Los 14 cambios que deberías hacer sobre tu rutina de salud

Por Jae Berman (Especial para The Washington Post)

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Como nativo de San Francisco, me enorgullezco de mis habilidades de estacionamiento en paralelo. Pero ahora que tengo una cámara en la parte trasera de mi automóvil, me pregunto cómo aparcaba antes de que apareciera esta tecnología. Ha cambiado toda mi experiencia de conducción. Con la comida y el ejercicio, también. Una simple herramienta o un nuevo hábito puede hacer que lo que una vez pareció difícil ahora se haga sin esfuerzo.

Yo llamo a estas herramientas "cambiadores de juegos" ("game-changers" en inglés). El salmón en bolsa es uno de ellos. El salmón fresco es demasiado caro e, incluso si lo compro, no puedo cocinar salmón por partes para toda la semana ya que no aguantará. Pero realmente quiero aumentar mi consumo de ácidos grasos omega-3, y el salmón silvestre es la mejor opción. Ahora pido porciones precocidas y lo disfruto regularmente durante el almuerzo. Lo que una vez pareció imposible ahora es fácil.

Cuando abres tu mente para explorar un problema, una herramienta o un cambio de perspectiva, incluso algo extraordinariamente pequeño y básico, puede tener un impacto profundo.

Descomprime el problema y compra tu "por qué". Comienza a notar cuando te sientes apresurado, molesto o frustrado. Si es así, toma un respiro y trata de entender la frustración. ¿Por qué esto continúa siendo un problema? Luego decide si está bajo tu control encontrar una herramienta, cambiar la rutina o crear un nuevo hábito para facilitarte la vida. Aquí hay algunas ideas.

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Nutrición

Almacena tu congelador y alacena: encuentra productos congelados, enlatados y enharinados que se puedan incorporar a tu rutina para que siempre tengas alimentos listos para llevar. Tengo arándanos, espinacas, hamburguesas y pan en mi congelador y sopa enlatada, atún, frijoles, mantequilla de almendras y aceitunas en mi despensa. La vida es más fácil cuando tienes comida disponible para la cena. Lee los ingredientes en la etiqueta para asegurarte que consumirás ingredientes enteros y reales, y mira los niveles de sodio en función de tus necesidades dietéticas.

Equipa tu cocina: una olla de cocción lenta, un cuchillo afilado, una licuadora de alta calidad, una cafetera programable, recipientes de almacenamiento herméticos y una fuente para todo uso pueden hacer que cocinar y preparar tareas sea mucho más fácil. Si notas que un paso de tu cocina te está desacelerando, podría valer la pena invertir en un producto que lo haga más eficiente.

Alimentos para llevar: encuentra opciones para que puedas comer de acuerdo con tus valores sin importar donde estés. El café, el té, la mantequilla de nueces y semillas, galletas saladas, aceitas, frutas, barras y polvos pueden ayudarte a comer de forma nutritiva durante un día ajetreado.

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Prepara tu almuerzo durante la noche anterior: cuando prepares la cena, prepara también los almuerzos para ti y tu familia, así que a la mañana siguiente hay una tarea menos en la lista de tareas pendientes.

Tienda de comestibles online: te sorprenderás de lo que se puede comprar en Internet. La entrega te permitirá evitar por completo los viajes al supermercado, pero fíjate bien porque algunas tiendas tienen una opción de recogida más económica.

Prepara los alimentos en tandas: si vas a tomar un tiempo para preparar la comida, haz varias porciones a la vez. Corta las verduras y cocina las proteínas y los almidones para que duren toda la semana en lugar de que sea únicamente para una sola comida.

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Ejercicio

Elige tu ropa la noche anterior: increíblemente básico… ¡Pero un verdadero cambio de juego! Hago esto todas las noches. Si deseas hacer un entrenamiento matutino, ten tu ropa lista en la cama y empaqueta tu ropa de trabajo la noche anterior. Si deseas hacer un entrenamiento nocturno, ten tu bolsa de gimnasia lista en la puerta para que nunca tengas la excusa de que "se me olvidó".

Agregue sentadillas y flexiones: estos ejercicios pueden trabajar muchos músculos. Agregar un entrenamiento de cinco minutos al día, tres series de 10 sentadillas y flexiones mientras ves la televisión, puede suponer un paso para la mejora del bienestar.

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Prueba con un tracker: el seguimiento de los datos de ejercicio puede mantenerte responsable, centrado, desafiado, motivado e informado. Sigue los pasos, el ritmo cardíaco, el kilometraje, la frecuencia respiratoria, la velocidad, la frecuencia o la intensidad a través de un dispositivo móvil. Estas informaciones pueden cambiar las reglas del juego para mejorar tu rutina de ejercicio.

Regálate algún gadget: audífonos impermeables para usar mientras nadas, una esterilla de yoga, una chaqueta para correr perfecta para el clima, una bicicleta de spinning para casa, una barra de pull-up en la entrada de la oficina o auriculares inalámbricos que tienen un sonido excelente. Estas cosas pueden hacer que tu ejercicio sea agradable y conveniente.

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Otras cosas de la vida

Mejora la higiene del sueño: para un sueño ideal, una habitación debe estar oscura, fresca, limpia y sin distracciones de ruido. Una cómoda máscara para los ojos, cortinas opacas, ventilador, humidificador y un contenedor para contener el desorden podrían ser pequeñas cosas para mejorar la noche de sueño.

Aprovecha la tecnología: hay todo tipo de aplicaciones y servicios que pueden ayudarte en el bienestar. Los ejemplos incluyen rutinas de entrenamiento, recetas y planes de comidas, pedidos de alimentos y comida para llevar, pagar el parquímetro, ordenar recetas, meditaciones guiadas, indicaciones para dormir, recordatorios para usar el hilo dental, diarios de agradecimiento, asistentes de programación y muchas más cosas. Investiga en línea y en la tienda de aplicaciones de tu teléfono para experimentar.

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Pide ayuda: puede parecer extraordinariamente difícil pedir ayuda. Pero algo tan simple como ordenar comestibles a través de Internet es un ejemplo de pedir ayuda. También hay servicios para hacer diligencias, armar muebles, arreglar esa cosa en la casa que ha estado tratando o desmantelar el garaje…

Invierte en ti mismo: un preparador personal capacitado, un dietista o un especialista en salud puede ser la persona que necesitas. O tal vez sea un fantástico colchón, una pieza de equipamiento deportivo, una herramienta de cocina, muebles u otra tecnología.