El rol de Wado de Pedro en la pelea contra el COVID-19 y su primera vez en Campo de Mayo

El ministro del Interior es hijo de desaparecidos. En la víspera del 24 de marzo supervisó un hospital reubicable en el predio donde funcionó uno de los centros clandestinos de detención más grandes de la última dictadura

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Eduardo 'Wado' de Pedro y Agustín Rossi en el hospital reubicable de Campo de Mayo junto a oficiales del Ejército (@wadodecorrido)
Eduardo 'Wado' de Pedro y Agustín Rossi en el hospital reubicable de Campo de Mayo junto a oficiales del Ejército (@wadodecorrido)

En diciembre del año 2012 Eduardo ‘Wado’ de Pedro dio un discurso en un plenario de La Cámpora en el ex centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA. Recordó la decisión de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de convertir el sitio en un espacio para la memoria tras quitárselo a la Armada. Ese día habló de corrido: “Tenemos que mantener los valores que los 30 mil compañeros dejaron impregnados en estas paredes, que son humildad, solidaridad, compromiso, valentía, militancia, emoción, alegría”. En ese lugar nacieron muchos de los bebés que tras la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo recuperaron su identidad, gran parte de ellos ya mayores de edad, como el actual ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Juan Cabandié y la titular del INADI, Victoria Donda.

Ayer, vísperas de un nuevo aniversario de la última dictadura militar y del Día de la Memoria, el peronista kirchnerista mercedino entró por primera vez a Campo de Mayo junto al ministro de Defensa Agustín Rossi. En el emblemático predio funcionó otro de los mayores centros clandestinos de detención y una maternidad clandestina. Y en el Hospital Militar nacieron también varios bebés cuya identidad les fue sustraída.

De Pedro llegó al predio de San Miguel sin custodia y vestido de 'fajina’ (jean, zapatillas y remera negra) pero lo hizo en su rol de Ministro del Interior y no como militante de HIJOS, agrupación en la que militó dos décadas atrás cuando además era estudiante de Derecho. Si lo pensó, no hizo mención a los terribles sucesos ocurridos en ese sitio y si no estrechó ninguna mano fue más por su obsesión actual por ganarle la batalla al coronavirus y hacer caso a cada recomendación que por la historia reciente. Por lo mismo Rossi ya se acostumbró al saludo marcial antes que a dar la mano, un abrazo o un beso.

Cerca del ministro De Pedro lo describen concentrado en la misión que le encomendó el Presidente de la Nación: coordinar y ampliar el número de camas disponibles para cuando se incrementen los casos de pacientes mientras se busca achatar la curva de crecimiento. También tiene a cargo la supervisión del transporte y seguridad de la pandemia, el cierre de fronteras y desde Migraciones el control de los turistas extranjeros obligados a respetar la cuarentena.

Wado de Pedro y Avelino Zurro, Secretario de Asuntos Municipales
Wado de Pedro y Avelino Zurro, Secretario de Asuntos Municipales

El ministro Rossi confesó ante Infobae que viven el día a día sin distinción entre fines de semana, feriados o días hábiles. Los funcionarios, sin cuarentena, pasan más tiempo estos días supervisando operativos que en la oficina, a la inversa que la mayoría de los argentinos de obligatorio refugio casero. Varios de los pocos que integraron la comitiva de ayer en que recorrieron el hospital reubicable ni siquiera repararon en que era 23 de marzo. Aunque no haya sido buscada para mostrar más que el trabajo conjunto, la imagen de De Pedro conversando con los militares habla de las nuevas prioridades y de cómo la urgencia supera cualquier diferencia. “Es tiempo de solidaridad y esta situación nos pone a prueba: no hay margen para la desunión ni para mirar al costado”, resaltó el ministro al término de la visita.

A media mañana los dos ministros llegaron a Campo de Mayo para saludar al personal del Ejército que terminaba de montar el hospital reubicable. Para Rossi fue una doble satisfacción: en el año 2013, durante su anterior gestión como ministro de Defensa, inició el proceso de compra a China que completó el gobierno de Mauricio Macri en el 2017. Una parte fue donación.

Con De Pedro hicieron cuentas: Argentina tiene actualmente 9.000 camas de terapia intensiva y el Presidente ordenó llegar a 10.000. El hospital a cargo del Ejército cuenta con 28 camas, shock room, quirófano, análisis bioquímicos y diagnóstico por imágenes. No tiene sin embargo área de terapia intensiva, a diferencia del segundo hospital reubicable que depende de la Fuerza Aérea y estará en Pompeya que cuenta con cuatro camas de terapia intensiva y podría tener cuatro más. Ese hospital tiene once años de historia: estuvo en la misión de la ONU en Haití.

Además De Pedro articula con otros ministerios un relevamiento para ampliar la capacidad de camas no hospitalarias y conversa con sindicatos, clubes, hoteles privados y otras organizaciones civiles -y las iglesias- para alcanzar en total 16 mil camas en el área Metropolitana. Incluso la Sociedad Rural ofreció su predio.

De Pedro supervisó pasos fronterizos con la ministra Fréderic (Crédito: Fotografía Ministerio del Interior)
De Pedro supervisó pasos fronterizos con la ministra Fréderic (Crédito: Fotografía Ministerio del Interior)

Hace sólo 23 días, en su discurso del 1° de marzo ante la Asamblea Legislativa, el Presidente había anunciado la creación del espacio de memoria El Campito, por donde pasaron 5.000 víctimas de la última dictadura militar. Ese día hubo satisfacción entre los organismos de Derechos Humanos que habían rechazado la creación de un parque en Campo de Mayo anunciada también en una apertura de sesiones ordinarias por Mauricio Macri.

Estos días son de intensa actividad en Interior, aún cuando De Pedro no pase por la oficina. Tiene tres celulares con los que se comunica con colaboradores; con el Presidente; con el jefe de Gabinete Santiago Cafiero; con la ex presidenta Cristina Fernández y con su amiga la ministra de Seguridad Sabina Fréderic. También con cada uno de los gobernadores y el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a quien ha visto más durante las últimas dos semanas que tal vez en toda su vida política. Ayer del hospital se fue a Olivos donde trabajó casi todo el día.

Arranca temprano a la mañana y ya no sorprende cuando a las once de la noche avisa qué harán al día siguiente o da instrucciones para una teleconferencia entre ministros de economía de las provincias como hizo días atrás con la secretaria Silvina Batakis. O cuando de un momento al otro organiza un operativo o una salida. Controla además que se cumpla el aislamiento decretado por el Presidente y le molestan “las conductas imprudentes que afectan a todos los argentinos”. A los mandatarios provinciales y a sus colaboradores del ministerio les encarga informes sobre qué necesitan o que necesitarán para paliar los efectos sobre las economías regionales, releva las demandas sanitarias de cada distrito, los operativos de seguridad y el pago de sueldos. Hasta está atento a los mensajes y pedidos que recibe desde las redes sociales. “Somos todos parte de un gobierno” arengó a su equipo ante los primeros casos detectados de contagio por coronavirus cuando en una megareunión los instó a seguir la enfermedad en el mundo, ver reacciones y puntos débiles y solicitó su ayuda aunque no pocos digan que es difícil superar su ritmo de trabajo, intenso y metódico.

“Si se me escapa algo ayúdenme”, les dijo ‘Wado’ de Pedro que también llamó la atención de los mozos de la planta baja de Casa Rosada cuando tras asumir les advirtió: “Vamos a trabajar juntos cuatro años, no me llamen ministro, soy Wado”. Con su sobrenombre también se escriben las gacetillas oficiales de prensa.

“¿Adónde vamos?”, preguntó días atrás sobre las fronteras que podrían visitar tras analizar informes de la Dirección de Migraciones que también tiene a su cargo. Con su equipo llegó a la conclusión de que Iguazú era el lugar más caliente y se subió a un avión con Sabina Fréderic. También sobrevoló el área metropolitana con ella y con Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli.

El ministro del Interior, Sabina Fréderic, Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli
El ministro del Interior, Sabina Fréderic, Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli

De Pedro se crió en Mercedes, provincia de Buenos Aires, después de que lo rescatara su familia materna. Su mamá, Lucila Révora, fue secuestrada en la casa en la que vivían en el barrio de Floresta y según algunos testimonios habría llegado sin vida al centro clandestino de detención El Olimpo. Estaba embarazada de su pareja, Carlos Fassano, quien fue asesinado también ese 11 de octubre de 1978. Los represores dejaron al niño, hoy ministro, por entonces de casi dos años de edad, en casa de unos vecinos y luego lo buscaron en un Falcon verde. Su papá, Enrique De Pedro, había sido asesinado en abril del 77. Los dos pertenecían a la agrupación Montoneros.

Según investigó la Justicia el procedimiento lo realizó personal de Batallón 601 en apoyo del Primer Cuerpo del Ejército. El 21 de diciembre de 2010 el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de la Capital Federal condenó a prisión perpetua y 25 años a los responsables entre ellos Raúl Antonio Guglielminetti, Julio Héctor Simón, Samuel Miara, Eduardo Emilio Kalinec y Oscar Augusto Isidro Rolón. Operaban en el circuito ABO: Atlético, Banco y El Olimpo ubicado en Lacarra y Ramón L. Falcón, bajo el mando de la Policía Federal pero dependiente, como los otros dos, del I Cuerpo del Ejército argentino.

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