Seis autos que nacieron para convertirse en estrellas del cine

Los automóviles y el séptimo arte conservan una química especial. Formaron una relación intrínseca de imagen y pasión, al punto de que, en algunas películas, la industria automotriz y la cinematográfica se unieron para crear vehículos exclusivos para brillar en la pantalla grande. Historias mínimas de modelos concebidos para Hollywood

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Los autos y el cine conservan una comunión libidinosa. Representan una unión que fusiona valores como la pasión, la imagen, la publicidad, la identidad. Los automóviles se transforman en sucesos, en cultura cuando se reproducen en cintas grabadas con historias que contar. Dejan de ser meros instrumentos de movilidad para convertirse en estrellas secundarias -o primarias- del filme. Su naturaleza es intrínseca a la gran pantalla. Muchos autos pertenecen ya a la historia del cine. Pocos han sido craneados exclusivamente para ser figuras de películas.

Aston Martin DB10 de Spectre

Una de las imágenes que publicitaba la última película de la saga de James Bond con el Aston Martin DB10 de protagonista
Una de las imágenes que publicitaba la última película de la saga de James Bond con el Aston Martin DB10 de protagonista

El matrimonio Aston Martin-Agente 007 es un factor medular en la química que despierta el vínculo autos y cine. Es el caso del modelo icónico que protagoniza la película junto al actor de turno. La mítica saga de James Bond no sería la misma si no estuviese secundada por un Aston Martin. La última producción fue Spectre, con Daniel Craig en la piel del intrépido espía. El 4 de diciembre de 2014, Sam Mendes y Barbara Broccoli, el director y la productora de la 24° filme del Agente 007, fue presentado en el lanzamiento oficial del film el Aston Martin DB10, una coupé refinada especialmente diseñada para la película.

El modelo suponía una revolución estilística para la prestigiosa firma británica, un nuevo concepto en líneas y apariencia que inauguraba toda una era de deportivos. El DB10 toma la base, la ingeniería y el motor V8 de 4,7 litros y 426 CV del Aston Martin Vantage. La compañía fabricó diez unidades, de las cuales siete fueron utilizadas y destrozadas en la filmación. Los tres restantes aparecieron en los primeros planos de la película y se mantuvieron inmaculados. El Aston Martin DB10 se convirtió en un objeto de culto, en una pieza preciada para los coleccionista. Uno de ellos se vendió en una subasta benéfica por cerca de tres millones de euros.

Interceptor de Mad Max

Una publicidad de Ford que se hace eco de la versión del Falcon que se utilizó en la mítiga saga
Una publicidad de Ford que se hace eco de la versión del Falcon que se utilizó en la mítiga saga

Mad Max es una de las razones por las que el cine y los autos gestaron una relación intensa. En la primera película de la saga, en 1979, un joven Mel Gibson bregaba por la seguridad del mundo a bordo de un vehículo icónico: el Interceptor, un mito de la pantalla grande que apareció también en el segundo film, Mad Max 2, The Road Warrior (el guerrero de la ruta) de 1981. El automóvil fue modificado especialmente para la producción por el director artístico Jon Dowding: el Pursuit Special negro era una versión GT351 limitada del Ford XB Falcon Hardtop de 1973 creado en exclusiva para el mercado australiano. Llevaba un motor V8 de 5,7 litros desarrollaba 300 CV que gracias a un supercargador Weiand la potencia alcanza los 600 CV. Un modelo que se convirtió en una pieza invaluable de colección para la industria automotriz.

Lexus 2054 de Minority Report

El Lexus Minority Concept Car suele participar de exposiciones de automóviles en los Estados Unidos
El Lexus Minority Concept Car suele participar de exposiciones de automóviles en los Estados Unidos

Minority Report, realización de Steven Spielberg en 2002, ensayó un gran pronóstico: la premonición de las interfaces gestuales con la que Tom Cruise en la piel del jefe John Anderton manipula su máquina perfecta de Pre-Crimen, un sistema de tecnología avanzada que previene los asesinatos. Para contextualizar tal escenario, su director exigió un instrumento de movilidad condescendiente. Así nació el Lexus 2054, un prototipo de la compañía premium de Toyota, para encargarse del traslado del protagonista de la historia.

El modelo quedó grabado en la conciencia colectiva por su audacia, sus exuberancia, sus líneas bien logradas. Lexus asumió el desafío de imaginar cómo será la movilidad en medio siglo. El resultado: un auto capaz de rodar sobre el asfalto o levitar sobre carriles magnéticos, cambiar de color según el antojo de su propietario, autónomo, ecológico, con condiciones de seguridad biométricas para circular de frente, de costado y hasta de modo vertical. En teoría, Lexus invirtió cinco millones de dólares en el concepto con intención de rentabilizar su imagen corporativa. 24 profesionales moldearon el chasis de un Chevy V6 para convertir el Lexus 2054 de Tom Cruise.

Audi Shuttle Quattro de El Juego de Ender

Una réplica de la versión del Audi del futuro que se realizó para la película El Juego del Ender
Una réplica de la versión del Audi del futuro que se realizó para la película El Juego del Ender

Audi jugó a convertirse en un auto visceral, con profundas formas geométricas, ruedas anexadas por completo a la carrocería, un habitáculo terminado en cristal y un diseño guiado por suaves líneas rectas. El Shuttle Quattro es exagerado y futurista, aún así sabe conservar el espíritu de la marca de Ingolstadt con una parrilla frontal y los cuatro aros como lema de identidad. La firma alemana elaboró un concept radical para la película El Juego de Ender, un film hollywoodense de ciencia ficción basada en la novela homónima de Orson Scott Card. La película fue escrita y dirigida por Gavin Hood, protagonizada por Harrison Ford y estrenada en 2013.

Audi RSQ de Yo, Robot

El popular Audi RSQ que participa en varias escenas importantes de la película Yo, Robot
El popular Audi RSQ que participa en varias escenas importantes de la película Yo, Robot

La visión de Audi sobre cómo serán los autos en Chicago, Estados Unidos, en 2035. Al menos así lo expresó con la entrega de un concept car excepcional, únicamente ideado para lucirse en Yo, Robot, el film protagonizado por Will Smith que narra las desventuras de la humanidad ante la rebelión de la inteligencia artificial.

Era un superdeportivo definitivamente futurista: entradas de aire sobredimensionadas, neumáticos esféricos, conducción autónoma, mandos de voz, consolas digitales, puertas de apertura vertical. Su realización en 2004 adelantó líneas de diseño de las que hoy se inspira el Audi R8. Su protagonismo en la película es excluyente, con un claro principio por la compañía alemana de pronosticar el futuro de sus deportivos con una creación extrema.

Moto de Oblivion

Unas de las motos diseñadas especialmente para el film Oblivion se la obsequiaron a Tom Cruise
Unas de las motos diseñadas especialmente para el film Oblivion se la obsequiaron a Tom Cruise

Oblivion es un film de ciencia ficción estrenado en 2013 que desarrolla su historia en 2077 con sobrevivientes en una Tierra arrasada por conquistas extraterrestres. Tom Cruise en la interpretación de Jack Harper, un antiguo comandante de la NASA, patrulla el devastado planeta a bordo de una moto eléctrica, pura y futurista, con un diseño anguloso, líneas duras y músculos definidos. Para la creación de una moto de estética avanzada y eficiente al uso, convocaron a la compañía Glory Motor Works, del prestigioso preparador Justin Kell, quien modificó motocicletas para películas como Star Trek e Indiana Jones y para la colección de motos de célebres actores de Hollywood.

La unidad debía incorporar una identidad futurista pero debía obedecer a un criterio de uso: debía correr, saltar, frenar, tener buenas suspensiones. Su transformación estaba limitada por su funcionalidad. Por eso recurrieron a una moto con respuesta fiable: convirtieron una Honda CRF450X en un instrumento de movilidad de fines del siglo XXI. Se crearon tres ejemplares: una se destruyó durante el rodaje, otra quedó en las vitrinas de la productora y la restante fue un obsequio para Tom Cruise, un apasionado por las motos.

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