Ganaderos y agricultores plantean dudas a la paz que buscan el ELN y el Gobierno: critican el acuerdo firmado

El dirigente gremial está insatisfecho porque, entre otras cosas, la guerrilla no pare de secuestrar personas cuando se habla de paz

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José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de Fedegán, hace parte del equipo negociador de paz del Gobierno con el ELN - crédito Infobae
José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de Fedegán, hace parte del equipo negociador de paz del Gobierno con el ELN - crédito Infobae

Tres claroscuros del Acuerdo 28 firmado durante la ronda de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), señaló el presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie. Uno de ellos -muy peligroso- es que no se señala de manera expresa que ni el Comité de Participación sustituye a la Mesa de Diálogos ni esta última puede sustituir a las instituciones democráticas consagradas en la Constitución Política de Colombia.

El dirigente gremial, que hace parte del equipo negociador del Gobierno con el ELN, recordó que estuvo en desacuerdo con que, para las tareas instrumentales del diseño del Modelo de Participación se consultara a la sociedad por medio de una compleja instancia corporativa, pero ante la presión del ELN, “al menos logré que se incorporaran al Comité Nacional de Participación varios miembros de Consejo Gremial y organizaciones como Acore y el Instituto de Ciencia Política, los cuales, aun siendo minoría, protestaron frente al desbordamiento del comité”.

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Lafaurie, por medio de su columna de opinión semanal publicada en Contexto Ganadero, expresó que planteó su posición de manera pública en una carta a la jefe de la delegación del Gobierno, Vera Grabe, y la protesta de los sectores que rompieron la homogeneidad del comité tuvo resultados, debido a que una cosa fue el Modelo de Participación del Acuerdo 28 y otra la propuesta desbordada del CNP, “sobre todo en la pretensión de imponer agenda temática y la interpretación sobre una ‘condición vinculante automática’ a partir de la participación de ‘8000 voces’, con lo cual, prácticamente, se ‘defenestraba’ a la Mesa y se desconocía la misión constitucional del Congreso en la discusión y aprobación de políticas públicas”.

Manuela Marquez, delegada del ELN, y Rodrigo Botero, delegado del Gobierno de Colombia, leyeron públicamente el documento del acuerdo - crédito X
Manuela Marquez, delegada del ELN, y Rodrigo Botero, delegado del Gobierno de Colombia, leyeron públicamente el documento del acuerdo - crédito X

Las penumbras del documento firmado

En su columna titulada “Claroscuros a lo Rembrandt”, Lafaurie señaló los claroscuros que, según él, tiene el Acuerdo 28 “Sobre el desarrollo del proceso de participación de la sociedad en la construcción de la paz – Punto 1 del Acuerdo de México”:

  • Primer claroscuro: aunque no se señale expresamente -una de sus penumbras- es claro que ni el Comité de Participación sustituye a la Mesa de Diálogos, ni la Mesa puede sustituir a las instituciones democráticas consagradas en la Constitución, el Congreso en primer lugar. Por tanto, si bien los acuerdos de la mesa son de obligatorio cumplimiento y deben convertirse en políticas públicas, esa obligatoriedad está supeditada a las competencias del Congreso para discutir, aprobar, modificar o improbar las propuestas de política pública o de modificaciones institucionales surgidas de la mesa.
  • Segundo claroscuro: en cuanto a la pretensión de imponer una agenda, el Acuerdo 28 dio luz al eliminar temas como la democracia directa, la política de seguridad y la referencia al Acuerdo de Escazú, y al apelar a la fórmula menos controversial de apenas proponer temas de diálogo, pero dejó en la penumbra el desbordamiento de comité en su limitado objetivo de definir métodos y procedimientos.
  • Tercer claroscuro: aunque no hay reportes de secuestros por parte del ELN, el Acuerdo se firmó a pesar de su anuncio amenazante de que seguirán cometiendo ese delito.

Negociación entre gobierno de izquierda y guerrilla comunista

El presidente ejecutivo de Fedegán precisó su papel en la Mesa de Diálogo con el ELN como una voz que sacude la inercia de una negociación entre un gobierno de izquierda y una guerrilla comunista, ambos con una visión de “pueblo” donde solo están las minorías, sectores populares, campesinos y sindicatos, entre otros; pero no parece caber toda la clase media, el empresariado y otros sectores no afines a los que siento estar representando.

El ELN seguirá secuestrando, pese a primer acuerdo con el Gobierno dentro del proceso de paz entre ambos - crédito Alto Comisionado Paz/EFE
El ELN seguirá secuestrando, pese a primer acuerdo con el Gobierno dentro del proceso de paz entre ambos - crédito Alto Comisionado Paz/EFE

Ya al final de su columna de opinión explicó su propósito con el escrito. “El claroscuro, que inmortalizó a Rembrandt en Holanda y a Caravaggio en Italia, deja en la penumbra, a conveniencia del artista, lo que no se considera importante para darle peso a lo que se quiere iluminar y resaltar. Algo así sucedió con el Acuerdo 28, el cual, sin embargo, con sus claros y sus oscuros, logró reafirmar la condición suprema de la mesa y, con ella, la continuidad del proceso”.

Sin participación de la sociedad civil

Por su parte, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Jorge Bedoya, también se refirió a lo sucedido y dio a conocer su inconformidad.

Advirtió que “si hubiesen querido que quedara incluida la Constitución en el acuerdo de Caracas con el ELN respecto a la participación de la sociedad civil, las delegaciones lo hubieran hecho, pero no es así”.

Dijo a Caracol Radio que “debe existir suficiente preocupación sobre los acuerdos en cuanto a que sean vinculantes y entonces qué pasa con el Congreso; y las actividades criminales del ELN que no cesan en los territorios donde supuestamente se va a hacer esa participación ciudadana”.

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