La historia de una perra que ayudó a hacer justicia en un caso de presunto abuso sexual infantil

Por Kyle Swenson

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Su testimonio era sombrío e inquietante, incluso para el jurado criminal. En una corte de Oregon, en marzo de 2017, una hija acusaba a su propio padre de abuso sexual.

Josh Horner saliendo de la corte de Oregon junto a su esposa (Jenny Coleman/Oregon Justice Resource Center/AP)
Josh Horner saliendo de la corte de Oregon junto a su esposa (Jenny Coleman/Oregon Justice Resource Center/AP)

Entre 2006 y 2013, la testigo manifestó al tribunal que su padre, Joshua Horner, le había tocado los senos y la vagina en múltiples ocasiones. Ella tenía 5 años cuando empezaron los casos de abuso, la misma edad en la que sus padres se divorciaron, según señaló la testigo. A lo largo de los años, Horner, supuestamente, la llegó a penetrar con un muñeco Ken, una pistola y un lápiz. El hombre, al parecer, también la obligó a mirar pornografía. La testigo hizo estas revelaciones en 2014 después de que su padre hubiera sellado su silencio mediante amenazas a su familia y a la mascota que tenía si hablaba.

"¿Qué dijo que haría con tu animal?", preguntó el fiscal.

"Lo mataría", dijo ella, según las transcripciones presentadas ante el Tribunal de Apelaciones de Oregon. "Siguió con eso".

"¿Qué quieres decir con que siguió con eso?", respondió el fiscal.

"Disparó a mi perra Lucy justo enfrente de mí. Estaba tratando de tocarme otra vez, realmente ya tenía suficiente y Lucy tuvo que pagar por ello", reveló.

En la mesa de defensa, Horner se estaba hundiendo cada vez más ante una pesadilla surrealista. El fontanero 41 años de Redmon (Oregon), una pequeña ciudad situada entre los bosques nacionales de Willamette y Ochoco, a unos 23 kilómetros al norte de Bend, mantuvo firmemente su inocencia. Las palabras de su hija fueron la única evidencia en el caso, estableciendo una "trágica" relación entre padre e hija.

Pero la historia sobre Lucy también era pura fantasía, según sostuvo más tarde Horner. La perra no había recibido un disparo y ni siquiera estaba muerta.

El jurado, sin embargo, nunca escuchó más sobre la mascota. En abril de 2017, el hombre fue declarado culpable de cargos criminales relacionados con el presunto abuso, incluido el abuso sexual en primer grado, la sodomía y la penetración sexual ilegal. Tuvo una sentencia de 50 años.

Seis meses después, cuando ya estaba en la prisión estatal, Horner contactó con el Proyecto de Inocencia de Oregon. El director de la organización, Steve Max, miró cuidadosamente el archivo. Las banderas rojas sobresalían de los documentos, con unos puntos débiles que podrían acabar con la culpabilidad de Horner. Pero Wax sabía que la historia acerca de Lucy era algo que quedaba fuera de la retórica habitual de mociones y argumentos. Eso fue simple y claro: ¿Estaba la perra viva o no?

"Al hacer este trabajo, especialmente en un caso donde no hay otros testigos y ninguna evidencia forense, se trata de encontrar algo que los fiscales y el juez puedan ver de forma objetiva", remarcó Wax durante una entrevista con The Washington Post. "Esta fue una cosa objetiva".

El descubrimiento de Lucy, el labrador negro, condujo al desenlace del caso. Foto: Lisa Christon / AP
El descubrimiento de Lucy, el labrador negro, condujo al desenlace del caso. Foto: Lisa Christon / AP

Al final, el hallazgo del labrador negro sería la clave para asegurar la inocencia de Horner. El lunes, los fiscales retiraron los cargos contra el acusado. El fiscal de distrito del condado de Deschutes, John Hummel, se disculpó personalmente con Horner, que pasó 17 meses en prisión.

La dura prueba pone de manifiesto los casos legales de abuso de menores. "Estos casos son muy difíciles, solo debemos ser prudentes como sociedad", subrayó Wax al diario.

Cuando Horner se puso en contacto con el Proyecto de Inocencia de Oregon, la organización aún no había obtenido una exoneración para ninguno de sus clientes. Impulsado en 2014, el grupo era un equipo relativamente nuevo en la constelación de organizaciones estatales de orientación similar que trabajaban en nombre de los condenados injustamente. Sin embargo, Wax es un distinguido veterano de la corte. Se desempeñó como defensor público federal de Oregon de 1983 a 2014. Anteriormente, en la oficina del fiscal de distrito en Brooklyn, Wax había estado involucrado en el juicio contra David Berkowitz, un asesino en serie.

El abogado se hizo varias preguntas. En primer lugar, el momento de las acusaciones era cuestionable. La hija de Horner, que no ha sido identificada en los documentos judiciales, vivía con su madre en el momento en que reveló el abuso. Ella veía regularmente a su padre, que vivía junto a su novia, Kelli. El 4 de julio de 2014, incluso, ambos disfrutaron de un día de barco juntos, según la información judicial.

Más tarde, ese mismo verano, la hija de Horner y su ex esposa se pelearon por las tareas del hogar. La madre le dijo a su hija que la iba a enviar a vivir con su padre cada dos semanas. Ella le contó a su madre sobre el abuso y las amenazas para mantenerla callada.

Pero las acusaciones llegaron cuando la dinámica familiar estaba a punto de cambiar. "La acusación que hizo la autora fue hecha la misma semana en que supo que el Sr. Horner iba a casarse nuevamente", aclaró Wax. La acusadora admitió ante el tribunal que no le gustaba la nueva esposa de Horner y Wax señaló que la hija también había presentado una acusación de agresión contra la nueva mujer. Sin embargo, la policía local investigó ese reclamo y descubrió que era infundado.

También hubo una indicación de que el jurado en el juicio de Horner no estaba del todo convencido. Oregon es uno de los dos estados que permiten a los jurados emitir veredictos de culpabilidad no unánime en casos de delitos que no son homicidios. En todos menos uno de los cargos criminales que Horner fue condenado, el jurado estaba dividido.

El hombre presentó una apelación en abril. El testimonio de la acusadora en el juicio había sido confuso. Ella fue "inconsistente, combativa", y mostró "una incapacidad frecuente para recordar" los detalles de los presuntos crímenes, según argumentó él en el tribunal.

Un experto estatal testificó que los problemas de memoria del testigo pueden deberse al trastorno de estrés postraumático (TEPT). Pero a la defensa no se le permitió en el juicio presentar su propio testimonio de experto desafiando la explicación del TEPT.

El 26 de julio, un juez del Tribunal de Apelaciones de Oregon acordó con Horner la revocación de la condena y enviando el caso, de nuevo, al tribunal local. Le concedieron la libertad condicional a principios de agosto.

Los fiscales, sin embargo, aún podrían volver a presentar cargos en su contra.

Eso dejó al descubierto otra cosa: la búsqueda de Lucy.

Horner explicó a sus abogados del Proyecto de Inocencia de Oregon que él le había regalado la perra años antes. El labrador con distintivas orejas largas solía escaparse de casa para matar a los pollos de la casa del vecino. Horner decidió dar el cachorro cuando tenía unos 2 años y se lo dio a un hombre que vivía cerca. Pero Horner solo sabía el nombre del nuevo dueño de Lucy, Fred. Su abogado litigante no había podido localizar a la perrita.

Sin embargo, Horner señaló a sus nuevos abogados que alguien podría saber más: un veterinario local que había tratado al perro durante toda la vida. El veterinario confirmó que conocía a la perrita, y que Lucy ahora vivía con Fred. En un momento dado, los investigadores descubrieron el nombre completo de Fred: Fred Kromen. Pero aún no pudieron localizar al dueño o al animal.

Sin Lucy, Wax y su equipo se acercaron a Hummel, el fiscal de distrito, con sus preocupaciones sobre la condena. El fiscal acordó trabajar con la organización. Le asignó un investigador para estar junto a una voluntaria del Proyecto de Inocencia de Oregon llamada Lisa Christon. Justos redoblaron las tareas de búsqueda de Lucy.

Finalmente, rastrearon hasta dar con Fred Kromen en Gearhart (Oregon), una ciudad que queda a cuatro horas y media en la costa del Pacífico. La perra estaba allí, viva y en buen estado de salud.

"Ella estaba bebiendo en un cuenco de agua y sentada a la sombra, debajo de un porche. Jugamos con ella. La acaricié, fue maravilloso", relató Christon a Associated Press.

La hija de Horner, menor de edad en ese momento, testificó durante el juicio que su padre le disparó a su perra Lucy para asustarla y hacerle callar sobre el presunto abuso sexual. Pero Lucy fue encontrada viva. Foto: Lisa Christon / Oregon Innocence Project / AFP
La hija de Horner, menor de edad en ese momento, testificó durante el juicio que su padre le disparó a su perra Lucy para asustarla y hacerle callar sobre el presunto abuso sexual. Pero Lucy fue encontrada viva. Foto: Lisa Christon / Oregon Innocence Project / AFP

Lucy representaba una clara señal de que la acusadora de Horner había mentido. Los fiscales inmediatamente intentaron contactar con la testigo. Ella no se presentó a una reunión programada para agosto y luego desapareció. El 5 de septiembre, la oficina de Hummel supo que la joven había aparecido en la casa de su madre, a las afueras de Redmond.

"Mi investigador saltó inmediatamente de su automóvil y corrió hacia la casa", escribió el fiscal de distrito en una vista para desestimar el caso. "Al llegar a la entrada, vio a la víctima sentada en el porche delantero. Aparcó el auto, pero cuando salió, ella desapareció a lo lejos".

Como que la acusadora se negó a ayudar, Hummel dijo que su oficina no volvería a presentar cargos contra el padre.

"Aunque no puedo decir con certeza que el Sr. Horner no abusó sexualmente de la víctima, puedo decir que no estoy convencido por la preponderancia de la evidencia disponible. Tengo una duda más que razonable", escribió el fiscal en su moción.

"Este es un día que no estaba seguro que vería", afirmó Horner a los periodistas.

Esta exoneración supone el primer caso de éxito de la organización.

"Está increíblemente aliviado, pero puedo imaginar la desesperación", manifestó el grupo. "Es una persona que nunca ha tenido problemas con la ley, y fue arrojado al sistema penitenciario junto a personas que han sido condenadas por delitos sexuales con niños, algo por lo que no son bien recibidos".