Acusan a una madre de organizar fiestas para niños y adolescentes y presionarlos para que realizaran actos sexuales

Shannon O’Connor, de 46 años, proveía alcohol y preservativos a niños de 14 y 15 años. Ahora está acusada de 39 delitos.

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Foto facilitada por la Oficina del Fiscal del Condado de Santa Clara: Shannon Marie O'Connor (Santa Clara County District Attorney's Office via AP)
Foto facilitada por la Oficina del Fiscal del Condado de Santa Clara: Shannon Marie O'Connor (Santa Clara County District Attorney's Office via AP)

Shannon O’Connor, de 46 años, preguntó a los adolescentes qué tipo de bebida querían para recibir el año 2021 y luego se las consiguió. Al comenzar la fiesta de Año Nuevo, se dirigió a una de ellas con una sugerencia: la niña de 14 años debía “acostarse con todos en la fiesta”.

Durante esa reunión, O’Connor estaba sentada cerca de esa niña en un jacuzzi cuando otro de los presentes menor de edad, borracho, tocó los genitales de la pequeña, de acuerdo a los documentos judiciales, sin que la dueña de casa hiciera algo al respecto. Más tarde, la misma víctima salió del baño después de que un chico la siguiera hasta allí. Llorando, le dijo a la mujer 32 años mayor que ella: “Me hizo sangrar”. O’Connor se rió de ella.

La celebración de Año Nuevo en su casa de Los Gatos -una comunidad acomodada en el corazón de Silicon Valley- fue una de las al menos media docena de reuniones que O’Connor -madre de dos hijos adolescentes- organizó en el transcurso de un año, alegan los fiscales. En esas alocadas reuniones proporcionaba alcohol a 20 adolescentes a la vez, les daba preservativos, les empujaba a beber en exceso y les incitaba a realizar actos sexuales -algunos de ellos no consentidos y otros a los que ella asistía-, todo ello mientras les convencía de que mantuvieran todo en secreto, según los fiscales.

O’Connor, que ahora se hace llamar Shannon Bruga, ha sido acusada de 39 delitos, entre los que se incluyen abuso de menores, agresión sexual y suministro de alcohol a menores. Fue detenida en su nuevo hogar de Eagle, Idaho, y está encerrada en una cárcel de Boise. Las autoridades del condado de Santa Clara, donde se produjeron los presuntos delitos, tienen previsto extraditarla y procesarla en California.

Se necesitaron muchos niños valientes para dar la cara y desenredar este caso profundamente perturbador”, escribió el fiscal del condado de Santa Clara, Jeff Rosen, en un comunicado. “Como padre, estoy conmocionado. Como fiscal del distrito, estoy decidido a hacer que los adultos que ponen en peligro a los niños sean totalmente responsables ante la ley y nuestra comunidad”.

O’Connor fue procesada el martes en Boise, pero no está claro cuándo está prevista su próxima audiencia. La oficina del defensor público del condado de Ada, que representó a O’Connor en las audiencias judiciales de esta semana, no respondió inmediatamente a un correo electrónico de The Washington Post a primera hora del jueves.

Durante las audiencias, los fiscales del condado de Santa Clara pintaron a O’Connor como una madre de mediana edad que organizaba repetidamente fiestas para su hijo mayor y sus amigos a través de mensajes de texto y Snapchat, y luego proporcionaba el alcohol que los adolescentes bebían hasta que vomitaban o se desmayaban.

En esas fiestas, la mujer supuestamente designaba habitaciones donde los adolescentes podían tener sexo. Luego les decía a las chicas que fueran a ciertas habitaciones donde sabía que los chicos estaban esperando, según los registros judiciales. Si las chicas se negaban, añaden los documentos, las engañaba hasta que lo hacían.

O’Connor también ayudaba a los adolescentes a escabullirse de sus casas en medio de la noche y los llevaba en coche para que pudieran asistir a sus fiestas, alegan los fiscales.

Durante una fiesta en el verano de 2020, un chico de 14 años se emborrachó tanto con el alcohol proporcionado por O’Connor, que se vomitó encima. Cuando uno de los únicos niños sobrios en la fiesta, una niña de 13 o 14 años, preguntó si debían llamar al 911, ella supuestamente dijo que no. En su lugar, la mujer habría dejado al adolescente al cuidado de la niña. Y en la fiesta de Año Nuevo, una niña de 14 años dijo a los investigadores que bebió tanto mientras estaba en el jacuzzi que sintió que se “ahogaba” repetidamente, incapaz de mantener la cabeza fuera del agua.

Foto facilitada por la Oficina del Fiscal del Condado de Santa Clara: Shannon Marie O'Connor (Santa Clara County District Attorney's Office via AP)
Foto facilitada por la Oficina del Fiscal del Condado de Santa Clara: Shannon Marie O'Connor (Santa Clara County District Attorney's Office via AP)

Los fiscales señalaron las medidas que tomó O’Connor para evitar ser descubierta. Supuestamente convenció a los adolescentes para que mintieran a sus padres sobre las fiestas e incluso les mintió ella misma. Dos días antes de organizar una fiesta de Halloween para unos 20 adolescentes, llamó a la policía para advertirles de que sus vecinos se quejaban con frecuencia a las autoridades y les pidió que la llamaran a ella si alguien denunciaba un problema antes de enviar a los agentes. Al parecer, dijo al departamento que daba instrucciones a los asistentes a la fiesta para que no abrieran la puerta a menos que la policía la llamara con antelación.

O’Connor también tomó medidas para mantener a su marido en la oscuridad, dijeron los fiscales. Antes de la fiesta de Halloween, ella planeó para sacarlo de la casa durante unas horas para que la fiesta pudiera comenzar. Los adolescentes sabían que tenían que esperar a que él se fuera para poder empezar a beber. En una fiesta anterior, supuestamente sacó a los adolescentes borrachos de su casa cuando se dio cuenta de que su marido iba a volver a casa.

Cuando O’Connor sospechó que una de las adolescentes estaba contando sus fiestas secretas a personas ajenas, amenazó con difundir rumores sobre la chica y convenció a otras jóvenes para que la acosaran, según declararon testigos. Como resultado, según los expedientes, la chica “sufría trastornos mentales y emocionales” en forma de ataques de pánico y tenía que dormir en el dormitorio de sus padres.

Varios adolescentes resultaron heridos durante las reuniones de O’Connor. En la fiesta de Halloween, una niña de 14 años se rompió el dedo meñique de la mano derecha, lo que requirió cirugía. Y el 19 de diciembre, un adolescente se cayó de la parte trasera del todoterreno de O’Connor. Al parecer, O’Connor había dado alcohol a su hijo de 15 años y a dos de sus amigos, los había llevado al aparcamiento de un instituto y luego había animado a uno de ellos -un adolescente sin carné- a conducir mientras los otros dos intentaban agarrarse al exterior del vehículo. Uno de ellos perdió el agarre, se cayó, se golpeó la cabeza y quedó inconsciente entre 20 y 30 segundos. Finalmente se le diagnosticó una conmoción cerebral grave.

O’Connor había sido conocida como “la madre genial” desde que su hijo mayor estaba en la escuela intermedia, pero su comportamiento se intensificó en el verano de 2020 cuando él estaba entrando en su primer año en la escuela secundaria, informó el Mercury News.

O’Connor y su marido, un ejecutivo de tecnología, pusieron su casa de 4,7 millones de dólares a la venta en algún momento de 2020 y se fueron a Idaho al final del año escolar, según el Mercury News. La pareja -junto con su hijo de 15 años y su hijo de 13 años de edad- se mudó recientemente a una casa de alquiler a la espera de que la propiedad de Los Gatos se venda.

La madre de una adolescente que supuestamente asistió a una de las fiestas de O’Connor dijo al Mercury News que tiene el corazón roto por lo que su hija y otros experimentaron. “Ha sido devastador”, dijo. “Es la peor pesadilla para un padre”.

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