Mientras entrenaba para una media maratón el otoño pasado, Janet Sherman, de 57 años, comenzó a notar un dolor en la pierna derecha y el pie izquierdo. El diagnóstico de una distensión de cuádriceps y fascitis en una planta obligó a llevar plantillas y un entrenamiento cruzado. En poco tiempo, la maestra de Wyoming estaba "lo suficientemente bien" como para volver al entrenamiento, y así lo hizo, aunque optó por una distancia más corta, de 10K.
El día de la carrera, el pie de Sherman comenzó a presentar molestias, y a dos tercios del camino, supo que debía abandonar. "Fue doloroso, pero fui terca y terminé la carrera", comentó. "Después, apenas podía caminar".
Sherman reconoce que no abandonar probablemente provocó que estuviera alejada durante un mes del deporte que más ama. "Si digo que voy a completar un objetivo, es que lo voy a completar. Lamento no poder desconectarme psicológicamente", apostillaba.
Para los inactivos, la actitud de Sherman puede ser difícil de entender. Pero para los atletas aficionados y los Warriors de fin de semana, presionar contra el dolor es un cancioncita habitual. "Como sociedad, somos más activos en los deportes que nunca", explicó Adrienne Langelier, una consultora de psicología deportiva de Texas. "Pero al mismo tiempo, como cultura, hemos desarrollado una mentalidad 'sin días libres'".
Mark Cucuzzella, médico y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de West Virginia, señala que eso necesita cambiar. "'Sin sacrificio, no hay beneficio', no gracias", bromeaba. "Durante demasiado tiempo, hemos glamorizado esa forma de pensar y no es sostenible".
Hay muchos factores que contribuyen al enfoque de "seguir hasta que duela" en nuestra sociedad. Cucuzzella especuló que parte de esto comenzó hace décadas con la Liga Nacional de Fútbol y la publicidad relacionada con las marcas deportivas. "Nos dieron el mensaje de que para tener éxito, necesitábamos castigarnos en los entrenamientos", dijo. "En el corto plazo, eso podría funcionar, pero la carga de la prueba ahora muestra que es dañino a largo plazo".
Langelier agregó que los atletas, a menudo, miran a los demás como puntos de referencia en lugar de considerar lo que es mejor para ellos mismos. "Esto puede deberse a una falta de confianza en tu propia capacidad, o querer emular lo que hacen los profesionales. Se puede traducir en un enfoque de todo o nada".
Algunos que se sumergen en un deporte temen una pérdida de la aptitud duramente ganada si no entrenan un día o dos. "A la gente le preocupa que si se detienen, no volverán a comenzar", dijo Langelier.
Pero presionar demasiado puede provocar lesiones, enfermedades y agotamiento. Presionar contra el dolor puede llevar a una lesión secundaria, según Adam Tenforde del Spaulding National Running Center en la Escuela Médica de Harvard. "Una fractura por estrés puede desencadenar en una fractura completa y requerir un período de recuperación mucho más largo, por ejemplo. Abogo por abordar el dolor temprano, en lugar de ignorarlo", advirtió.
Cucuzzella recomienda aprender de los errores y determinar la cantidad correcta de estrés para el cuerpo. "Controla cómo te sientes: ¿estás cansado? ¿duermes lo suficiente? ¿Tienes mal humor?", preguntaba. "Además, obtén trabajo de laboratorio para asegurarte de que todos tus marcadores son buenos. Todos esos factores son indicadores de si vas en la dirección correcta o no".
Langelier dijo que replantear el descanso como parte de la capacitación también puede ser útil. "Todos los días no pueden ser difíciles", apuntó. "Deja algo de tiempo para cuidarte y haz que sea una parte integral de tu entrenamiento".
Hay indicios de que las mareas están empezando a cambiar. "Creo que la industria del fitness está comenzando a hablar sobre el valor del descanso y el equilibrio", manifestó. "Es solo cuestión de que ese mensaje se interponga a la idea de que 'más es mejor'".
Jonathan Levitt, de 28 años, gerente de ventas de Boston, ha sido parte de un nuevo impulso para hacer que el descanso sea más atractivo. Ávido participante del popular movimiento de fitness November Project, Levitt se unió a la nadadora olímpica Caroline Burckle y a Amelia Boone, experta en carreras de élite de Spartan e impulsar un movimiento en las redes sociales. "Vemos que la glorificación de trabajar duro en todas partes, pero nunca vemos el tiempo de inactividad que nos ayuda a recuperarnos", puntualizó.
Es cierto que las fotos de Instagram de la hora de la hamaca no son tan sexys como una toma desde lo alto de una montaña, pero son igual de importantes. "Comenzó como una broma, resaltando cosas como intervalos del 'sofá al refrigerador'. Pero comenzamos a recibir todo tipo de mensajes de los atletas que nos decían que apreciaban ver este contenido".
La cuenta de Instagram #RestdayBrags tiene 4.000 seguidores y el hashtag se usa repetidamente en múltiples plataformas. "Ha sido un crecimiento orgánico: la gente lo ve y lo comparte", aseguró.
Levitt está convencido de que los atletas deben comprender que el estrés es estrés, sin importar de dónde provenga. "Veo aficionados que quieren entrenar como profesionales y terminan lastimados", dijo. "Se olvidan de que los profesionales tienen un horario que les permite el descanso y la recuperación sin interferir en el trabajo. El descanso que nosotros necesitamos equilibra nuestro duro entrenamiento".
Desde que tuvo su lesión el año pasado, Sherman ha aprendido de sus errores y presta atención a las lesiones que le molestan antes de que sea demasiado tarde. "Soy un ávido levantador de pesas, y recientemente tuve una lesión en el músculo del glúteo", dijo. "Probablemente podría haber seguido entrenando como quería, pero me doy cuenta de que el precio podría no valer la pena".