista cotizado y admirado que transmitió al mundo entero su amor por el trópico, los colores, la arquitectura y la luz. Sus obras integran las colecciones de varios museos estadounidenses, entre ellos el Metropolitan Museum y el MoMA de Nueva York, así como también se aloja en Latinoamérica en el Museo de Arte de Ponce, de Puerto Rico y en el Museo de Arte Moderno de Bogotá.

Fotografía cedida por el Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) donde se muestran cuatro sellos con sus coloridas litografías y pinturas arquitectónicas del artista cubanoestadounidense Emilio Sánchez: "Los Toldos" (1973), "Ty's Place" (1976), "En el Souk" (1972) y "Sin título (Ventanita entreabierta)" (1981). EFE/USPS
Fotografía cedida por el Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) donde se muestran cuatro sellos con sus coloridas litografías y pinturas arquitectónicas del artista cubanoestadounidense Emilio Sánchez: "Los Toldos" (1973), "Ty's Place" (1976), "En el Souk" (1972) y "Sin título (Ventanita entreabierta)" (1981). EFE/USPS

Sobre el final de su vida se quedó casi ciego de un ojo, acaso uno de las razones por las que abundan durante esta etapa ciertos motivos y series con fuertes elementos compositivos como los veleros, la regata y los tendederos. Aunque eran relativamente nuevas en su obra, estas figuras guardan una similitud formal con los detalles de construcción que Sánchez creó a lo largo de su carrera. Sus famosos toldos no están en movimiento como las velas y la ropa tendida, pero todos crean patrones de movimiento diagonal sobre un suelo plano. Con formas simplificadas y una paleta de colores limitada, Sánchez crea en la superficie de sus cuadros un ritmo pronunciado y dinámico.

Este año, en conmemoración del centenario del nacimiento del pintor y grabador cubanoestadounidense, el Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) lo homenajeó con una nueva serie de sellos exclusivos que lanzó en el verano boreal. Los cuatros trabajos elegidos para la serie “Forever” son Los Toldos (1973), Ty’s Place (1976), En el Souk (1972) y Sin título (Ventanita entreabierta) (1981), todos ellos caracterizados por su estilo “fotográfico” y los “efectos de la luz y la sombra para enfatizar la geometría abstracta de los objetos”, como destacó la USPS, que solo selecciona unas pocas imágenes conmemorativas todos los años.

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