Un emotivo recorrido por la casa en la que vivió Carlos Gardel

Fue la vivienda que compró para vivir con su madre. Estuvo allí hasta 1933, año en que comenzó una serie de largas giras. Actualmente fue remodelada: es una suerte de museo que exhibe fotos, objetos y grabaciones y es abierto al público.

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Entre 1927 y 1933 Carlos Gardel junto a si madre Berthè habitaron esta casa. Después de la muerte de su hijo, la mujer quiso vivir y morir en ella. (Martín Rosenzveig)
Entre 1927 y 1933 Carlos Gardel junto a si madre Berthè habitaron esta casa. Después de la muerte de su hijo, la mujer quiso vivir y morir en ella. (Martín Rosenzveig)

Jean Jaures 735 era la inscripción que Carlos Gardel tenía grabada en una pulsera que llevaba en su muñeca izquierda en el momento del accidente que se quedó con su vida, sueños y proyectos. El 24 de junio de 1935 la avioneta que lo trasladaba desde Medellín hasta Bogotá chocó con otra y la explosión fue instantánea.

Aquel grabado era la dirección de la casa que le había comprado a su madre en el barrio del Abasto, lugar que eligió para vivir luego de años pagando rentas. Lo hizo el 9 de junio de 1926, cinco días antes de que ella cumpliera años. "Una vez dijo en una entrevista: 'Ustedes se preguntarán por qué pudiendo comprar una casa más importante sobre Avenida Alvear (la más coqueta de entonces) yo vivo en el Abasto…' y explicó que este barrio lo llenaba de emoción porque le recordaba su años de purrete y porque 'es un barrio reo, como el tango'", dijo a Infobae Carlos Koffman, director del Museo Casa Gardel sobre el motivo que llevó al cantor a reparar en esa sencilla vivienda. Y la explicación, si hay que pedirla, es una: era un hombre de espíritu sencillo —igual que su madre que despreciaba los lujos— y conservó su discreción pese a vestir de gala, tener chófer y a ser naturalmente refinado y exitoso. Fue un hombre muy humilde.

Bienvenidos. Eso parece decir Carlos Gardel a los visitantes de la casa que compartió junto a su madre. Se estima, por la fecha de compra, que fue un regalo de cumpleaños para ella. (Martín Rosenzveig)
Bienvenidos. Eso parece decir Carlos Gardel a los visitantes de la casa que compartió junto a su madre. Se estima, por la fecha de compra, que fue un regalo de cumpleaños para ella. (Martín Rosenzveig)

Caminar la casa donde vivió Carlos Gardel

El recorrido se inicia en una habitación que da cuenta de los primeros años de la vida de Gardel. Allí, donde hoy cuelgan fotos y textos de paredes floridas (en la reconstrucción se intentó hacerla similar al estilo de la época y no al de la propia casa), Carlos componía, escuchaba discos, ensayaba sus canciones junto a sus guitarristas y la gente se amontonaba detrás de las ventanas para oírlo."Hay que imaginarse cómo pudo ser eso entre 1927 y 1933, el tiempo que habitó esta casa, con interrupciones porque en esos años tenía actividad frecuente y viajes a Europa", apuntó Koffman. El espacio, hoy convertido en museo, es parte del proyecto de recuperación de espacios históricos y depende del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Entre el material invaluable que tiene el Museo Casa está la recién llegada acta de nacimiento de Gardel enviada por la Dirección de Archivos municipales de Toulouse, que detalla: "El día 11 de diciembre de 1890 a las 2 de la tarde se da cuenta del nacimiento de Charles Romuald Gardès a las 2 de la mañana en el Hospicio de la Grave, hijo de padre desconocido y de Berthe Gardès, planchadora, nacida en Toulouse y domiciliada en en la calle Canon D'Arcole 4″. Esa declaración fue firmada por los testigos del nacimiento del niño: Yenny Bazin, la partera, empleados del hospicio y por el alcalde. "Su madre asume el compromiso de criarlo sola ya que el padre no se hace cargo de esa responsabilidad", contó el profesor y recordó que en 1890 la mujer fue hasta allí para dar a luz a su hijo enfrentando los prejuicios de su familia, de la sociedad y luego lidió con el estigma de criarlo sola. "El lugar donde nació Gardel era reservado para personas sin recursos y para mujeres solas que llegaban para no tenerlos, otras para tenerlos y dejarlos allí (aumentando considerablemente las cifras de huérfanos en esa ciudad y en las aledañas). Ella demostró un valor impresionante como mujer", aseguró.

La foto de Berthe Gardès, la partida de nacimiento de Carlos (Charles) y un certificado escolar dan cuenta de los primeros años en la vida de Gardel. (Martín Rosenzveig)
La foto de Berthe Gardès, la partida de nacimiento de Carlos (Charles) y un certificado escolar dan cuenta de los primeros años en la vida de Gardel. (Martín Rosenzveig)

Se cree que Berthè (luego conocida como Berta Gardes) y su pequeño hijo llegaron a Buenos Aires en 1893. Los primeros años en esta ciudad los vivieron en conventillos y habitaciones rentadas hasta 1914, cuando Carlos tuvo sus primeros ingresos como músico profesional y pudo alquilar un modesto departamento en Corrientes 1714, en el que vivieron hasta mudarse definitivamente a la casa de Jean Jaures, que compró en medio de su éxito. La influencia que tuvo en él haber vivido unos años sobre la entonces angosta calle Corrientes, colmada de cines y teatros, fue fundamental ya que allí se conectaba con la variada movida cultural. "Toda esa riqueza sumado al canto de los payadores que admiró y con los que tuvo amistad fue modelando sus gustos y oídos. Buenos Aires le ofreció también educación a la que llega al igual que otros niños", añadió.

Ya exitoso, Gardel pedía volver a los conventillos en los que vivió de niño: “De pronto, emocionado hasta las lágrimas, volvía a meterse rápidamente en el coche. Y entonces se quedaba silencioso por un rato muy largo”, Antonio Sumaje (chófer)
Partitura de “Mi noche triste”, el primer tango canción de la historia que interpretó Carlos Gardel en 1917 y que versionó en 1930 dando en esta ultima el estilo definitivo al tango. (Martín Rosenzveig)
Partitura de “Mi noche triste”, el primer tango canción de la historia que interpretó Carlos Gardel en 1917 y que versionó en 1930 dando en esta ultima el estilo definitivo al tango. (Martín Rosenzveig)

Las anotaciones de la vida de Carlos, que recopilan información de quienes lo conocieron coinciden en la humildad y solidaridad que tenía. No es mito: cuando los teatros desbordaban y quedaba gente sin poder entrar a verlo, él salía y cantaba en veredas, en ventanas y balcones y extendía sus presentaciones o improvisaba otras para llegar a las ciudades donde había gente que no podía viajar para verlo. El nivel de idolatría que despertó en la década del 30 es incomparable en nuestros días. También fue un visionario de lo que hasta hoy compone el mercado discográfico: pidió que se lo filmara cantando mucho antes de que existiera la industria del videoclip, grabó simples y longplays, produjo y filmó películas en las que cantó en vivo cuando los productores pedían que grabara la parte cantada para luego insertarlas, pero él quería hacerlo en vivo y cuando eso pasaba quienes estaban detrás de escena dejaban de lado sus tareas para poder disfrutarlo. Alguna vez tuvo que cancelar presentaciones programadas porque no podía cantar por tener la voz afectada (no había micrófonos con amplificadores en los teatros), pero iba para disculparse. Ese gesto y salir ante el público unos minutos era suficiente para quienes viajaban a verlo.

Carlos Gardel vestido de payador cantaba canciones populares antes de incurrir en los tangos. (Martín Rosenzveig)
Carlos Gardel vestido de payador cantaba canciones populares antes de incurrir en los tangos. (Martín Rosenzveig)

En una sala todas sus canciones

La siguiente habitación es un deleite. Allí puede escucharse la totalidad de las canciones grabadas por Carlos Gardel, desde "Sos mi tirador plateado", de abril de 1912 con el sello Columbia, hasta "Guitarra mía", grabada en marzo de 1935 para el sello RCA Victor, en Nueva York.

La modalidad para hacerlo es innovadora: sobre una colorida pared cuelgan dispuestas tres tabletas con sus respectivos auriculares que atrapan la totalidad de las orejas para ofrecer un sonido incomparable… El viaje al pasado es inevitable. A la derecha, una pared da cuenta de las 893 canciones ordenadas por orden cronológico. Escucharlas en ese orden revela cómo Gardel fue perfeccionando su técnica y la maravillosa tonalidad de su voz. "Se puede apreciar su evolución y su crecimiento interpretativo", reveló Koffman durante el recorrido que se extendió poco más de una hora.

Disco original de Carlos Gardel que incluye “Mi noche triste” y otros temas que grabó junto a Razzano. (Martín Rosenzveig)
Disco original de Carlos Gardel que incluye “Mi noche triste” y otros temas que grabó junto a Razzano. (Martín Rosenzveig)

La siguiente sala es por de más emotiva. Una proyección constante muestra una película realizada en Colombia sobre el paso eterno de Carlos Gardel por ese país. Allí aparece caminado junto a Alfredo Le Pera y los guitarristas que lo acompañaban, por todos lados se ven fanáticos excitados por su presencia que lo rodean y avivan a cada paso. Camina mostrando su inmortal sonrisa, saluda a niños… La continuidad de la proyección es el resultado del fatal accidente, la llegada del barco del que baja su cadáver y el traslado del féretro acompañado por una incontable multitud que camina a paso lento la calle Corrientes. Del otro lado, se extiende un gran poncho que fue donado por el Círculo Tradicional de Leales y Pampeanos, del que era socio, a días de su muerte. Contó sobre éste Koffman: "Dicen que, como no pudieron ponerlo junto al cortejo que llevaba sus restos, fue arrojado desde una avioneta y que cayó encima del féretro". Si bien no hay registros que lo confirmen, la anécdota emociona. A su lado una copia del testamento manuscrito del cantor de Buenos Aires revela la prolijidad de su letra.

La última habitación de la casa remodelada muestra la última etapa de la vida de Gardel y su gran faceta actoral. Un afiche y partituras originales son un testimonio exquisito de esos años… El recorrido continúa con el siempre claro relato del director de la casa en la que murió Berthè el 7 de julio de 1943. Fotografías de la grabación de películas, otras de momentos de descanso en los que posaba con los demás actores y otros en los que bromeaban (hoy conocido como 'detrás de escena') decoran una pared. A menos de dos metros, una gigantografía en la que luce una galera enaltece la sala convertida en microcine para 40 personas (antes, en ese espacio había dos habitaciones y un baño). La pared a la que apuntan las sillas proyectaba en ese momento "Mi Buenos Aires querido" y la voz de Gardel sonaba constantemente, acompañando la estadía en la casa que fue su hogar y el de su madre. "Apena hablar mientras él canta", confesó Koffman. Y era verdad.

Afiche original de la película muda “Flor de Durazno” de 1917. La grabó junto a una actriz italiana con quien, pese al silencio y al idioma, se entendió a la perfección. (Martín Rosenzveig)
Afiche original de la película muda “Flor de Durazno” de 1917. La grabó junto a una actriz italiana con quien, pese al silencio y al idioma, se entendió a la perfección. (Martín Rosenzveig)

Cuando el grabador se apagó, la charla continuó otros 10 minutos. Fue el momento de revelar la admiración por este grande y también el momento de entender que nadie lo igualó ni podrá hacerlo porque fue único y un gran visionario de todo lo que vendría. Durante esos minutos el director del Museo Casa Gardel contó que tras años de investigación (sobre todo al leer las cartas que escribió a la madre) se supo qué planes tenía Gardel luego de terminar la que fue su última gira: viajar a Francia para buscar a su madre y regresar a esa casa. También planeó nuevas canciones y nuevas películas… El silencio por la pena de lo que no fue lo deja por primera vez cantando sin interrupciones. Otro mito que acababa de confirmar: Gardel cada día canta mejor.

El espacio en el que originalmente había dos habitaciones y un baño hoy funciona como un microcine para 40 personas. (Martín Rosenzveig)
El espacio en el que originalmente había dos habitaciones y un baño hoy funciona como un microcine para 40 personas. (Martín Rosenzveig)

Homenajes

Para homenajearlo en el día en que se cumplen 82 años del trágico accidente en el que murió, el Museo Casa abrirá las puertas de 10 a 18 para hacer el recorrido normal y desde las 19 comenzará una charla para recordar sus últimos días. Además, la Asociación Amigos Museos Carlos Gardel organiza un almuerzo para mañana domingo en el Mesón Español, Hipólito Yrigoyen 1221, a las 12. Por su parte, el Gobierno porteño organizó un recorrido especial por el cementerio de Chacarita para que quienes quieran dejarle flores.

*La Casa permanece abierta lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 18; sábados, domingos y feriados de 10 a 19 horas.

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