Bufet de sushi prohíbe entrada a triatleta por comer demasiado

Por Katinka Oppeck; traducido por Álvaro García

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Captura de pantalla de The Sushi Chef
Captura de pantalla de The Sushi Chef

"Este tipo come por cinco personas. Eso no es normal".

Zúrich – Uno de mis recuerdos más preciados es sobre un bufet de sushi en Viena. En aquella tarde lluviosa de 2011, mi amigo y yo teníamos mucha resaca y nos pareció que la mejor idea del mundo era pasar la tarde recibiendo un flujo constante de alimentos a través de una cinta transportadora. Me las arreglé para empacarme 32 platos de sushi. ¡Un nuevo récord! La pila de platos vacíos frente a mí me llenó de orgullo, mientras mi estómago estaba a punto de estallar. Me tomó alrededor de tres horas acabarme todo, una siesta de tres horas para digerirlo y unos 14 dólares de cuenta.

Siete años después, los restaurantes "come todo lo que puedas" no se han vuelto mucho más caros. La ecuación por lo general le funciona al restaurante si puede compensar el gasto en alimentos con costosas bebidas alcohólicas. Si eres un abstemio, o sigues lo suficientemente alterado por la fiesta de la noche anterior, los dueños del restaurante no estarán encantados con tu presencia. En el peor de los casos: te prohibirán la entrada de por vida. Que es lo que acaba de pasarle al triatleta alemán Jaroslav Bobrovski, de 30 años.

El entusiasta bávaro de los deportes supuestamente se comió casi cien platos de sushi en Running Sushi en Landshut, Alemania. Esto hace que mi modesto récord parezca un mero aperitivo, ¿pero quién lleva la cuenta, cierto? (yo la llevo). También le tomó poco más de una hora devorar todo ese pescado, lo que básicamente no le dejó tiempo para beber la cantidad de alcohol que podría justificar esa cantidad de alimento. La cuenta final ascendió a cerca de 19 dólares: "Quería darle propina al mesero, pero se rehusó", dijo Bobrowski a un periódico local. En cambio, el dueño del restaurante le dijo que se largara y que nunca regresara.

"Este tipo come por cinco personas. Eso no es normal", explicó el dueño del restaurante. "¡No quedan alimentos para nuestros otros comensales!". Sin embargo, Bobrowski no solo ingirió toda esa comida por diversión. El exculturista sólo estaba tratando de mantener su tamaño mediante el ayuno intermitente: durante 20 horas al día no come; pero en las cuatro horas que quedan en el día, "come hasta saciarse", como él lo expresó. Y eso implica una gran cantidad de alimento. Al menos cien platos de sushi, para ser exactos. Pero ahora tendrá que encontrar un restaurante diferente para calmar su apetito.

Sin dolor no hay ganancia, supongo.

Publicado originalmente en VICE.com