Revelaron los detalles del secuestro de Jayme Closs (Video: AFP)
Se afeitó la cabeza y la cara, y limpió la escopeta de su padre y seis proyectiles de calibre 12 para evitar dejar un rastro físico. Remplazó la matrícula de su coche por una que había robado, y quitó del maletero un hilo que brillaba en la oscuridad y que permitía a la gente abrirlo desde el interior.
Y apareció en un domicilio rural de Wisconsin, vestido con un abrigo negro y un pasamontañas con un propósito: secuestrar a una chica de 13 años cuyo nombre ni siquiera conocía.
Los fiscales expusieron con detalle estos pasos que tomó Jake Patterson mientras planeaba el asesinato de Jayme Closs el año pasado – un acto que planeó después de que Patterson viera a la chica en una parada de autobús- en una denuncia penal publicada el lunes.
La denuncia coincidió con la primera vista judicial, en la cual, se veía a Patterson vestido con el traje naranja de la cárcel del condado, sacudiendo su cabeza afirmativamente y diciendo "Sí, señor" a las preguntas del juez. Él permaneció visiblemente impasible cuando se leyeron los cargos en su contra. El juez James C. Babler fijó la fianza de Patterson en USD 5 millones.
Los familiares de Jayme permanecieron sentados en silencio, y solo se susurraron en voz baja antes y después de la audiencia. Ellos abandonaron la sala rápidamente al final de la vista. El hermano de Patterson y el padre salieron cabizbajos. Su padre tenía las manos unidas, y llevaba un traje gris. Él parecía cansado. Cuando uno de los reporteros le preguntó si sabía lo que había hecho su hijo, él mantuvo su cabeza gacha y la movió lentamente de un lado a otro en señal de "no".
El caso, que ha enfriado este pequeño rincón de Wisconsin durante meses, se resolvió con una rapidez impresionante la semana pasada después de que Jayme escapara de la casa de Patterson. Esto ocurrió casi tres meses después de que el chico de 21 años la acechara, embaucara a su familia en su vivienda y la arrastrara con cinta adhesiva hasta su casa después de disparar fatalmente a sus padres, dijeron los oficiales. Los habitantes se habían unido a los agentes de la ley, en busca de la chica durante unos meses largos.
Sin embargo, los fiscales han declinado responder algunas preguntas claves sobre el caso, tanto en la denuncia como en una rueda de prensa celebrada tras la comparecencia ante el tribunal del lunes por la tarde. Ellos no han revelado la motivación de Patterson para secuestrar a Jayme, diciendo solo que "él sabía que era la chica a la que iba a secuestrar" después de verla en la parada del autobús.
Patterson ha sido acusado en el condado de Barron, donde se encuentra la casa de la familia Closs. Jayme fue arrestado en Gordon, a un kilómetro al norte aproximadamente, donde los fiscales dijeron que podrían presentarse más cargos, a pesar de que negaron responder a más preguntas acerca de si la joven había sido sexualmente agredida, o facilitar cualquier otro tipo de detalle.
Ellos explicaron la meticulosa preparación y la despiadada ejecución de los crímenes, que se derivaron de los dos días de trabajo que él realizó en la Fábrica de Queso Saputo el año pasado, según avanzaron las autoridades.
En una de las dos mañanas que él trabajó en la fábrica, él había parado detrás de una parada de autobús escolar y vio a Jayme a bordo, relató la denuncia. "El acusado declaró que cuando vio a J.L.C, él supo que era la chica que iba a secuestrar".
Ya ese día o el siguiente, él compró la máscara negra en Walmart, según la denuncia. Condujo dos veces hasta la casa de Closs, pero el elevado número de vehículos en la calle le disuadió.
En uno de estos viajes, robó la matrícula de un coche para instalarla en su Ford Taurus rojo. También quitó la luz del techo del auto para que no se encendiera al entrar o salir del vehículo. Llegó con la escopeta Mossberg de su padre, un modelo que escogió por ser letal y común: de ese modo, el arma sería más difícil de rastrear, dijeron los fiscales.
Al acercarse a la casa de los Closs, apagó sus luces delanteras. Aparcó cerca del final de la calle. Explicó que creía que el padre de la chica, James Closs, de 56 años, había visto una luz en el exterior. Se aproximó a la entrada y abrió la contrapuerta. Closs miró a través del cristal de la puerta delantera, y pidió a Patterson que le mostrara su placa, aparentemente preguntándose si el hombre que se encontraba frente a su puerta con un arma era un agente de la ley.
Patterson apuntó el arma hacia la cabeza de Closs y apretó el gatillo, dijo a la policía. Él disparó de nuevo al picaporte de la entrada e irrumpió en la casa, pasando sobre el cuerpo de Closs, según dijo a la policía.
Dentro de la casa, se dirigió a una habitación cerrada con llave, y la golpeó una docena de veces hasta que se abrió. La cortina del baño estaba cerrada. La arrancó y la tiró al suelo, encontrando a Jayme y a su madre, Denise, de 46 años, en la bañera. Denise había colocado sus brazos alrededor de Jayme.
Ató a Jayme por los tobillos y las muñecas usando cinta adhesiva, y la sacó de la bañera, y disparó a Denisse cuando comenzó a darse la vuelta, según la denuncia. Arrastró a Jayme al coche y la puso en el maletero, cerrándolo y conduciendo lejos. Él le dijo a los fiscales que no pasaron más de 20 segundos desde el momento en que salió de la casa hasta que se cruzó con una patrulla que lo pasó con las luces de emergencia y las sirenas encendidas, tras la llamada de emergencia que realizó Denise al 911.
Cuando los agentes llegaron, encontraron a James y Denise muertos por un disparo de bala en sus cabeza.
Poco se sabe sobre el tiempo que Jayme pasó secuestrada.
La chica le dijo a la policía que Patterson la había escondido bajo una litera, y alrededor del lugar apiló bolsas de mano, cajas de ropa y pesas de modo que pudiera escucharla o verla si ella se movía. La policía narró que ella había explicado que "Patterson le había dejado claro que si se movía le ocurrirían cosas malas". Aparentemente, durante el tiempo que estuvo bajo la cama, algunos invitados habían estado en la vivienda, de acuerdo a la información de la denuncia.
Él le hacía quedarse bajo la cama cuando abandonaba el domicilio. A veces, hasta 12 horas seguidas sin comida, agua, y sin dejarla ir al baño, según la querella. Él llegó a golpearla una vez con un objeto duro cuando ella le molestó, amenazándola con que el castigo sería peor si aquello volvía a ocurrir.
El 10 de enero Patterson le dijo que se iría de la casa durante cinco o seis horas, obligándola a gatear bajo la cama. Cuando él se fue, Jayme apartó los contenedores y las pesas, se puso un par de zapatos de él, y comenzó a andar hacia la carretera hasta que encontró a una mujer paseando a su perro. Jeanne Nutter dijo a la policía que Jayme le había dicho su nombre durante el encuentro: "No sé dónde estoy" le dijo la niña despeinada. "Él mató a mis padres". Y, "Por favor ayúdeme, quiero volver a casa".
La mujer la llevó hasta una casa cercana, desde donde llamaron al 911. Jayme le dijo a los oficiales que Patterson había asesinado a sus padres. Los agentes vieron un vehículo rojo por la zona, conducido por un hombre. Detuvieron el auto, y pidieron al conductor que saliera con las manos en alto.
Algunas de las primeras palabras que salieron de la boca de Patterson fueron "Yo lo hice", detalló la denuncia.
Los funcionarios dijeron que Jayme se está recuperando con miembros de su familia.
"Increíble" dijo el fiscal del distrito del condado de Barron, Brian H. Wirght. "Ella tiene 13 años y si lees la denuncia penal, puedes ver la cantidad de control que él ejercía sobre ella. Al mismo tiempo, a sus 13 años, ella encontró la fuerza en sí misma para decir "Voy a salir sola de esta situación. Es increíble".