¿Inseguro de tu cuerpo? Hablar de ello mientras estás desnudo puede ayudar

Por Alexandra E. Petri

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(Brooklyn Museum)
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Es un viernes por la noche y Caitlin K. Roberts se está preparando como si tuviera una reunión con amigos. Hay suficientes botellas de vino para que todos puedan llenar un vaso. Corta las manzanas y las va poniendo en los platos junto a la salsa, el humus y el pan de pita. Doce almohadas forman un circulo alrededor de la merienda. En cada almohada hay una toalla de mano limpia y blanca y un formulario de consentimiento en la parte superior.

"No ofrezco ni chocolate ni queso porque eso produce gases y es algo que obviamente no queremos cuando la gente está aquí desnuda", dice Roberts y añade que prefiere opciones más veganas. "La gente no viene aquí por la comida", agrega.

A las 7 de la tarde, Roberts enciende las velas que ella misma colocó en la sala. Su lista de reproducción de Spotify no ayuda demasiado. Tiene una conversación rápida con su ayudante, Jassie: "Si cualquier persona está abrumada y necesita un respiro, intenta caminar a un lado para cerciorarte de que está bien".

(Brooklyn Museum)
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Roberts no está organizando una orgía ni una noche de swingers. Se está preparando para Body Pride, un taller de cuatro horas en el que los extraños se reúnen para una conversación sobre la imagen corporal, la sexualidad y las relaciones. Todo eso sin ropa y completamente desnudos. La reunión termina con una fiesta, un baile y una sesión de fotos (opcional).

Roberts es una mujer cisgénero de 27 años y educadora sexual en formación que fundó Body Pride hace cinco años. Se inspiró en un documental de Betty Dodson sobre las clases de masturbación en un grupo de mujeres llamadas Bodysex Workshops. Dodson, que ahora tiene 87 años, relanzó sus clases hace dos años y es una de las fundadoras del movimiento feminista de los años setenta.

Antes de convertirse en un gurú de la masturbación, Dodson era artista y sus pinturas sobre sujetos desnudos la hizo cambiar de actitud sobre el cuerpo humano. "Cuando todos estamos desnudos, sin trajes ni joyas, es como la portada de un libro. Simplemente somos quienes somos, sencillos", agrega.

(Brooklyn Museum)
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Roberts también cambió de visión cuando vio el documental de Roberts. "Eso fue todo. Me quedé totalmente sorprendida de que las mujeres pudieran hacerlo sin ningún objetivo sexual. La desnudez normalizada era muy importante para mí", explica Roberts, que por aquel entonces tenía 20 años.

Desde la adolescencia había estado interesada en el sexo, pero después de ver esta película, y con la idea de desexualizar el cuerpo humano, se animó a dar un paso. Una noche de diciembre, en 2011, la joven se sentó en su apartamento y utilizó su MacBook para tomarse algunas fotos desnudas con divertidas y sorprendentes poses. Luego hizo lo inimaginable y publicó las imágenes en su blog. "Chicas, si están leyendo esto: quiero hacer una página llena de fotos no sexuales de todas ustedes desnudas. Estemos orgullosas de nuestros cuerpos tal y como son", escribió.

Las respuestas, la mayoría de ellas positivas, inundaron su bandeja de entrada. Pero había una que destacó ¿las chicas iban a enviar sus propias fotos desnudas o montarían una fiesta de desnudos con un montón de cámaras? A Roberts se le encendió la luz. Pensó en crear un ambiente en el que se pudiera normalizar la desnudez desconectándola de la sensualidad.

(Brooklyn Museum)
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Así es como nació Body Price. El concepto, aunque puede parecer extraño y frívolo, puede ayudar a las personas a socializar y a sentirse más cómodas con sus cuerpos, según varios expertos. "La gente dice: 'Mis pechos no son iguales' o 'Tengo una cicatriz aquí'", comenta Dodson. "Pero si miras a todos esos cuerpos desnudos ves que son una cosa maravillosa ¿cómo podríamos llegar a verlo si estamos envueltos con ropa?", se pregunta.

Los estudios demuestran que, a menudo, equiparamos la desnudez con el sexo, a pesar de que ese término, por si solo, no es una cosa sexual sino un estado natural. Es lo que dice Rosalyn Dischiavo, fundadora y directora del Instituto para la Educación de la Sexualidad y la Ilustración: "Sacar la desnudez de nuestras vidas y hacerla algo inusual y extraño, y que solo pase cuando se trata de algo sexual es un enorme error".

Para entender Body Pride, tuve que probarlo. Así que un viernes por la noche me presenté en un espacio muy acogedor, en un ático donde Roberts tiene sus clases. La atmósfera estaba cargada de energía nerviosa, como si fuera el primer día de escuela. Aunque mis compañeros y yo sabíamos que íbamos a estar desnudos y que hablaríamos de nuestros cuerpos, no sabía cómo me iba a sentir. Después de firmar algunos papeles, la anfitriona hizo un anuncio. "Tenemos reglas básicas pero antes vamos a desnudarnos", dijo con indiferencia antes de que empezara a desnudarse frente a nosotros.

(Brooklyn Museum)
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Cuando empezó Body Pride, Roberts solo ofrecía clases para mujeres. Poco después, los hombres le empezaron a preguntar si también podían unirse. Desde entonces, también incluyeron al sexo masculino. En el grupo de esa noche había cuatro hombres, siete mujeres y una intersexual. La mayoría de nosotros estábamos en los veintes y dos en los cuarentas, todos ellos de diversos orígenes y orientaciones sexuales.

Antes de hacer el taller, me imaginaba de pie haciendo unas posturas tántricas, mientras la gente me miraba desnuda. La experiencia real, sin embargo, fue más superficial que sexual.