Secuestradoras en Bogotá ofrecían premio de 15 millones de pesos a sus víctimas antes de retenerlas

Las sindicadas fueron interceptadas por las autoridades gracias a las denuncias de familiares de las víctimas

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Las sindicadas fueron identificadas como Leidy Johana Guerra Silva y Paula Daniela Neme Guerra- crédito Fiscalía General de la Nación
Las sindicadas fueron identificadas como Leidy Johana Guerra Silva y Paula Daniela Neme Guerra- crédito Fiscalía General de la Nación

Las autoridades dieron a conocer un caso de secuestro que daría muestra de una nueva modalidad que estarían implementando los criminales para retener a las personas en Bogotá. Al parecer, los implicados habrían ofrecido un incentivo económico para que las que serían sus víctimas acudieran al lugar en donde serían posteriormente retenidas.

Los hechos se habrían registrado en Bogotá, desde donde las sindicadas –identificadas como Leidy Johana Guerra Silva y Paula Daniela Neme Guerra– habrían enviado mensajes de textos a dos mujeres a las que secuestraron posteriormente.

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En las comunicaciones previas, las presuntas criminales indicaron a sus víctimas que debían fijar una cita para hacer entrega de un premio de 15 millones de pesos que se habían ganado. Con el ánimo de recibir el dinero, las damnificadas accedieron a verse con las secuestradoras, quienes llegaron al lugar pactado acompañadas con un hombre.

Tras percatarse de que sus víctimas llegaron a la cita sin la compañía de ninguno de sus familiares o amigos, las sindicadas las habrían retenido. Con las dos mujeres en su poder, las presuntas criminales habrían llamado a familiares de las damnificadas para pedirles una alta suma de dinero por su rescate, pago que debían efectuar para que las delincuentes no asesinaran a sus seres queridos.

“Labores de policía judicial evidenciaron que la cita fue hecha a través de mensajes de texto enviados a los celulares de las víctimas. Cuando ellas llegaron al lugar pactado fueron interceptadas, al parecer, por las hoy imputadas, quienes en compañía de un hombre las habrían retenido. Guerra Silva y Neme Guerra son señaladas de llamar a familiares de las dos mujeres para exigirles el pago de una elevada suma de dinero para no asesinar a las secuestradas”, indicaron desde la Fiscalía General de la Nación.

Tras recibir las amenazas por parte de las presuntas secuestradoras, los familiares de las víctimas contactaron a las autoridades, puntualmente al Gaula del Cuerpo Técnico de Investigación Seccional Bogotá, con el fin de dar con el paradero de las dos mujeres, además del de las criminales.

Después de que miembros de la fuerza pública adelantaron una investigación sobre lo sucedido, los familiares de las personas que permanecían en cautiverio fijaron con las secuestradoras un lugar en el que les harían entrega del dinero que habían solicitado.

Así las cosas, en la fecha que habían pactado, las presuntas criminales llegaron a una estación de transporte público en donde se encontraron con una persona que les dio un maletín con el dinero. Sin embargo, cuando recibían el pago, fueron interceptadas por las autoridades y capturadas.

Una vez en poder de la fuerza pública, las presuntas secuestradoras fueron imputadas el delito de secuestro extorsivo. No obstante, las criminales no aceptaron los cargos y un juez de control de garantías les dictó medida de aseguramiento.

Bogotá, una de las ciudades con mayores índices de secuestro en 2023

Cabe resaltar que Bogotá es una de las ciudades con mayores índices en este tipo de crímenes. Según un informe presentado por la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) en el que se detallaba la gestión de Gustavo Petro durante su primer año de mandato, la capital colombiana registró un alza de 116,3% con mayores afectaciones en áreas urbanas (116%) que en rurales (67%), con respecto a las cifras del primer semestre de 2022.

Junto con Bogotá, Medellín, Cúcuta y Cartagena fueron las ciudades con mayores índices de esta modalidad, con aumentos entre el 80% y 350%. Ante las cifras, a comienzos de agosto de 2023 Pares hizo un llamado a hacer seguimiento a la evolución del comportamiento de esta conducta en zonas urbanas, teniendo en cuenta que esta puede ser una de las principales fuentes de financiación de grupos delincuenciales organizados.