Por qué el principio de acuerdo entre China y Estados Unidos enciende señales de alerta para el agro argentino

Un documento de la Fundación INAI pone bajo la lupa las implicancias del Acuerdo Fase Uno y advierte que se podría ver afectada la demanda de granos argentinos

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El principio de acuerdo entre China y Estados Unidos es una buena noticia, pero enciende señales de alerta para el agro argentino
El principio de acuerdo entre China y Estados Unidos es una buena noticia, pero enciende señales de alerta para el agro argentino

El conflicto comercial entre China y los Estados Unidos, que puso un corset a los mercados globales durante todo 2019, tuvo el pasado 15 de enero un nuevo capítulo que permite avizorar un desenlace positivo. Ambos países firmaron un “Acuerdo Económico y Comercial de Fase Uno” que incluye un importante aumento en el valor del comercio bilateral para los próximos años, aunque deja algunos detalles por negociar -por ejemplo, la composición de ese aumento-, y representa de alguna manera un golpe para la Organización Mundial del Comercio (OMC), que quedó afuera de la mesa.

“Estados Unidos incrementaría sus exportaciones a China en no menos de 200 mil millones de dólares en dos años, por encima del monto de referencia (2017). China se compromete a comprar no menos de 12,5 mil millones de dólares adicionales en productos agrícolas estadounidenses en 2020, y 19,5 mil millones de dólares adicionales en 2021. Si bien el compromiso específico es por dos años, proyectan que la trayectoria de aumento en las exportaciones continuará los siguientes años (2022 a 2025)”, detalla un informe elaborado por la Fundación INAI, que puso el foco en el impacto sobre el sector agrícola. Y agrega que en términos generales podría caracterizarse al Acuerdo Fase Uno como un “acuerdo de principios”, con compromisos globales ambiciosos de complejo seguimiento.

Para tener dimensión de la importancia de estos números, cabe recordar que en 2017 China importó productos agrícolas desde EE.UU. por un valor aproximado de 24,5 millones de dólares, lo que significa que el acuerdo pretende aumentar las exportaciones en más del 50 por ciento el primer año y duplicarlas en el segundo.

Lo que queda en el tintero es la cuestión de los aranceles, que entraron en una escalada durante el conflicto y que por ahora no desandarían ese camino. Tal como consigna el citado informe, se mantiene el escenario de aranceles bilaterales elevados, que producto del conflicto comercial pasaron de un promedio de 8 por ciento en el caso de los productos estadounidenses que ingresan a China y 3,1 por ciento para los que hacen el camino inverso a principios de 2018, a aranceles promedio del 20 por ciento para ambos casos.

“Aunque no resuelve la disputa entre ambos países, es una buena señal para los mercados, al finalizar la escalada proteccionista y brindar un marco a las futuras negociaciones, reduciendo la incertidumbre”, remarcan desde la Fundación. Y advierten: “No obstante, constituye un nuevo golpe para el sistema multilateral de comercio ya que tanto las distintas medidas adoptadas en el auge del conflicto, como ahora su posible desmantelamiento, se llevaron adelante por fuera del ámbito de la OMC”.

Capítulo agrícola

En el capítulo agrícola del acuerdo se abordan las barreras al comercio bilateral existentes, comprometiéndose a incrementar la cooperación a fin de expandir el comercio de alimentos y productos agrícolas y no aplicar medidas sanitarias o fitosanitarias (u otras) de manera que constituyan una restricción encubierta al comercio. Esto, a priori, es una buena noticia para la Argentina, ya que el precio de sus principales productos de exportación se vio limitado durante el conflicto en el mercado de referencia, Chicago.

Pero también, según advierte el informe de INAI, se enciende una señal de alarma para nuestro país, ya que si los montos comprometidos en el acuerdo son alcanzados, es probable que sea a costa del desvío de comercio desde otros proveedores agrícolas, que perderían participación en el mercado chino. “Argentina, que tiene a China entre sus principales destinos de exportación, deberá monitorear con detalle la implementación de este y futuros acuerdos, analizando acciones a seguir en caso de una violación a sus derechos como miembro de la OMC”, sostiene.