Nevado del Ruiz: los fluidos han provocado el aumento de sismos en las últimas 24 horas

Según explicó el Servicio Geológico Colombiano, este tipo de fenómenos son normales dentro del proceso que atraviesa el volcán; sin embargo, la alerta se mantiene

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Volcán Nevado del Ruiz (27 de mayo del 2023).
SGC
Volcán Nevado del Ruiz (27 de mayo del 2023). SGC

El Servicio Geológico Colombiano (SGC) emitió el reporte correspondiente al seguimiento que se le hizo al nevado de Ruiz, durante el 26 y 27 de mayo. Aunque el temido edificio volcánico no tuvo grandes cambios, uno de los factores que mayor preocupación genera es el aumento constante del número de sismos dentro del mismo, rasgo que demuestra que la actividad no cesa.

Respecto a lo anterior, la entidad explicó que dichos temblores son producto del movimiento de flujos volcánicos al interior del Ruiz. En esta oportunidad, el factor a tener en cuenta por parte del SGC; tiene que ver con el registro de dichos temblores, ya que son recurrentes y de poca magnitud, focalizándose principalmente en la zona de influencia del cráter Arenas y asociándose directamente con el domo de lava.

“Desde las 09:00 a.m. de ayer (26 de mayo) hasta la hora de publicación de este boletín, la sismicidad relacionada con el movimiento de fluidos al interior de los conductos volcánicos aumentó en el número de sismos registrados y mantuvo los niveles de energía sísmica, respecto al 25 de mayo. Este tipo de sismicidad estuvo principalmente caracterizada por la ocurrencia de sismos pequeños, localizados en el cráter Arenas, los cuales se asocian a la actividad del domo (protuberancia o montículo) de lava ubicado en el fondo del cráter”.

Los otros temblores del volcán

La vigilancia realizada por el Servicio Geológico Colombiano permitió evidenciar diversas emisiones de ceniza, aunque en este caso no fueron constantes, la intermitencia de las mismas logró ver en las cámaras web instaladas en puntos estratégicos del Ruiz. El fenómeno anterior fue provocado por el fracturamiento de roca dentro del volcán, la cual se sumó a los sismos que tuvieron como epicentro el franco nororiental de la zona.

La sismicidad por fracturamiento de roca disminuyó, pues según el SGC:

“Algunas de las señales sísmicas estuvieron asociadas a emisiones pulsátiles de ceniza confirmadas a través de las cámaras web utilizadas para el monitoreo volcánico. Por otro lado, continuó la actividad sísmica asociada a fracturamiento de roca al interior del edificio volcánico que se ha estado registrando desde el 24 de mayo en el sector nororiental del volcán, a una distancia máxima de 4 km a partir del cráter Arenas y a profundidades entre 4 y 6 km. Esta sismicidad presentó disminución en el número de sismos y energía sísmica similar en comparación al 25 de mayo”.

El balance de sismos no tuvo grandes cambios, pues el de mayor magnitud fue uno de 1,4 grados que se registró a las 2:03 de la tarde del 26 de mayo. El movimiento telúrico en cuestión tuvo una profundidad cercana a los cinco kilómetros desde la copa del Ruiz, además, respecto a las columnas de humo; una de estas alcanzó 1000 metros de altura como medida máxima.

“También se registró sismicidad, de manera ocasional, en el cráter Arenas. La máxima magnitud registrada fue de 1,4 ML, correspondiente al sismo de las 02:03 p.m., localizado a 4 km, hacia el nororiente del cráter Arenas, y a una profundidad aproximada de 5 km respecto a la cima del volcán. Respecto a la actividad superficial, la altura máxima de la columna de gases y/o ceniza fue de 1000m medidos desde la cima del volcán”.

“La dirección preferencial de dispersión se mantuvo principalmente hacia el noroccidente y occidente del volcán. Continúan las variaciones en la desgasificación de dióxido de azufre y la salida de vapor de agua desde el cráter a la atmósfera”, añadió el SGC, instando a la comunidad a permanecer atentos ante cualquier novedad que sea comunicada por las entidades oficiales, pues la Alerta Naranja continúa.