Crecen las versiones sobre el área de Cultura: dejaría de ser un ministerio

Por estos días, en los edificios del Ministerio de Cultura de la Nación reina la incertidumbre. Los rumores crecen, al compás de las señales de ajuste: hace semanas que se baraja la posibilidad de un cambio en el estatus del organismo, que volvería a ser una secretaría, como era hasta que, tras la renuncia de Jorge Coscia como titular de Cultura durante el mandato de Cristina Kirchner, se transformó en ministerio y quedó Teresa Parodi al mando. El cambio tendría naturalmente resultados prácticos pero tendría también un fuerte significado simbólico. Cerca del ministro Pablo Avelluto y también de otras autoridades del Gobierno, aseguran que el asunto aún no está decidido y que son solo rumores y especulaciones. Sin embargo, entre los empleados de todos los rangos crece la inquietud.

Las versiones de ajuste y cambio de signo del ministerio arrancaron a principios de año. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denuncia que se trata de una política de recorte y vaciamiento que se aceleró a partir de 2017, luego de las últimas elecciones. "Han dejado de generar trabajo", sostienen, y como ejemplo invitan a revisar las agendas para notar la menor cantidad de festivales y actividades culturales. Se percibe angustia en el personal que asiste regularmente a su lugar de trabajo pero que no tiene tarea asignada. Más señales inquietantes: algunas fuentes aseguran que, por estos días, hay incluso expedientes que fueron frenados a la espera del cambio. Una curiosidad es que en ninguna de las versiones que circulan Avelluto queda afuera, por lo que se contempla que, aun con el cambio de estatus del organismo, el titular seguiría siendo el mismo. Por otra parte, Cultura no sería absorbida por otro ministerio sino que dependería directamente de la Jefatura de Gabinete.

Durante el último fin de semana, cuando se anunciaron las salidas de los ex ministros de Energía Juan José Aranguren y de Producción Francisco Cabrera, se especuló también con que habría cambios fuertes en Cultura, que finalmente no se produjeron. Es más, incluso ante estas versiones habría habido una clara señal de continuidad por parte de la Jefatura de Gabinete. Sin embargo, los rumores siguieron pero ahora con una variante: todavía no llegó la hora, pero el cambio era inminente y no solo para la cartera de Avelluto sino también para Ambiente y Desarrollo Sustentable, el área que conduce el rabino Sergio Bergman, y otras carteras como Turismo, Agroindustria y Modernización.

Cuando Pablo Avelluto llegó al ministerio, a fines de 2015, el área contaba con una planta de 4.000 empleados que al día de hoy perdió casi un cuarto del total. Según los números que maneja ATE, el personal total de Cultura a fines del año pasado era de 3.100: 600 monotributistas y 2.500 empleados fijos —muchos con contrato renovable a un año o seis meses— que trabajan en los distintos edificios y espacios del ministerio, incluidos todos los museos del país. Retiros voluntarios, jubilaciones anticipadas y no renovación de contratos componen la estrategia para la reducción de la planta.

Este achicamiento, que se da en el marco de la reestructuración del Estado que está poniendo en práctica el Gobierno de Mauricio Macri, aquí se traduce en 200 jubilaciones y renuncias en 2017 y 65 entre despidos y no renovaciones. Además, muchos tenían contratos que se renovaban año a año, y en el último acuerdo fueron renovados solo por seis meses. También, como en otras áreas del Estado, hubo en Cultura recorte de horas extras, lo que derivó en el adelgazamiento salarial de muchos empleados, algunos de los cuales cobran hoy un sueldo de quince mil pesos. Los gremios insisten en que con esta estrategia las autoridades buscan desmoralizar con el fin de que los empleados desistan de seguir trabajando. 

Otras fuentes cuentan que habiendo llegado a mitad de año, una de las dependencias, la Dirección de Museos, utilizó apenas el 10% del presupuesto, que por otra parte fue recortado en un 40%. Estas proyecciones contemplarían además un 30% de baja del personal. El control de horas de trabajo mediante tarjetas o tecnología biométrica, según los edificios, fue una medida que el Gobierno instaló  —al igual que en otros organismos públicos— para regularizar el cumplimiento de horario, una medida que nunca hasta ahora se había implementado.

N. de la R: Luego de publicada esta nota, el Ministerio de Cultura le envió a Infobae un documento con comentarios en detalle sobre algunas de las afirmaciones del texto, cuyas fuentes se mantienen en reserva. En el caso de la supuesta merma de actividades, las autoridades lo niegan y aseguran que es posible constatarlo linkeando aquí. Mientras la nota de Infobae señala que la Dirección de Museos habría ejecutado solo el 10% de su presupuesto, la respuesta de Cultura es que "el Ministerio ya lleva ejecutado el 44% de su presupuesto. El porcentaje de ejecución es consecuente con lo planificado hasta la fecha, dado que está transcurriendo la mitad del año". Aclaración: la nota habla de una repartición del ministerio -no del total- y las fuentes confirman que lo utilizado es menos del 10%. Por último, la cartera de Cultura asegura que no hay expedientes frenados, que es falso que se proyecte un recorte de personal del 30% y que el cambio de estatus del ministerio a secretaría es un rumor que ya fue desmentido por la Jefatura de Gabinete.

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