Los habitantes de Medellín se han visto conmocionados por la trágica muerte de María Camila y Juan Carlos Hincapié Vélez, de 21 y 17 años respectivamente, y su madre Diana Lorena Vélez Raigosa, de 42 años, dado que los tres fueron encontrados sin vida el miércoles 11 de septiembre de 2024 en una vivienda del barrio La Isla, al nororiente de la ciudad.
Al respecto, el comandante encargado de la Policía Metropolitana de Medellín, general Rosenberg Novoa, declaró en una rueda de prensa: “El manuscrito por parte de la señora y el mensaje enviado por el joven a su padre, quien vive en el exterior, hasta el momento nos llevan a concluir que se trataría de un suicidio colectivo”.
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Este mensaje, enviado desde el celular de Juan Carlos Hincapié en la madrugada del miércoles, decía: “Por favor, venga muy temprano, apenas se despierte. La llave queda en el borde de la ventana. La otra llave queda en la mata para que le diga a mi papá, busca el contacto de él y le avisa, él se tiene que hacer cargo de nosotros tres”.
Sin embargo, el padre de los dos jóvenes, César Augusto Hincapié Dávila, que trabaja como carpintero en la isla de Las Bahamas, negó rotundamente esta versión.
En un comunicado conocido en primicia por El colombiano, Hincapié afirmó: “Me veo en la obligación de pedir prudencia y paciencia hasta conocer las pesquisas de Medicina Legal que, con certeza sé, llevarán a la conclusión de que mis hijos no se quitaron la vida, algo de lo que como padre estoy completamente seguro”.
La incredulidad del padre de los menores está fundamentada en varios aspectos, pues explicó, a través del escrito, que sus hijos eran estudiantes ejemplares y tenían muchos sueños a futuro.
Por ejemplo, su hija María Camila estaba cursando un pregrado en Historia en la Universidad Nacional y Juan Carlos había comenzado Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Antioquia, ambos con becas debido a sus excelentes desempeños académicos.
Según César Augusto Hincapié: “Los conocí bien en cada una de sus facetas y sé que ellos deseaban cumplir las metas de su futuro más que cualquiera”, además, enfatizó: “No hay palabras ni actos que logren describir el dolor y el desconcierto por la trágica muerte de mis hijos, quienes eran muchachos excepcionalmente juiciosos, cariñosos, estudiosos y felices, pero, sobre todo, llenos de vida y sueños”.
En la investigación también se encontraron dos cartas. Una de ellas, que fue hallada al lado del cadáver de la madre de los jóvenes manifestaba su voluntad de que su cuerpo fuera donado a la ciencia médica, y en caso de no ser posible, ser cremada.
Al respecto, el medio CM& dio a conocer una segunda carta, que había sido entregada a la novia de Juan Carlos dentro de una caja de regalo en la que pedía perdón y daba gracias por los buenos momentos compartidos como pareja.
“Juana, perdóneme por hacerla sufrir. Le doy las gracias por los buenos momentos que mi hijo pasó a su lado, por el cariño brindado. Siento mucho hacerla pasar por esta situación, pero no podía dejarlos abandonados y sufriendo día a día con el suicidio de su madre”, se leía en el manuscrito que estaba acompañado con dinero destinado a ayudar a la novia del joven durante el duelo.
El estado emocional de Diana Lorena Vélez también está siendo investigado por las autoridades que indicaron que ella estaba en tratamiento psiquiátrico por depresión crónica, lo cual la había llevado a ser internada en un par de ocasiones en una clínica de salud mental; sin embargo, para César Augusto, estos detalles no son convincentes para concluir que no se trató de un suicidio colectivo.