Fueron identificados los cuerpos que registraban signos de tortura y que fueron abandonados en el río Cauca

Cuatro hombres que partieron desde Pereira hacia el Valle del Cauca fueron hallados sin vida luego de ser reportados desaparecidos desde el 3 de enero del presente año

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Familiares de las víctimas nunca
Familiares de las víctimas nunca conocieron los motivos de su viaje al Valle del Cauca - crédito Colprensa

Continúan las investigaciones con respecto a los tres cuerpos que fueron abandonados, con signos de tortura, en el río Cauca a comienzos de enero de 2025. Y es que con el paso de los días se han ido conociendo detalles sobre este múltiple crimen que ha causado temor y zozobra tanto en Risaralda como en el Valle del Cauca.

Por ejemplo, el diario La Patria reveló las identificaciones de quienes serían las víctimas de dicho acto delictivo, que emuló a viejas prácticas criminales que tendían a emplear los carteles de Cali o del norte del Valle en la década de los 90s y comienzos de los 2000s.

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Y es que, tal como explicó el diario caldense, los cuerpos sin vida serían de tres hombres oriundos de Pereira que viajaron hacia territorio vallecaucano por razones que aún son materia de investigación para las autoridades.

Se trata de Heider Alejandro López Navarro, de 28 años; Brandon González, de 37, y Julián Andrés Castrillón Montoya, de 40. Ellos viajaban en compañía de José Gildardo Montoya Patiño, de 50 años, primo de López Navarro, cuyo paradero aún es desconocido.

Las autoridades ya encontraron los
Las autoridades ya encontraron los cuerpos sin vida de tres de los cuatro desaparecidos - crédito Colprensa

Al parecer, los cuatro hombres habían salido de la capital risaraldense hacia Zarzal, Valle del Cauca, en la tarde del viernes 3 de enero de 2025. Según explicaron familiares al mismo medio, la idea de ellos era regresar sobre las 5:00 p. m. a Pereira, situación que nunca se registró.

De hecho, la última vez que los familiares de las víctimas pudieron tener contacto con sus allegados fue sobre las 3:00 p. m. de ese día; a partir de allí, los celulares parecían haber sido apagados.

El río Cauca ha sido
El río Cauca ha sido "usado" por los criminales para botar cuerpos sin vida desde hace varias décadas - crédito Colprensa

Así las cosas, el lunes 6 de enero de 2025, tres días después del último contacto que lograron establecer con sus familiares, las autoridades dieron con el paradero del vehículo en el que habían viajado, un carro Kia Río de placas GAV592. Este automóvil estaba abandonado en el sector de La Báscula, en Toro, Valle del Cauca.

Inicialmente, desde la Policía Nacional habían considerado la opción de que los hechos representaran un robo; sin embargo, con el avance de las investigaciones, los organismos encargados pudieron constatar que no era así.

Las víctimas habían salido de
Las víctimas habían salido de Pereira - crédito Colprensa

De hecho, el miércoles 8 de enero de 2025, familiares de José Gildardo llegaron hasta La Virginia, Valle del Cauca, para escuchar la versión de un sujeto que aseguró haber visto pasar los cadáveres de tres hombres y una mujer.

Así, de a pocos, se fueron conociendo los paraderos de los cuerpos sin vida; inicialmente, transeúntes dieron con el hallazgo del cadáver de Heider Alejandro López Navarro, con evidentes signos de tortura en la ribera del río Cauca en Palestina, Caldas. Luego, las autoridades encontraron los restos de Julián Andrés Castrillón en Anserma.

Posteriormente, sobre las 2:30 p. m. del viernes 10 de enero, las autoridades dieron con el hallazgo del que sería el cuerpo sin vida de Brandon González. El único cadáver que no ha sido encontrado sería el de José Gildardo Montoya Patiño, cuyo paradero es una completa incógnita para las autoridades.

Es importante resaltar que el río Cauca, el segundo más importante de Colombia, atraviesa varios departamentos del país, incluyendo Caldas, Risaralda y el Valle del Cauca, y ha sido escenario de múltiples hechos violentos en los últimos años.

Ante ello, los recientes hallazgos de cuerpos en sus aguas han encendido las alarmas sobre la posible existencia de redes criminales que operan en la región y utilizan el río como un medio para ocultar sus crímenes, tal como se llevaba a cabo en décadas anteriores.

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