La fiesta arrancó bien arriba, con un soft pogo al ritmo de "yo soy la aventura", un clásico de los clásicos de Sergio Denis. Al fin y al cabo, se trata del ídolo de Mauricio D´Alessandro, el gran protagonista del almuerzo.
El abogado mediático y concejal de Tandil saltó hace poco del massismo a Cambiemos (se declaró "vidalista") pero ayer festejó otro salto: el cambio de década.
Organizada por su mujer, Mariana Gallego, la celebración de los sesenta abriles reunió a familiares, hombres de negocios, de la justicia y de la política.
A la hora de los canapés y las copas de champagne, se vio por allí al ídolo de River, el uruguayo Enzo Francescoli; al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y al empresario Sergio Trepat.
Como sucede en los casamientos, entre plato y plato, hubo show: el primero fue del propio ex diputado y amigable componedor de La Corte, que se calzó los auriculares, se puso delante de una computadora, y mostró sus dotes de "DJ".
Después llegó el turno de Los Náufragos, una banda beat de fines de los 60 que tocaron éxitos propios y también de Palito Ortega y Litto Nebbia.
"Mauri", como lo llaman sus íntimos, hizo coros con su bendito amigo Beto Casella, uno de los pocos que llegó sin traje a Tomo I, el restaurante del Hotel Panamericano.
Después de saltar, saltar y saltar el abogado concejal se paró delante de la torta, miró los muñequitos que la ornamentaban (el "Denis-D´Alessandro", el "DJ- D´Alessandro", el "abuelo-D´Alessandro" —título que obtendrá en breve— y el de su perro Dompe) y sopló una vela-bengala cuya llama ascendía más rápido que el valor del dólar.