Por qué para algunos, ir al médico es una actividad que se hace mejor en grupo

Por Suzanne Allard Levingston (Especial para The Washington Post)

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Walter Gardner, después de perder más de 50 kilos, posa junto a su esposa (Cortesía de la Clínica Cleveland)
Walter Gardner, después de perder más de 50 kilos, posa junto a su esposa (Cortesía de la Clínica Cleveland)

Walter Gardner sabía que su vida corría peligro: tenía unos 50 kilos de sobrepeso, había desarrollado diabetes Tipo 2 y necesitaba varios medicamentos. Las citas médicas tradicionales tuvieron poco efecto en la salud del hombre de 55 años. Luego le ofrecieron una forma de pasar más tiempo con su médico. Gardner aprovechó la oportunidad.

"Necesitaba hacer algo o, probablemente, no llegaría a los 60", recuerda.

En lugar de apresurarse a hacer cola en una sala de espera para ver al médico, Gardner se unió a ocho o diez compañeros en una sesión de citas compartidas con un médico para trabajar desafíos de salud, nutrición y ejercicio durante una hora o más cada mes.

Las citas médicas grupales, que pueden durar hasta 2 horas y media, tienen como objetivo ofrecer a los pacientes información ampliada, acceso y control sobre tu salud. También ayudan a los proveedores a ver más pacientes de una forma más eficiente.

Gardner se unió a las sesiones de la Clínica Cleveland, que ofrece más de 200 tipos de citas compartidas, incluidas las relacionadas con la diabetes o enfermedades del corazón, bienestar maculino y femenino, osteoporosis, problemas prenatales y posparto, dolor crónico y supervivencia al cáncer.

Después de más de 800 días, Gardner ya ha bajado más de 50 kilos y ha superado su diagnóstico como diabético. Él le informó a su grupo que había catalogado su consumo de alimentos, que había cambiado a un dieta de estilo mediterráneo y que había acelerado en el ejercicio. Continúa contando los días desde que cambió su estilo de vida y las horas que ha estado haciendo ejercicio.

La cita compartida, una práctica que fue introducida en la década de los noventa, ha demostrado ser prometedora en áreas como el control de la diabetes y la reducción de visitas a la sala de emergencias. El impacto a gran escala del enfoque es difícil de cuantificar porque pueden diferir en función del personal y la organización.

"Cuando pensamos en los avances en el cuidado de la salud, siempre son tecnologías, medicamentos o vacunas, y es hora de analizar el modelo de atención médica", apuntó Marianne Sumego, internista y pediatra, además de directora de citas médicas compartidas en la Clínica Cleveland.

Las citas médicas compartidas permiten que los proveedores vean más pacientes de los que permiten sus horarios habituales, lo que puede resultar útil si hay una escasez nacional de médicos en 2030, según los datos de proyección de la Asociación de Facultades Médicas Estadounidenses.

Walter Gardner en una imagen de archivo (Cortesía de la Clínica Cleveland)
Walter Gardner en una imagen de archivo (Cortesía de la Clínica Cleveland)

El 10 por ciento de los médicos de familia ofrecieron citas grupales en 2015, en comparación con el 5.7 por ciento en 2005, de acuerdo a la Academia Estadounidense de Médicos de Familia.

Las citas médicas grupales fueron desarrolladas por Ed Noffsinger, que trabajaba como psicólogo en California. Sumego, uno de los proveedores originales, lo llevo a la Clínica Cleveland en 1999. Ahora se consideran una opción importante y estandarizada en la gama de atención que allí se ofrece.

Cada vez más pacientes de la clínica participan en citas compartidas cada año y las encuestas internas sugieren un alto nivel de satisfacción, particularmente en el acceso a la atención.

Sumego supervisa todas las semans las citas compartidas. "Creo que está ganando adeptos. Nuestro éxito indica que es muy sostenible, viable y que es algo bien recibido", apuntó.

La mayoría de los planes de seguro cubren las citas, que se facturan como visitas médicas, de manera similar a la atención habitual. Al igual que con todos los cambios, existe una curva de desarrollo y aprendizaje en la implementación de citas compartidas, pero finalmente las citas compartidas reducen los costos de la atención.

El poder de un grupo puede ser palpable: Sumego recuerda a un diabético que le dijo a sus compañeros pacientes que estaba teniendo problemas porque trabajaba un tercer turno y no podía almorzar. Otros dos en el grupo también trabajaban terceros turnos. Le dijeron que necesitaba hablar con su jefe. Luego le explicaron qué hacen y cómo toman sus medicamentos.

La Clínica de Cleveland aborda las cuestiones de privacidad exigiendo a los pacientes que firmen documentos de confidencialidad y haciendo que su personal recuerde a los pacientes "cómo queremos respetar realmente a todos los participantes y mantener la información dentro de la sala".

Hace varios años, Joanna Stark, obstetra del Santa Clara Medical Center en California vio a dos mujeres en citas consecutivas. Cada una tenía 28 semanas de embarazo. Cada una iba sola. Cada una hizo preguntas similares. Stark pensó que tenía que haber una forma de unir a estas mujeres. "Tendría más tiempo para responder sus preguntas y quizás también entablaría una amistad", recuerda.

Stark investigó las citas médicas compartidas, un concepto que su centro, el Kaiser Permanente, ofrece en todo el país. Ella se encontró con Centering, un modelo de citas grupales con licencia desarrollado para la atención prenatal en la década de los noventa.

Las sesiones se establecen en horarios cerrados. Incluyen tiempo individual con proveedores, además del tiempo grupal, y los pacientes y los proveedores se sientan en un círculo para hacer discusiones informales, con bocadillos y otras actividades.

"Los pacientes nos llaman por nuestros nombres de pila. No usamos nuestras batas de laboratorio blancas. Nos vestimos de forma más casual. Todos estamos en el mismo nivel", recalcó.

Robin Washington, de 33 y de Campbell (California), dudaba cuando se le ofreció una cita para CenteringPregnancy, una charla grupal sobre el embarazo. Estaba muy emocionada y, a la vez, muy asustada por ser madre primeriza. "Me avergonzaba tener un millón de preguntas", admitió. Pero después de ir a una sesión y escuchar a otras once parejas hablando de prácticamente lo mismo sobre sus embarazos, ella se dio cuenta de que todos tenían un millón de preguntas.

"Habrá alguien que diga '¿Qué hago con mis hemorroides?' y sientes como '¡Oh! No soy el único'. Y simplemente se normaliza. Y eso es algo muy tranquilizador para la gente", comentó Stark.

Como que todas las mujeres comenzaron a quedarse embarazadas prácticamente al mismo tiempo, Washington decidió hacer una foto de grupo de todas juntas. Para compartirlas, ella, como otras mujeres en grupos parecidos, creó un grupo privado de Facebook. Aunque no estaba gestionado ni supervisado por Kaiser Permanente, el grupo de Facebook permitía a las mujeres estar en contacto entre cita y cita, incluso a las 2 de la madrugada.

La hermana menor de Eva Miller murió de cáncer de mama a los 36 años. La residente de Raleigh (Carolina del Norte) recuerda las largas esperas de su hermana para ver al médico.

En ese entonces, Miller empezó a probar un tipo diferente de cita médica: una visita con varias mujeres que, como ella, necesitaban evaluar el riesgo de desarrollar cáncer de seno. Kathryn Trotter, enfermera principal del Duke University Cancer Center y líder y consultora del grupo Centering, le ofreció a Miller la oportunidad de recibir atención médica grupal, con debate y educación.

"Lo que suelo decir a las personas es 'Piense en ello como una oportunidad para profundizar en algunas de sus preguntas y preocupaciones a las que no tenemos tiempo en una visita individual'", comentó Trotter.

"Cada vez que voy al centro de cáncer, es extremadamente emocional y es realmente difícil para mí", confesó Miller. Pero la experiencia compartida fue positiva, ya que las mujeres expresaron una variedad de preocupaciones, aprendieron técnicas de autoexamen e ingirieron refrigerios saludables antes de someterse a pruebas y reunirse individualmente con su médico.

"Definitivamente me sentí súper apoyada y me di cuenta de que no estaba sola en este viaje", comenta ella. "Tuve tiempo para pensar cómo iba a seguir a delante con algunas de mis decisiones médicas".

Las citas médicas compartidas pueden no ser adecuadas para todos. Las personas que tienen problemas de audición, que no hablan un idioma compartido o que no tienen problemas médicos complejos podrían recibir un mejor servicio en un entorno más tradicional. Algunos, según Sumego, puede que prefieran no hacer este tipo de sesiones.

Es posible que no sea algo perfecto para todos los médicos. "Ciertamente hay personas que no se sienten cómodas trabajando frente a un grupo", dijo Stark.

De regreso a Cleveland, Walter Gardner ocasionalmente comparte su entusiasmo con estudiantes de medicina y otros expertos.

"Tienes que entrar con la mente abierta. Te das cuenta que los otros pacientes del grupo se enfrentan a las mismas dificultades que tú", remarca. Y cuando los miembros del grupo se encuentran con problemas, no es "una pena para ti", sino "¿qué podemos hacer para ayudarte a alcanzar tu meta?"