Abigeato, carneo y sacrificio clandestino son las actividades ilegales que están dando al traste con la ganadería y la industria frigorífica en Colombia. Las cifras son contundentes: en 2023, mientras las plantas de beneficio faenaron 3,1 millones de bovinos, los mataderos piratas despostaron 1,7 millones de animales en las peores condiciones.
Así lo reveló un estudio realizado por la Oficina de Estudios Económicos de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) en donde se incluye un estimado del Consejo Nacional de Cadena Cárnica que indica que “el sacrificio clandestino puede estar entre el 40% y 45% del sacrificio formal, cifra que es realmente preocupante frente a las líneas de negocio formales en toda la cadena de valor”.
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El documento titulado “Entorno actual de las cadenas de valor de la ganadería colombiana” expresa que “mientras que en 2013 se sacrificaron 4,1 millones de animales, en 2024 la cifra rodeará los 3,1 millones de bovinos”. Además, que “el abigeato, carneo y sacrificio clandestino se convierten en una competencia desleal para toda la industria frigorífica y le hace un gran daño a toda la cadena de suministro”.
Deterioro de la seguridad alienta la clandestinidad
De acuerdo con la investigación, “hoy en día el mayor problema de la cadena de valor es el sacrificio clandestino, teniendo en cuenta que se ha venido presentando deterioro de la seguridad a nivel nacional, lo cual termina impactando directamente la cadena cárnica bovina”.
Sobre las expectativas relacionadas con el consumo de carne de res, se afirma que en 2024 el consumo formal de carne de bovino y vísceras volvería a las cifras de 18 kilogramos por persona. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existe un tema de clandestinidad que cada vez se agudiza más.
Y denuncia que “diferentes personas y/o grupos aprovechan la necesidad de la población de consumir este tipo de proteína para venderla a través de canales informales con menor precio, pero con menores condiciones de salubridad higiénica, conformándose como una estructura de competencia desleal que pone en riesgo las estructuras formales y productivas de la cadena de valor”.
Una bomba de tiempo
En el estudio se manifiesta que la cadena cárnica necesita: mejoramiento en seguridad, mayores controles de autoridades sanitarias, policivas y judiciales y un sistema de identificación animal que funcione de manera plena.
Al respecto, el presidente ejecutivo de Fedegán, José Félix Lafaurie, recordó que el abigeato - hurto o robo de ganado bovino- es una actividad que ha afectado a la ganadería de manera ininterrumpida y registra cifras escalofriantes.
“Según la Policía Nacional, en los últimos 14 años se denunciaron 33.650 casos en Colombia, es decir, 6 cada día”, indicó el dirigente gremial. Además, señaló que “este acto criminal unido al carneo (desprese ilegal en fincas ganaderas) y al sacrificio clandestino son una bomba de tiempo que está afectando de manera grave a los ganaderos y a toda la cadena cárnica del país”.
Otros temas mencionados en el documento “Entorno actual de las cadenas de valor de la ganadería colombiana” están relacionados con el precio de la carne y la inflación. Se expuso de la siguiente manera:
Precio de la carne de res frente al índice del novillo gordo
El precio de los novillos se mantuvo estable desde mediados de 2022. Por su parte, el precio de la carne subió de manera considerable entre 2021 y 2023. Ya hoy se exceptúa 2024 en donde de enero a agosto el incremento en el IPC de carne de res fue de 0,53%, lo cual ha hecho que al menos se mantenga el consumo y en algunos meses el sacrificio haya mostrado ligeros incrementos.
El precio de la carne al consumidor podría ser menor si el precio de los novillos se trasladara de manera simétrica al precio final de la carne, situación que típicamente no ocurre en la cadena de valor.
Inflación de la carne de res
A pesar de que el tema inflacionario de la carne de res se ha ajustado con una menor dinámica, el ingreso de la población aún no es suficiente para compensarlo y mejorar de manera significativa el consumo. 2025 podría indicar un ligero repunte al tener menor inflación general y recuperación en el ingreso real de las familias; sin embargo, tal variación positiva de la demanda aún sería marginal.
Relación sacrificio formal de bovinos con el ingreso per cápita
En cuanto a la relación del sacrificio formal de bovinos con el ingreso per cápita, se observa que, si bien el ingreso de las familias ha empezado a tener repuntes, aún se encuentra con rezagos para igualar los niveles que se tenían en años como el 2012 y 2013, lo que influye de manera directa en la disminución del consumo de productos de la canasta familiar, entre ellos la carne de res, impactando directamente las cifras de consumo, las cuales terminan transformándose en menores niveles de sacrificio.
Si bien 2025 puede marcar el cambio de tendencia e inicio de recuperación del consumo luego de las diferentes crisis registradas desde 2020, sin embargo, hay que tener en el radar que frente al consumo formal de carne, la clandestinidad es la mayor problemática.