Una geóloga Smithsoniana busca nuevas pistas sobre los inicios de la Tierra

Por Kitson Jazynka

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(iStock)
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Cuando era una niña, a la geóloga Elizabeth Cottrell le encantaba hacer senderismo en el norte de Vermont y hacer algunos experimentos científicos con su padre.

"Me gustaba saber y entender cómo funcionaban las cosas", dice.

Su padre, ingeniero de profesión, tenía respuesta para todas las cosas que ella se preguntaba, como por ejemplo: cómo funciona una brújula o por qué el cielo es azul.

La forma en la que Cottrell, de 41 años, entendió el mundo ayudó a forjar su carrera trabajando en el Departamento de Ciencias Minerales del Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano. Como curadora de las colecciones de roca y mineral del museo, ella supervisa a los científicos que están en proceso de formación y que analizan las muestras de roca para encontrar datos sobre la Tierra. Pasa mucho tiempo escribiendo los resultados de la investigación que intentan resolver los misterios sobre cómo se formó nuestro planeta hace 4,500 millones de años, así como también lo que pueden revelar los volcanes sobre los misteriosos interiores de la Tierra.

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En 2015, Cottrell dirigió a un equipo de geólogos que estudiaron los volcanes del Ártico, en las Islas Aleutianas. Los volcanes, según ella, son la mejor manera de obtener muestras preciosas desde el interior del planeta.

Para llegar allí tuvieron que hacer un viaje de 5,300 kms., desde Washington hasta Anchorage, Alaska. Después de varios días realizando un agotador entrenamiento de supervivencia con un helicóptero bajo el agua (en caso de que el helicóptero cayera en el océano), los integrantes del equipo tomaron un vuelo de tres horas hasta la remota isla de Adak, donde un barco se convertiría en su hogar durante tres semanas.

Para esta misión, los investigadores volaban en helicóptero hasta las islas volcánicas, de muy difícil acceso, para obtener muestras que pudieran aportar pistas sobre los orígenes de la Tierra.

SHUTTERSTOCK
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Los estudiosos tuvieron que escalar colinas muy rocosas y traicioneras con tal de conseguir materiales que les sirvieran para el informe científico. Llenaban bolsas de plástico con algunas rocas y minerales y, luego, se pasaban la tarde clasificando y etiquetando las piedras recogidas.

La muestra más importante era una especie de tephra, o ceniza volcánica, compuesta de vidrio y minerales. Uno de esos es el olivino, un material lo suficientemente fuerte como para preservar el magma.

"Es como una pequeña cápsula del tiempo", explica Cottrell. Las minúsculas gotas de magma se congelan formando un vidrio volcánico. Los científicos confiaban en que las muestras de tephra contendrían los minerales que necesitaban para tener pistas sobre cómo la Tierra creó los continentes.

 

Cottrell, que es madre de una niña de ocho años y de un niño de cinco, se autodenomina "roquera". Según ella, la geología nos da la capacidad de entender mejor la Tierra.

"Este planeta comenzó como una gran bola mixta de metal y roca. ¿Cómo llegamos desde el polvo de las estrellas a los rascacielos? Me encanta la capacidad de la geología para explicar el mundo que me rodea", comenta.

¿Te gustaría ser geólogo?

Los niños que quieren convertirse en geólogos deben pasar mucho tiempo cavando en la tierra, de acuerdo a la geóloga Elizabeth Cottrell. "Los niños a menudo se sorprenden al descubrir cuantas cosas no sabemos y cómo ellos pueden contribuir", apunta. Para prepararse para hacer una carrera de ciencias, Cottrell recomienda lo siguiente:

  • Centrarse en ser un buen escritor
  • Explorar el aire libre
  • Probar ideas
  • Jugar y observar
  • Recoger piedras y tomar notas sobre los hallazgos