Las velocidades máximas en el centro del debate en la Unión Europea

Seguridad y bajar el nivel de emisiones de gases contaminantes son los principales argumentos para que en el Viejo Continente se evalué bajar la velocidades legales. España recientemente bajó de 100 a 90 km/h en algunas rutas, y Alemania, con secciones de autopista “libre”, está siendo cuestionada

Compartir
Compartir articulo
Desde la Unión Europea, se pusieron de acuerdo en reducir las velocidades para autos en un 37,4% para el 2030. REUTERS/Morris Mac Matzen/File Photo
Desde la Unión Europea, se pusieron de acuerdo en reducir las velocidades para autos en un 37,4% para el 2030. REUTERS/Morris Mac Matzen/File Photo

Mientras en Sudamérica las emisiones de gases contaminantes no son prioridad -incluso los incentivos a los modelos ecológicos en Argentina aparecieron hace poco-, los países que integran la Unión Europea se pusieron de acuerdo para reducirlas en 2030 un 37,4% para los autos -tomando como referencia los registros de 2021-. Una de las medidas para lograrlo es revisar las velocidades máximas de cada país.

España acaba de imponer un nuevo límite de velocidad reducido a 90 km/h en rutas convencionales -de una carril por mano- para autos y motos, mientras que para camiones y otros pesados será de 80 km/h. Lo se que establece es que los primeros podrán superar el límite en hasta 20 km/h en adelantamientos. Mientras que en algunas autovías el máximo será 100 km/h y 120 en autopistas.

Hay lugares con restricción mayor como en el caso de Finlandia, Dinamarca, Suiza y Holanda con 80 km/h, o Sucia con 70 km/h, siempre hablando de rutas convencionales. Por su parte, en Gran Bretaña el limite está cercano a los 100 km/h y Alemania entra dentro de un punto muy conflictivo.

En el país germano existen las “Autobahn”, autopistas con tramos de velocidad libre. Hay que que aclarar que no es libre en toda su extensión sino por secciones que son consideradas seguras, y la educación vial de los alemanes es ejemplar.

Pero según algunos medios locales, la Iglesia Evangélica en Alemania Central (EKM), lanzó una campaña “Tempo 130” para pedir que las autopistas del país tengan un nuevo límite de velocidad máximo de 130 km/h. Una medida con la que se podrían ahorrar dos millones de toneladas de CO2 al año. Además, aparecen otras ventajas como un tráfico más uniforme, menos ruido y desgaste de neumáticos, así como una mayor seguridad vial.

Igualmente, desde el ministro de Transporte Federal, y el ministro de Medio Ambiente, todavía permanecen ajenos al debate, y centran sus esfuerzos en subsidios e incentivos a la movilidad ecológica, y no en restricciones. La realidad es que el acuerdo establece un limite de emisiones, pero después cada país evaluará que camino quiere recorrer para llegar a ese destino.