Consejos para no ser el peor de los turistas

Por Pol Rodellar

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Foto por Pol Rodellar
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Ni Airbnb, ni aviones baratos ni creerte que no eres un turista.

Si, por alguna extraña razón, te propusieran participar en un "juego" que consistiera en tener que escoger entre que muriera un asesino de niños, Hitler o un turista, lo más probable es que escogieras la muerte del turista. Hasta este nivel de odio hemos llegado.

Un turista es ahora el origen del todos los males de este mundo, desde la muerte de las ballenas hasta la subida del precio de la cocaína. Esta peña —los turistas— se está cargando el planeta, las ciudades y las personas que viven en ellas; ya sabéis, turistificación, gentrificación y todas estas palabras con las que justificamos nuestros fracasos personales, fruto realmente de una muy mala gestión de nuestro cerebro, de nuestro tiempo y, por supuesto, de nuestra sexualidad.

Pero en fin, si queremos ser un buen turista, lo único que tenemos que hacer es, directamente, no serlo. Un turista per se, es algo desastroso, por lo que intentar maquillarlo con capas de eufemismos positivistas resulta francamente inútil, como ponerle una peluca y una chaqueta molona a un mono para que hacer el amor con él sea una experiencia menos traumática.

Si aun así quieres viajar a otro país, aquí te lanzamos unos cuantos consejos para que no parezcas un cretino.

Para empezar, no planees nada. Si empiezas a investigar por internet o a pillar guías en una biblioteca para informarte sobre qué hacer en el páramo al que viajarás, lo único que lograrás va a ser que el conocimiento adquirido condicione todas tus decisiones y decidas visitar esos emplazamientos conocidos y frecuentados por la mayoría de turistas, lugares que ahora son solo un teatrillo para turistas. Espacios faltos de lo que vendría a ser la autenticidad de una comunidad concreta (si es que aún existe una autenticidad en el mundo globalizado más allá de que en un McDonald's haya hamburguesas veganas o en otro de otro país tengan hamburguesas con SPAM), autenticidad que, evidentemente, se encuentra en las calles más insulsas, en los supermercados de todo a un euro y las plazas en las que la gente bebe cervezas de litro. Pero bueno, como turista, quizás lo que tengas que hacer, para no molestar, sea visitar precisamente todos esos nichos de turismo. Luego volveremos a eso.

La mejor opción, seas turista o no, siempre es dormir dentro de un coche. Alquílalo y deja la ventana un poco abierta por las noches, de lo contrario podrías amanecer cadáver

También está el tema del transporte. Niégate completamente a volar con una empresa low cost, en fin, no hagas lo que haces siempre. Píllate un tren o ve andando, al final los caminos siguen sirviendo por algo. Todos esos aviones baratos volando por el cielo lo único que consiguen es destruir la capa de ozono y hacer que a la gente, de repente, le guste el zumo de tomate. Pilla un avión solo si es extremadamente caro y de una empresa que no practique contratos basura.

Vuela en un avión que sea tan caro que convierta tu viaje en un compendio de mendicidades, pues te habrás gastado tanta pasta en el transporte que, durante tus vacaciones, tendrás que sobrevivir a base de beber en fuentes públicas y comer embutido de un euro del súper. Volar es un privilegio que se merece un esfuerzo económico, que será recompensado con un trato maravilloso, comodidad y refrigerios gratuitos. Volar siempre ha sido un sueño para el hombre, que así siga siendo y que no se convierta en algo tedioso e incluso molesto. Solo así reduciremos el imparable y detestable crecimiento de máquinas surcando y matando el cielo.

Esto que diré ahora ya lo sabes, pero conviene recordarlo. Airbnb está prohibido y los hoteles también apestan, sobre todo los que están en el centro de las ciudades, los que se han construido encima de espacios que podrían ser parques, bibliotecas o lugares para perros. Hospédate en barrios periféricos, menos inundados de hoteles y hostales, en fin, en sitios donde la construcción de un edificio para alojar turistas no suponga la expulsión de vecinos o de equipamiento municipal. Dale al couchsurfing y no molestes al inquilino, él necesita el dinero y tú necesitas ahorrártelo. Aunque la mejor opción, seas turista o no, siempre es dormir dentro de un coche. Alquílalo y deja la ventana un poco abierta por las noches, de lo contrario podrías amanecer cadáver.

No te acerques a zonas concentradoras de turismo, lo mejor que puedes hacer es no informarte de nada y perderte por barrios y calles aleatorias; que los locales te vean ahí con tus pintas de turista y no sepan qué coño estás haciendo ahí. Pero pensándolo bien, como ya he insinuado más arriba, quédate en los centros destinados a los turistas, al menos ahí tú y los demás energúmenos trotamundos estaréis controlados.

No intentes visitar barrios poco conocidos, reales. No te comportes como si fueras un ciudadano más (yendo a tiendas de discos, conciertos y comprando en el equivalente del Mercadona). Tu sitio es ese, esa jaula a la que los nativos llaman "centro de la ciudad". Quédate ahí y no salgas, a eso has venido y la ciudad ya ha preparado un sitio de mierda donde tienes todo lo que necesitas. Vive la farsa del turista y no molestes más de lo que ya haces.

Por lo que más quieras, nunca te pares en medio de un paso de cebra, mirando arriba y abajo, como perdido

Pese a todo, una de las cosas que más rabia da es el look del turista. Evita llevar gorra, calzado de deporte o una mochila gigante, aquí nadie va a escalar una montaña. Tampoco hace falta ir con un equipo de supervivencia (crema solar, toallitas, medicinas, preservativos), hay farmacias, tiendas con comida y agua por toda la ciudad. Tampoco vayas como si algún fotógrafo o agente de modelos tenga que "descubrirte". Calma, viste NORMAL.

Y, por lo que más quieras, nunca te pares en medio de un paso de cebra, mirando arriba y abajo, como perdido. Por favor, esto es lo peor. Esto es lo que más odian, que se les pare un turista delante de sus narices en medio del paso de peatones y tengan que apartarse medio metro para esquivarlo. Eso es lo peor.

Publicado originalmente en VICE.com