Por qué la meditación budista podría ayudar a los niños futbolistas atrapados en la cueva de Tailandia

Por Tassanee Vejpongsa y Grant Peck (AP)

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Niños atrapados en la cueva en Tailandia (Archivo)
Niños atrapados en la cueva en Tailandia (Archivo)

MAE SAI (Tailandia) – En un templo dorado situado en el norte montañoso de Tailandia, Ekapol Chanthawong perfeccionó una habilidad que le servirá mientras esté atrapado en la cueva oscura: la meditación.

Antes de que el joven de 25 años fuera entrenador del equipo infantil de fútbol Wild Boars -12 de sus miembros están atrapados junto con él-, pasó una década como monje budista vistiendo una túnica de color azafrán. Todavía solía ir al templo para meditar con los monjes.

"Podía meditar hasta una hora", decía su tía Tham Chanthawong. "Definitivamente lo ha ayudado y probablemente ayude a los muchachos a mantener la calma", señaló.

Han pasado más de 288 horas desde que Ekapol y los niños quedaran atrapados en la cueva Tham Luang Nang Non debido a las inundaciones del monzón el pasado 23 de junio. El grupo, que estaba realizando una salida de exploración, fue encontrado el 2 de julio después de 10 días aislados del mundo exterior. Aunque la mayoría están físicamente sanos, los expertos advierten que esto tendría un costo mental que podría empeorar a medida que se alarga la situación.

Rescatistas en busca de los niños atrapados en la cueva de Tailandia (Reuters/ Soe Zeya Tun)
Rescatistas en busca de los niños atrapados en la cueva de Tailandia (Reuters/ Soe Zeya Tun)

"Es muy probable que mientras los niños estaban en la cueva, sin ser descubiertos por los rescatistas, experimentaran diversos grados de ansiedad, miedo, confusión, vulnerabilidad, dependencia, y tal vez desesperanza", comentó Paul Auerbach, del Departamento de Medicina de Emergencia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.

Los videos tomados dentro de la cueva muestran a los pequeños, de entre 11 y 16 años, y a su entrenador interactuando con los buceadores de la marina tailandesa, que han sido enviados para proporcionar atención médica y hacerles compañía. A pesar de que visiblemente están delgados y débiles, los niños y su entrenador parecen estar de buen humor, sonriendo a la cámara mientras los rescatistas cuentan chistes.

Aun así, el grupo no puede irse y no hay una fecha límite para su extracción. La única manera de salir de la cueva, en este momento, sería que los niños bucearan por la misma ruta de complicados pasadizos estrechos por los que ingresaron sus rescatadores, algo que es extremadamente peligroso incluso para buceadores expertos y más para niños sin experiencia. Sin embargo, si hay más tormentas las cosas podrían empeorar.

Los equipos de rescate de emergencia se reúnen en el área para continuar la búsqueda (AP Photo/Tassanee Vejpongsa)
Los equipos de rescate de emergencia se reúnen en el área para continuar la búsqueda (AP Photo/Tassanee Vejpongsa)

Expertos en rescate de cuevas han dicho que, mientras tanto, podría ser más seguro, por ahora, abastecer a los niños allí donde están, y esperar a que el agua baje de forma natural o por bombeo. Eso podría llevar meses ya que la temporada de lluvias en Tailandia normalmente dura hasta octubre.

"Ser descubiertos fue un momento de euforia", dijo Auerbach, "pero ahora saben que la realidad es que va a ser un rescate difícil, lo que puede llevar a momentos de decepción y miedo por parte de los niños".

Los expertos dicen que los Wild Boars tienen algunas ventajas, como por ejemplo ser jóvenes, tener identidad grupal y, sí, la experiencia de meditación de su entrenador.

"Los adolescentes son criaturas sociales, y tener amigos cerca, además de su entrenador, sería una gran ayuda", comenta David Spiegel, profesor de psiquiatría y ciencias de comportamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

Los jóvenes y su coach son conocidos por ser un grupo muy unido que realiza actividades de aventura, como nadar en cascadas, hacer excursiones en bicicleta por las montañas, practicar rafting en el río y explorar cuevas.

Raphael Aroush, el buzo israelí que participa de las tareas de rescate en Tailandia (Archivo)
Raphael Aroush, el buzo israelí que participa de las tareas de rescate en Tailandia (Archivo)

Los expertos dicen que la meditación de Ekapol, que es uno de los pilares de la fe budista, probablemente sirva al grupo.

"Diría que podría ser útil, incluso si funcionó únicamente como una forma de que los niños sintieran que su entrenador estaba haciendo algo para ayudarlos", remarcó Michael Poulin, profesor de Psicología en la Universidad Estatal de Nueva York en Búfalo. "Sentirse amado y cuidado es primordial".

Spiegel estuvo de acuerdo en que la meditación podría ayudar al grupo a controlar su estado mental, "permitiendo que sus pensamientos temerosos y negativos fluyan a través de ellos como una tormenta que pasa, en lugar de combatir su miedo".

Aisha Wiboonrungrueng, cuyo hijo de 11 años, Chanin, está atrapado en la cueva, no tiene dudas de que la tranquila personalidad de Ekapol ha influido en el estado mental de los muchachos.

"Mira qué tranquilos estaban sentados allí esperando. Nadie estaba llorando ni nada. Fue sorprendente", manifestó refiriéndose a un video que capturó el momento en que los niños fueron encontrados.

Omar Reygadas, que pasó 69 días atrapado bajo tierra en Chile en 2010 junto a otros 32 mineros, recalcó que la fe y la oración, así como el humor, eran muy importantes para ellos en los momentos en los que dudaban si iban a poder salir.

"No deberían avergonzarse de tener miedo", decía de los chicos. "Porque también estábamos asustados. Nuestras lágrimas también corrieron por nuestra cara. Incluso, como hombres adultos, lloramos".

John Fairbank, profesor de Psiquiatría y codirector del Centro Nacional para el Estrés Traumático Infantil de la Universidad UCLA-Duke, apuntó que si las preocupaciones de seguridad obligan a los niños a permanecer en la cueva por un período prolongado, será importante para su salud mental que haya organización y rutinas diarias.

Indicó que podrían incluir "rutinas diarias de higiene, horarios regulares de comidas, actividades cognitivas apropiadas para la edad, ejercicio físico regular en la medida de lo posible en un espacio limitado, prácticas religiosas o espirituales y horarios específicos para sesiones informativas diarias sobre su situación y para comunicarse con sus familias".

Todos los expertos estuvieron de acuerdo en que el grupo continuará enfrentando desafíos incluso después de salir de la cueva.

El Departamento de Salud Mental de Tailandia dijo que los hospitales se están preparando para cuidar a los adolescentes, y los monitoreará hasta que recuperen completamente su salud mental. También están trabajando con las familias para prepararse para la forma de interactuar con los niños una vez que salgan, como por ejemplo no preguntar por detalles sobre lo que tuvieron que aguantar.

"Su reingreso al mundo exterior captará la atención de la familia, los amigos y los medios", afirmó Auerbach apuntando que esa situación podría ser abrumadora. "El mundo pronto pierde interés y rápidamente pasa a la siguiente historia, por lo que es extremadamente importante que estos sobrevivientes no sean olvidados y estén bajo supervisión para que puedan recibir el mejor apoyo posible".

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