Golpeado, robado y secuestrado, así terminó el israelí que conoció a una mujer por Tinder en Medellín

El extranjero se encontraba de visita en la capital de Antioquia. Tras lo ocurrido, fueron capturadas tres personas

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FILE PHOTO: The dating app Tinder is shown on a mobile phone in this picture illustration taken September 1, 2020. Picture taken September 1, 2020. REUTERS/Akhtar Soomro/Illustration/File Photo
FILE PHOTO: The dating app Tinder is shown on a mobile phone in this picture illustration taken September 1, 2020. Picture taken September 1, 2020. REUTERS/Akhtar Soomro/Illustration/File Photo

Mediante comunicado, la Policía Nacional informó acerca del rescate de un ciudadano israelí que se encontraba secuestrado en la ciudad de Medellín. Al parecer, terminó allí luego de un encuentro que sostuvo con una mujer, a la que conoció por Tinder.

De acuerdo con el relato de las autoridades, el incidente habría iniciado en el momento en que la víctima, identificada como Paul Nguyen, de 36 años, concertó una cita con una persona desconocida, a través de la app. Ambos decidieron verse en un restaurante de El Poblado y cuando se encontraron, de entrada, todo transcurrió con normalidad, hasta que ella pidió un vehículo por su teléfono celular para desplazarse a otro sitio. La idea era que se fueran los dos, pero cuando el auto llegó, había tres personas en su interior y, rápidamente, se abalanzaron sobre él.

La Policía se percató de la situación cuando detectaron un vehículo que se desplazaba de manera sospechosa por Sabaneta. Lo interceptaron, finalmente, en el barrio El Carmelo, al sur del Valle de Aburrá, luego de que el conductor, a causa de los nervios producidos por la persecución, chocara el automotor.

El primero en bajarse del vehículo, con extrema urgencia, fue Nguyen, quien le explicó a las autoridades lo que había sucedido. Lo habían secuestrado, agredido y robado.

La Policía encontró armas de menor letalidad en el automotor y comprobó que las placas con las que se desplazaba eran falsas. Los tres implicados, a los que se les detuvo bajo el cargo de delito por secuestro, tenían 21, 24 y 26 años, respectivamente. Fueron dejados a disposición de las autoridades judiciales, junto al material probatorio recopilado por los uniformados.

Tras adelantar sus investigaciones, las autoridades consiguieron información vital relacionada con la muerte del ciudadano sueco Kyle Alexander Mackenzie, que se tomó la prensa nacional durante la última semana del mes de febrero, luego de haber desaparecido en la comuna de Belén, también en Medellín. Al parecer, este vehículo es el mismo que se habría usado para la huida de los implicados.

Según un reporte de la revista Semana, Mackenzie habría salido con unas personas el día anterior a su asesinato y fue encontrado más tarde en una zona boscosa, luego de haber recibido varios golpes. Si bien recibió atención médica, perdió la vida por la gravedad de las heridas.

Los amigos con los que había viajado desde Estados Unidos a Colombia encendieron las alarmas ante su desaparición. Cuando lo hallaron de nuevo, se encontraba sin vida en las instalaciones del Instituto Nacional de Medicina Legal.

No es la primera vez que se dan estos incidentes en la capital antioqueña en lo que va del año. La Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional tiene puesta la mira en la ciudad, con el fin de detectar el patrón con el que operan estos delincuentes que se ocultan tras las aplicaciones y las redes sociales.

En 2021, un ciudadano, también de nacionalidad israelí, fue asesinado en Medellín, luego de arribar a un sitio de oración de la comunidad hebrea. Los asesinos no le dieron tiempo de bajarse de su motocicleta y lo encararon, apuntándole con una pistola.

La víctima fue identificada como Shay Pesso, un comerciante que trabajaba entre Panamá y la capital antioqueña. El crimen sucedió en la noche del 28 de noviembre, también en el barrio El Poblado.

Tras el ataque, Pesso fue trasladado de urgencias a la clínica Las Vegas, donde finalmente falleció. Las autoridades establecieron que llevaba más de tres años residiendo en Medellín y tenía inversiones en un salón de belleza. Hoy, los motivos de su asesinato siguen siendo inciertos.