Fueron nueve horas y media de indagatoria. Diego Lagomarsino habló y contestó de todo sobre la muerte de Alberto Nisman.
Llegó el momento de imprimir la declaración, un momento tedioso porque suelen surgir problemas con la máquina impresora y este caso no fue la excepción. Como si fuera poco con las fallas habituales, había que imprimir más de 400 páginas.
El empleado mandó a imprimir la declaración pero la impresora se trabó. Intentaron de distintas maneras y no se podía volver a poner en funcionamiento. "Si quieren yo la puedo arreglar", ofreció Lagomarsino haciendo valer sus conocimientos como perito informático. Nadie le contestó y se hizo un silencio abrumador. La impresora volvió a funcionar. Y hubo alivio en la sala.
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