Liberales confirmaron su apoyo a César Gaviria como presidente del partido y a las decisiones que tome sobre las reformas del gobierno Petro

Desde la bancada liberal se asegura que aún se está debatiendo si seguirán como partido de Gobierno o se declararán independientes

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César Gaviria, expresidente y director del partido Liberal
César Gaviria, expresidente y director del partido Liberal

Recientemente, se dio una reunión entre César Gaviria y la bancada liberal, en la que –de acuerdo con la emisora W Radio– 44 políticos pertenecientes a ese movimiento respaldaron al expresidente como líder de la colectividad roja y señalaron su apoyo a cualquier decisión que se tome respecto a las reformas que tramita el gobierno del presidente Gustavo Petro en el Congreso de la República.

De acuerdo con información de esa emisora, el congresista Carlos Felipe Quintero dijo que al interior del partido sigue en vivo el debate de si seguirán siendo partido de Gobierno o se declaren como movimiento independiente, al igual que el partido Conservador.

“Vamos a tomar una decisión la próxima semana sobre si nos vamos como independientes o seguimos como Gobierno. Vamos a tomar estos días para hacer una reflexión profunda de la decisión del partido y va a ser una decisión en bancadas de Senado y Cámara. Tenemos tiempo, seguiremos con la discusión de las reformas del Gobierno y vamos a tomar una determinación en conjunto por parte del Partido Liberal”, señaló el representante a la Cámara en ese medio de comunicación.

Por el momento, el congresista liberal afirmó que siguen dispuestos a discutir con el Gobierno nacional cualquier iniciativa, como las reformas que plantea el equipo del presidente Gustavo Petro, siempre y cuando, sean para beneficio del país.

“En los puntos en que no estemos de acuerdo vamos a manifestarnos y en los puntos que estemos de acuerdo vamos a apoyar al Gobierno y esa ha sido nuestra filosofía”, dijo a la emisora W Radio.

César Gaviria en contra de la reforma a la salud de Gustavo Petro

El partido Liberal compartió un texto titulado “Por qué el proyecto de ley de reforma a la salud destruye el sistema” para reiterar los peligros que cree que mantiene la iniciativa y que han motivado su oposición, por los efectos que le atribuyen al proyecto.

En el documento, compartido por el expresidente Gaviria sostienen que, como está el proyecto de ley, se elimina el modelo de aseguramiento mixto, porque mientras el Estado concentra las funciones del sistema, las llamadas gestoras de salud y vida, en las que pasarían a convertirse las EPS, tienen funciones ambiguas que no dan claridad respecto al papel que cumplirían.

Para el exmandatario, las EPS se convertirían en un actor irrelevante del sistema, al quitarles las funciones de aseguradoras y encargadas de la gestión integral del riesgo, lo que conduciría a su desaparición. Esto pese a que el Gobierno acordó mantenerlas dentro del andamiaje.

La función de gestión del riesgo, según Gaviria, se atomiza en los Centros de Atención Primaria en Salud (Caps), el sistema de referencia y contra-referencia, la coordinación de este sistema y las Gestoras de Salud. Además, cuestiona las unidades de planeación y consejos de evaluación que se duplicarían en funciones. Señala que los fondos-cuenta regionales se convertirían en estructuras burocráticas e ineficientes, que compara con las del desaparecido Fosyga.

El expresidente y la colectividad no han quedado satisfechos con los cambios al texto. Según el documento, el proyecto tiene una redacción confusa y ambigua, sin técnica jurídica, lo que genera la posibilidad de múltiples interpretaciones y así llevar a que las gestoras en salud desaparezcan y el diseño el diseño institucional Estatal sea antitécnico.

“Se les garantizan presupuestos a los hospitales públicos sin importar si son eficientes, lo que colocará en alto riesgo financiero al sistema de salud y de corrupción y, al final, perjudicará el derecho fundamental a la salud de todos”, dice el documento.

Así las cosas, para la dirección liberal, el nuevo sistema que se crea con la reforma tiene riesgos de corrupción y politiquería, que los ponentes del proyecto le atribuyen al actual modelo de aseguramiento en salud. A esto agregan que “no tiene incentivos a la contención sana del gasto y conducirá a una quiebra inminente y no garantiza el derecho a la salud”.