El euro repunta en Colombia y deja atrás su mala racha: así se movió la divisa el 10 de octubre

El precio del euro en Colombia cerró la jornada del 10 de octubre de 2025 en un promedio de $4.531,53, lo que representó una subida de $20,55 frente al día anterior, equivalente a una variación diaria de +0,46%. Durante la sesión, la divisa europea alcanzó un máximo de $4.563,38 y un mínimo de $4.498,49, reflejando una volatilidad moderada en el cruce EUR/COP.

Si bien no se registraron máximos históricos, la caída en su valor responde a una combinación de factores internacionales, como las expectativas sobre la política monetaria en Estados Unidos y la inestabilidad en los mercados globales, junto con elementos locales que influyen en la oferta y demanda de divisas. En las casas de cambio, el euro se cotizó en un rango de $4.360 para la compra y $4.530 para la venta.

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Si consideramos los datos de los últimos siete días, el euro anota un ascenso 0,35%; sin embargo en términos interanuales aún conserva una disminución del 1,01%.

Respecto a días pasados, encadenó dos sesiones seguidas de subida. En cuanto a la volatilidad de estos siete días fue sutilmente superior a la acumulada en el último año, de forma que presenta mayores variaciones que la tendencia general del valor.

El escenario económico global mantiene un tono de cautela, pero el foco de los mercados se concentra en la evolución del euro y del peso colombiano, ambos influenciados por dinámicas internas y por la volatilidad de sus principales socios comerciales. En la eurozona, el Banco Central Europeo reafirmó su compromiso con una política monetaria estable, convencido de que el nivel actual de tasas sigue siendo coherente con el objetivo de inflación del 2%.

Sin embargo, la persistente fragilidad del crecimiento y la incertidumbre política en Francia añaden un componente de vulnerabilidad al bloque. El estancamiento de la actividad industrial en Alemania y la moderación del consumo presionan al BCE a equilibrar su estrategia, evitando señales de endurecimiento que puedan frenar aún más la economía. El euro, en este contexto, muestra un desempeño mixto frente al dólar, sostenido más por la debilidad estadounidense que por la fortaleza europea.

Mientras tanto, el peso colombiano enfrenta una coyuntura que combina estabilidad fiscal moderada con tensiones estructurales. La atención nacional se centra en la próxima decisión de la Corte Constitucional sobre la reforma pensional, que podría redefinir la sostenibilidad del gasto público y el equilibrio de largo plazo de las finanzas del país. Al mismo tiempo, el Gobierno avanza en medidas orientadas a garantizar la seguridad energética, un frente clave para preservar la confianza inversionista.

Aunque la inflación ha mostrado señales de moderación, aún se mantiene fuera del rango meta, lo que refuerza la posición prudente del Banco de la República y limita el margen para una reducción de tasas agresiva. Esta postura, junto con la solidez relativa de los flujos externos, permitió cierta estabilidad cambiaria del peso frente al dólar en un entorno internacional incierto.

En Estados Unidos, el prolongado cierre parcial del gobierno ha interrumpido la publicación de indicadores clave, dejando a la Reserva Federal sin insumos completos para evaluar su siguiente movimiento. Aun así, los inversionistas anticipan con una probabilidad cercana al 95% un recorte de tasas en octubre, impulsado por señales de enfriamiento en la economía y un contexto político cada vez más volátil. Las recientes sanciones impuestas a casi un centenar de empresas, principalmente chinas, marcan un nuevo capítulo en la rivalidad comercial, lo que podría reconfigurar las cadenas de suministro globales.

En Asia, China refuerza su estrategia de autosuficiencia tecnológica, restringiendo el acceso a semiconductores estadounidenses y consolidando su control sobre exportaciones críticas como las tierras raras. Este endurecimiento comercial se combina con la expectativa de anuncios económicos clave en la próxima reunión del Partido Comunista. En Japón, la depreciación del yen y el aumento de los precios al productor presionan al Banco de Japón a reconsiderar su postura ultralaxa, mientras la nueva primera ministra enfrenta crecientes dificultades para sostener su programa de estímulos.

América Latina navega un entorno desigual. México y Brasil ajustan sus políticas ante presiones inflacionarias y tensiones fiscales, mientras Colombia busca fortalecer su estabilidad macroeconómica y política, consciente de que el comportamiento del peso y la credibilidad fiscal serán decisivos para sostener su resiliencia frente a la volatilidad global.