¿Por qué los adolescentes estadounidenses ya no trabajan?

Por Ben Steverman

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Este verano, los adolescentes estadounidenses deberían poder encontrar trabajo más fácilmente.

En mayo, la tasa de desempleo en Estados Unidos cayó hasta el 4.3 por ciento, el porcentaje más bajo en dieciséis años. Así que los jóvenes que están buscando empleos de verano encontrarán el mejor mercado de trabajo desde el inicio de la era tecnológica, a principios del 2000. Sin embargo, el desempleo entre los jóvenes de entre 16 y 19 años es del 14.3 por ciento, lo que significa que ellos tienen más dificultades para encontrar trabajo en comparación con franjas de edad más avanzada. En 2009, por ejemplo, la tasa de desempleo entre los más jóvenes estaba en el veintisiete por ciento.

Una encuesta de CareerBuilder realizada a 2,587 empresas reveló que un 41 por ciento de las compañías tenían planeado contratar durante la temporada de verano, un 29 por ciento más que el año pasado.
Pero los datos de desempleo solo reflejan la información de aquellos que están buscando activamente empleo. Y muchos jóvenes no están buscando trabajo.

Para la Generación X y la del Baby Boom, el empleo de verano es simplemente algo pasajero. Hoy en día los adolescentes tienen otras prioridades. Es más probable que los jóvenes trabajen en julio, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (BLS, por sus siglas en inglés).

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En julio del año pasado, el 43 por ciento de las personas de entre 16 y 19 años estaban trabajando o buscando un empleo. Son diez puntos menos que en julio de 2006. Y entre 1988 y 1989, la fuerza laboral de los adolescentes ascendió hasta el 70 por ciento.

Tanto si analizamos los empleos estivales como los de todo el año, vemos que las tendencias laborales de los adolescentes han seguido el mismo patrón en las últimas tres décadas. En la recesión de principios de los noventa, del 2000 y entre 2007 y 2009, la participación de los jóvenes en el mundo laboral descendió. Sin embargo, a pesar de la recuperación económica, los jóvenes no han vuelto al trabajo. El BLS prevé que la fuerza laboral más joven descienda hasta el 27 por ciento en 2024, o lo que es lo mismo: treinta puntos menos que en el periodo de 1989.

¿Por qué los jóvenes no están trabajando? Hay muchas teorías acerca de este tema. El mercado de trabajo podría estar ocupado por personas más mayores ya que hay trabajadores con más de 65 años que continúan trabajando y los inmigrantes están compitiendo por los mismos trabajos. Un estudio publicado en 2012 reveló que los inmigrantes con menos educación incidían en el empleo de los jóvenes estadounidenses, mucho más que en el de los adultos.

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Muchos padres, además, están apuntando a sus hijos a programas de voluntariado y a realizar actividades extracurriculares en vez de ponerlos a trabajar. Esa es una práctica muy habitual que se está llevando a cabo para impresionar a los consejos de admisiones de las universidades. También los adolescentes no están buscando un empleo porque apenas tienen capacidad ahorrativa. "Las ganancias de los jóvenes son bajas y los sueldos apenas cubren los costes de la universidad", alerta el BLS. El salario mínimo federal está en USD 7.25/hora, mientras que algunas universidades privadas cobran USD 50,000 solo por la matrícula.

Un reciente análisis del BLS apunta a otra teoría respaldada por datos muy sólidos. Parece que millones de adolescentes no están trabajando porque están estudiando.

En los últimos tiempos, los adolescentes han dedicado mucho tiempo a la educación mientras que los distritos escolares han alargado las horas lectivas y el año académico. A lo largo del curso, las tareas académicas cada vez son más duras y durante el verano, la educación también forma parte de la vida de los estudiantes. Los estudiantes no solamente van a escuelas de verano porque han suspendido alguna materia, sino que realizan cursos de refuerzo y otras asignaturas para luego conseguir créditos en la universidad.

(IStock)
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En julio del año pasado, dos de cada cinco jóvenes de entre 16 y 19 años estaban matriculados en la escuela, una cifra que se multiplica por cuatro respecto al mismo periodo en 1985.

Los estudiantes tienen mucho más que aprender en sus cuatro años de secundaria. En 1982, menos de uno de cada diez graduados había completado los cuatro años de inglés, tres años de matemáticas, ciencias o sociales, y dos años de una lengua extranjera. En 2009, los datos más recientes de las Estadísticas Educativas de Estados Unidos revelan que un 62 por ciento de los estudiantes estaban tomando esas materias.
Los estudiantes de secundaria no solamente están tomando más clases. Están tomando clases mucho más duras.

El hecho de estudiar aporta muchos beneficios, eso es obvio. Pero enfocarse solamente en la educación también trae inconvenientes. Un trabajo de verano puede ayudar a los adolescentes a desarrollar su vida más allá de la escuela y la casa. El hecho de trabajar permite a los jóvenes controlar su dinero, lidiar con los jefes y convivir con compañeros de todas las edades.