Para los economistas de la Bolsa de Rosario “el campo y la agroindustria cierran un aceptable 2019”

A diferencia del 2018, hubo mejoras en lo climático que permitieron una cosecha agrícola histórica en la anterior campaña. Además, los problemas a resolver y el impacto de la guerra comercial entre China y Estados Unidos

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Un agricultor que usa un tractor y un implemento para plantar, planta papas en los fértiles campos de cultivo de Idaho (Shutterstock)
Un agricultor que usa un tractor y un implemento para plantar, planta papas en los fértiles campos de cultivo de Idaho (Shutterstock)

Un estudio realizado por los economistas de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Julio Calzada y Bruno Ferrari, permitió poner en contexto los hechos relevantes de este año para la agroindustria nacional, y cuáles son las perspectivas para el 2020 que está por comenzar.

En lo estrictamente relacionado a los aspectos climáticos y productivos, para los economistas de la BCR, “el campo y la agroindustria cierran un 2019 aceptable”, donde la producción agropecuaria de la zona núcleo, principal zona productiva de los cultivos de nuestro país, no sufrió una tremenda sequía como la registrada con el año pasado, que fue la peor de los últimos 50 años, y que derivó en una gran cantidad de lotes que quedaron sin sembrar, aumentó el área de abandono, se observaron rendimientos muy por debajo de los promedios habituales y hubo pérdidas importantes.

En lo relacionado a la producción, este año la campaña 2018/2019 alcanzó una producción total de granos de 142 millones de toneladas, siendo un 46% mayor a lo producido en la campaña anterior, que se ubicó en 97.600.000 toneladas. A su vez, si se consideran los cultivos más importantes de nuestro complejo agroindustrial exportador (soja, maíz y trigo) el valor alcanzado fue de 127 millones de toneladas, a diferencia de los magros 84.500.000 toneladas del ciclo 2017/18.

De esta forma, los aumentos en los volúmenes de producción en el complejo agroexportador argentino repercutieron positivamente en las ventas al exterior en término de valor. Según datos publicados por el INDEC, las exportaciones en los últimos once meses de 2019 aumentaron 5,8% (3.257 millones de dólares) respecto al mismo período de 2018, debido principalmente al incremento en cantidades de 13,3%, ya que los precios cayeron un 6,7%.

A nivel de grandes rubros exportadores, “productos primarios”, MOA y combustibles y energía aumentaron 28,6%, 3,7% y 2,1%, respectivamente.

“Todos datos positivos para un país como el nuestro que se apresta a reperfilar y reestructurar su deuda pública externa e interna”, señalaron los economistas de la bolsa rosarina.

Otro párrafo de alto impacto para la economía local en el 2019 se lo llevó el conflicto comercial entre Estados Unidos y China que trastocó las relaciones de precios FOB de exportación del complejo sojero a nivel mundial. Este conflicto tiene su contracara: en el ciclo 2017/2018 hizo crecer a la industria oleaginosa de nuestros competidores (Estados Unidos) y la de los países clientes de Argentina, en perjuicio de la nuestra, agravada aún más por la falta de soja que tuvimos por la fuerte sequía.

Si observamos la última campaña 2018/2019, la importante cosecha de soja implicó un aumento sustancial en términos relativos de exportaciones de “Porotos de soja excluidos para siembra” en detrimento de “Aceite de soja en bruto, incluso desgomado” y “harinas/pellets de soja”, las que aumentaron pero en menor medida.

Para Calzada y Ferrari, “este fenómeno, entre otras razones, se hizo evidente por la igualdad en las alícuotas de derechos de exportación entre el poroto de soja y los productos industrializados, como harina y aceites, al suprimirse el diferencial arancelario en setiembre del 2018. Este tema sigue afectando a las exportaciones del complejo soja, ya que desalienta el procesamiento de soja a nivel local y no permite aumentar las exportaciones con mayor valor agregado al resto del mundo”.

Imagen de archivo de semillas de soja en la compañía de almacenamiento Grobocopatel Hermanos en Carlos Casares, Argentina. 16 abril 2018. REUTERS/Agustín Marcarian
Imagen de archivo de semillas de soja en la compañía de almacenamiento Grobocopatel Hermanos en Carlos Casares, Argentina. 16 abril 2018. REUTERS/Agustín Marcarian

Negocio granario

Por otra parte, en el 2019 hubo diversos hechos que afectaron al negocio granario, como por ejemplo los desequilibrios macroeconómicos que generaron tensiones comerciales y de financiamiento dentro del sector; los relativamente estables precios internacionales de los granos; o la bajante del Río Paraná, donde el conjunto de terminales portuarias ubicadas en el “Up-River Paraná” comprendido entre Puerto General San Martín y Villa Constitución, sufrieron los bajos niveles del Río dificultando, en algunos momentos, la carga de buques con destino de exportación.

Un tema de insoslayable interés para los hombres y mujeres de campo en el 2019 fue el cambio de autoridades en el Poder Ejecutivo Nacional. Desde la BCR, señalaron que el mismo “se desarrolló en un marco de armonía, sana convivencia y estricto cumplimiento de las normas de la democracia”.

Por estos días, las preocupaciones del sector agroindustrial giran en torno a los cambios en el esquema de retenciones, donde a través de la publicación del decreto 729/2019 se readecuaron las mismas para todos los productos que exporta el país.

Otros temas que generan preocupación son las modificaciones en el Impuesto a los Bienes Personales, la creciente presión impositiva en las provincias, las elevadas tasas de interés locales para obtener financiamiento, los costos de flete para las producciones del norte argentino y la falta de obras de infraestructura viales y ferroviarias que imposibilitan disminuir los persistentes altos costos logísticos.

Las perspectivas para el 2020

La campaña del complejo triguero argentino 2019/2020 ya ha comenzado. Al respecto la Red Gea de la Bolsa de Comercio de Rosario, en su última estimación proyectó una buena producción en el orden de las 19,5 millones de toneladas. “A pesar de la falta de agua, la producción de trigo será la más alta por el alto nivel de tecnología aplicado por los productores, y si las lluvias hubiesen acompañado estaríamos ante una campaña de 22 y 23 millones de toneladas por el nivel de siembra y la apuesta tecnológica que se hizo este año. Esperemos esto se repita en la próxima campaña”, comentaron los economistas de la BCR en su balance de año.

Por otro lado, el 2020 va a arrancar con un escenario incierto en materia climática para la soja y el maíz. El asesor de la bolsa de Rosario en materia climática, Dr. José Luis Aiello, junto con el Lic. Marcelo Matías Gil evaluaban hace unos días que la “variabilidad climática” será la principal protagonista. Tal como se viene dando en las recientes campañas, la inestabilidad en las condiciones climáticas a nivel regional, no solamente en lo local, resulta en volúmenes de producción complejos de estimar si no se tiene en cuenta el monitoreo de las distintas variables involucradas.

En este sentido, el nuevo ciclo 2019/20 no va a escapar a dichos factores climáticos. Según el último informe mensual sobre cultivos de la Red Gea, se verificaron retrasos en la siembra de soja de segunda correspondientes a la campaña 2019/20 que se encuentran comprometidas por la sequía. Se suma a lo anterior, el estrés térmico que está afectando al cultivo en la provincia de Córdoba. Por su parte, el Maíz 2019/20 está en una situación similar, con desmejoramiento de su condición. Con estas condiciones climáticas parece difícil seguir pensando en rendimientos normales que arrojaban inicialmente, una posible producción maicera de 47 millones de toneladas de volumen comercial.

“Esperemos que el clima ayude y nuestro país pueda tener éxito en los primeros meses del año en el proceso de reestructuración de su deuda pública. Poder normalizar las dificultades macroeconómicas y financieras que se presentan actualmente, serán claves en el desempeño del campo y del sector agroindustrial para el año que viene”, comentaron los economistas.

Y agregaron: “Sería muy positivo si se lograse alcanzar una fuerte baja en las tasas de interés que ayude al financiamiento, no solo en el sector agropecuario, sino del resto de los sectores productivos. Este es un aspecto fundamental para consolidar un aumento en la actividad económica”.

Por último, Calzada y Ferrari dijeron que también será determinante en el resultado que se puede conseguir respecto a los niveles de exportaciones, “la evolución de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China”.