Silicon Valley ahora impulsa una legislación federal de privacidad y eso no sería tan bueno

Después de años afirmando que podían autorregularse, la industria tecnológica está, repentinamente, más receptiva con la idea de una legislación federal de privacidad. Pero no dejes que este mea culpa posterior al escándalo de Cambridge Analytica te engañe haciéndote creer que estas empresas tienen en mente los mejores intereses para los consumidores.

Esta aparente disposición a someterse a las regulaciones federales es, de hecho, un esfuerzo para tener de lado a la administración Trump y al Congreso, y así ayudar a las compañías a debilitar las protecciones de privacidad del consumidor a nivel estatal.

A menudo, las legislaciones estatales, no el Congreso, han liderado los esfuerzos para proteger la privacidad de los consumidores. California fue el primer estado en exigir que las empresas notificaran a los consumidores una violación de datos (otros estados han seguido el ejemplo). También fue el primero en obligar a las compañías a revelar, a través de una política de privacidad conspicua, los tipos de información que recopilan y comparten con terceros. Además, también fue de los primeros en reconocer los derechos de privacidad de los datos de los niños. Illinois estableció límites importantes en la recopilación comercial y el almacenamiento de información biométrica, como las huellas dactilares y las impresiones faciales. Idaho, West Virginia, Oklahoma y otros estados han aprobado leyes para proteger la privacidad de los estudiantes.

El sector privado lo sabe, y muchas empresas buscan detener esa práctica. La Cámara de Comercio de Estados Unidos recientemente instó al Congreso a "adoptar un marco federal de privacidad que se anticipe a la ley estatal". La Asociación de Internet, que representa a empresas digitales como Amazon, Airbnb, Google, Microsoft, Lyft, Twitter y Uber, ha instado de manera similar a la anulación de las leyes estatales. Y los informes recientes sugieren que otras compañías de tecnología, como Facebook, IBM y Microsoft, están trabajando con funcionarios de la administración Trump para presionar al Congreso para que hagan lo mismo.

Y algunas personas parecen estar cayendo por ello. Después de todo, el Comité de Comercio del Senado celebró una audiencia sobre las protecciones a la privacidad del consumidor que incluyó a muchos representantes de la industria pero no a un representante de los intereses del consumidor.

Una ley federal que anule las protecciones estatales sería un mal negocio para los consumidores. Este escenario podría evitar que las protecciones adicionales de privacidad del consumidor vean la luz del día. Los reguladores estatales podrían perder la autoridad para demandar o multar a las compañías que violan sus leyes. Y a los consumidores incluso se les puede prohibir llevar a las empresas a los tribunales.

La industria argumenta erróneamente que la prevención federal es necesaria para prevenir un "mosaico" de regulación, es decir, una situación en la que los estados aumentan los estándares federales con sus propias leyes. Si los estándares federales son sólidos y se adaptan a las nuevas amenazas, es posible que los estados no vean la necesidad de aprobar sus propias leyes para complementar estos estándares. Pero preservar su capacidad de actuar si este no es el caso puede ser bueno para el público. Es debido a un mosaico que Equifax finalmente notificó a todos los consumidores acerca de su violación de datos, al elegir aplicar ciertos estándares estatales a nivel nacional. Y es debido a un mosaico que los estados han prohibido la discriminación por motivos de orientación sexual, a pesar del hecho de que todavía faltan nuestras leyes a nivel federal.

Especialmente en el área de la privacidad del consumidor, debemos tener cuidado con las medidas preventivas que podrían bloquear los estándares federales y que pronto quedarán obsoletas. Hoy en día, incluso los refrigeradores pueden recopilar datos confidenciales. La nueva tecnología probablemente requerirá protecciones adicionales y experimentación con diferentes soluciones, y los estados tienen un papel vital en la configuración de esas soluciones.

El sector privado está haciendo un movimiento calculado después de considerar el hecho de que hay un impulso popular para la legislación federal de privacidad tras las revelaciones del uso incorrecto de los datos de Facebook por parte de Cambridge Analytica. Las compañías saben que muchos estados han tenido la voluntad política de aprobar fuertes protecciones de privacidad que abordan las preocupaciones de los consumidores. Muchos ven aquí una oportunidad para tratar de promulgar protecciones federales débiles y proteger los esfuerzos de privacidad del estado en el proceso.

Esto no significa que debamos renunciar a una legislación federal de privacidad fuerte. Lo necesitamos ahora más que nunca. Pero cualquier legislación de este tipo debe poner a los consumidores en control de sus propios datos. Se debe exigir a las empresas que informen claramente a los consumidores sobre sus prácticas de uso de datos y obtengan el consentimiento para retener, compartir o utilizar datos de los consumidores. Debe abordar las prácticas coercitivas que condicionan los servicios al consentimiento de los consumidores para la recopilación de datos innecesarios y establecer límites sobre cómo se pueden conservar y utilizar los datos. Y, quizás lo más importante, se debe dar al gobierno un gran bastón para la aplicación. Además, los consumidores deben tener una forma de llevar a los tribunales a las empresas que violan la privacidad.

Críticamente, esta legislación federal debe actuar como un piso, no como un techo, para los intereses de privacidad. Debemos ser muy escépticos ante cualquier propuesta que elimine las leyes de privacidad existentes que protegen a los consumidores o excluyen a los estados de actuar para enfrentar futuras amenazas de privacidad. Tal preferencia del Congreso sería una victoria para los intereses comerciales a expensas del público.