Banda de mujeres se hizo pasar por equipo de la Secretaría de Salud de Bogotá para entrar a una vivienda y desocuparla

Los hechos ocurrieron en el la localidad de Engativá por cuenta de tres delincuentes que se identificaron como médico, psicóloga y psiquiatra

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Una mujer de la tercera edad que necesitaba el servicio de medico en casa para ella y otros habitantes de su vivienda, en el barrio La Estrada, fue víctima de una nueva modalidad de hurto.

Las responsables son tres mujeres que se hicieron pasar por un equipo de la Secretaría de Salud. Una por médico, la otra por psicóloga y la última por psiquiatra.

Se las ingeniaron para engañarla y entraron en su casa. Mientras una de ellas la distraía, supuestamente brindándole información de interés, las otras dos ingresaron a una de las habitaciones, tomaron los objetos de valor que encontraron y se dieron a la huida, en un carro Spark color gris.

La hija de la víctima, quien por seguridad decidió proteger su identidad, comentó para el Matutino de Arriba Bogotá: “En lo que vemos en el video es que le carro llega aproximadamente a las 10:20 de la mañana, viene persiguiendo a una persona en condición de discapacidad que vive también en nuestra casa”.

Al parecer, no solo contaban con los datos personales de la mujer, sino también tenían claro que se quedaría sola después de cierta hora.

“En ese momento ellas entran. Va saliendo mi mama a acompañar a mi hermano que se iba. Estas personas sabían que mi mamá se quedaba solo y en ese momento la abordan con los nombres de las personas en condición de discapacidad, la EPS y demás información que, pues es verídica para estas visitas, y le dicen que vienen a hacerles un seguimiento”.

Y acto seguido: “La hacen entrar a la casa sin permitirle echar llave, pasador o algún seguro y así es como ingresan”.

Ya una vez adentro, no bastándoles con tener el permiso de la dueña, empezaron a intimidarla con llevarse a las personas en condición de incapacidad que estaban en otra habitación.

“En el momento empiezan a asustar a mi mamá, le empiezan decir que van a denunciar a las personas en discapacidad por vulneración, porque estaban en desnutrición, la empiezan a angustiar con un montón de preguntas y le piden que muestre los papeles de la historia clínica y el lugar en el que estaban haciendo ejercicio”.

Su actuación fue bastante convincente, llevaban la ropa, la indumentaria y estaban bien familiarizadas con los términos que utiliza el personal de salud.

“Mi mamá le muestra a una de ellas, la que supuestamente era psiquiatra, todos los papeles. Dos de ellas dicen ‘vamos a bajar a tomarle la tensión, la oximetría a las personas’, traían todos estos aparatos, mostrando que si podían ser de la secretaría de salud”.

Ellas dos fueron las encargadas de tomar todos los objetos de valor que encontraron en una de las habitaciones que, incluso, tienen un valor desconocido para sus propietarios:

“Una de ellas le pide la cedula a mi mamá, trata de tomar su celular y las otras dos señoras entran a mi cuarto, toman mi computador portátil, algo de dinero que había junto con ese computador –no sé cuánto– y lo meten en una maleta que ingresan a la casa en el momento en el que entraron”.

Tan pronto como lo tomaron “le gritan a la persona que está distrayendo a mi mama ‘vamos a ir por el Ensure’. La señora baja corriendo, se le resbala el celular de mi mamá y por eso no se lo logran llevar (…) pensamos que toman la maleta y salen las tres corriendo, llevándose el computador y el dinero que tenía en mi cuarto. Eso es lo que intentaron robar en aquel momento”.

Vestían un traje azul, con el rosto completamente cubierto y sin ningún rasgo que permita identificarlas a simple vista; sin embargo, su víctima las describe como: “una persona grande de 1.65 m, de contextura ancha, y dos bajitas de 1.50 m de contextura delgada. Pero dice que no puede describir absolutamente nada más porque llevaban doble carilla en la cabeza; doble tapaboca; una llevaba, incluso, gafas de protección; llevaban en los zapatos estas mallas de protección de cirugía, llevaban completamente cubierto todo, solo se les veían las manos con la que iban tomando apuntes”.

Al decir que iban por el Ensure, en realidad, salieron “corriendo, se llevan las hojas de la historia médica. Como no habían dejado echar llave, pues abren la puerta. La otra vecina dice que las escuchó cerrar de golpe. En el video se evidencia que se suben el carro y salen hacia la calle. Se evidencia como arrancan a toda velocidad”.

Así que en ese momento “llamó a la policía. Los policías lo que hicieron fue burlarse de ella, diciéndole que, evidentemente, venían a hacer cirugía y no le prestaron mucha atención. Ni siquiera le dieron el número del cuadrante ni nada para después conseguir más información del caso”.

Razón por la que, según comentó para el medio citado, su madre se siente muy afectada; ya que considera que la culpa la tuvo ella al confiar en las tres mujeres y al caer en su más reciente modus operandi.